La Negritud Del Venezolano

La sobrevivencia, desde el tiempo en que solo los indígenas Vivian en nuestro país, ha marcado nuestra cultura, me llama mucho la atención como esa cultura se ha transmitido de generación en generación hasta llegar a la nuestra casi intacta, traspasando todas nuestras generaciones hasta hoy. Hemos heredado del indio su pasividad frente a las cosas o las situaciones y del campesino su fuerza y tenacidad en el trabajo entre otras cosa, y aunque duela la confrontación hemos recibido una mentalidad, como lo dice el autor, una mente parasitaria que hasta el sol de hoy no nos deja avanzar. No es un secreto que los venezolanos nos conformamos con un sueldo mediocre, sin aspiraciones de crecer, de ascender en un puesto, o de emprender algo propio, y esto se da por las costumbre y por hechos ocurridos en el pasado con nuestros antepasados, como lo dice el autor "Atrofiado en sus iniciativas, viviendo de favores y limosnas el campesino desarrollo preferentemente su talento de aprovecharse, de ser vivo, de vivir a la sombra del protector".

Hoy día se nos hace común ser atropellados en la calle por un camionetero o colector, un taxista o cualquier funcionario público, anteriormente la naturaleza dominaba al indígena ahora nosotros con la misma mentalidad nos resignamos al atropello sin importarnos de donde venga parece que hemos sido condenados a la resignación y aceptación de atropellos y maltratos como lo que nos corresponde por poder sobrevivir.

El venezolano sin aspiración, es la tragedia heredada de muchas generaciones acostumbradas a lo temporal, a lo desechable, a lo mediocre y por una mirada corta ha predominado el pensamiento que llamo "el mientras tanto" y con ello justificamos nuestro pasado. El venezolano se mantiene pensando en lo provisional. Cuando le cancelan la quincena se la come toda antes de que llegue el final del mes y todo se debe a ese pensamiento "mientras tengo disfruto" y después ya veré como resuelvo y nos domina la cultura de la improvisación.

Una sociedad construida improvisadamente es lo que somos, duele admitirlo, lamentablemente nos hemos conformado con ser un país improvisado. Se va viviendo día a día, no hay previsión, nos acostumbramos a echarle la culpa a la situación, a los políticos y otros con tal de asumir nuestra responsabilidad.

Necesitamos construir un nuevo venezolano que analice su ayer, pero no solo como una parte más de la historia, si no para ver los errores cometidos y no volverlos a cometer, y en esto creo que tenemos mucha responsabilidad los docente ya que somos los llamados a formar un ciudadano capaz, que esté dispuesto a lograr cosas grandes, un ciudadano que quiera lo mejor y que piense no solo en el hoy sino en el futuro que le espera y que tome conciencia de que las cosas se pueden modificar y que no tenga temor a lo desconocido y que crea que si es posible una Venezuela mejor.

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