La música cambia a las personas

“LA MÚSICA CAMBIA A LAS PERSONAS”

Ensayo con perspectiva educativa sobre la película “Los  Coristas”

Mtra. Rocío Montserrat Medina Ruíz

“Hay algo que vale más en un buen maestro, mucho más que los sentidos: su concepto del deber, su vocación ejemplar y su dignidad de espíritu”.

María Teresa Rivas, en el papel de la

Inspectora, en la película “Simitrio” (México, 1960)

Les choristes (en España, Los chicos del coro; en otros países de Hispanoamérica, Los coristas) es una película francesa del 2004, de género dramático y musical, realizada bajo la dirección de Christophe Barratier, con guión de Barratier y Philippe Lopes-Curval, con guion adaptado por Noël-Noël y René Wheeler a partir de una historia de Wheeler y Georges Chaperot y dirigida por Jean Dréville.

Situada en retrospectiva a una historia situada a mediados del siglo XX, en el que un músico fracasado, llamado Clément Mathieu, llega a Fond de l'Étang, un internado rural para niños en riesgo social.

Adentrado en sus labores, Mathieu se enfrenta a la reticencia del director del hospicio a atender de fondo la problemática en el aprendizaje de los alumnos, como a la rebeldía y travesuras de algunos de ellos que ponen a prueba la paciencia del educador.

Advirtiendo los castigos corporales, tanto de golpes como de reclusión, son el único método para disciplinar a los niños, y tras escuchar accidentalmente la afición de algunos de ellos por tararear melodías, Mathieu, con sus conocimientos de música, decida organizar un coro, para lo cual selecciona las tesituras de cada uno, y asigna funciones de apoyo a quienes no resultan afinados.  

En esta parte de la película, destaca la habilidad y perspicacia del docente, para utilizar la música como factor de cohesión grupal, sentido de pertenencia y disciplina.

Uno de los alumnos, de nombre Mohrange, que resulta el más rebelde a aceptar los métodos del profesor Mathieu, finalmente es seducido por los cantos y música de sus compañeros, por lo que el maestro logra utilizar dicha curiosidad para inducirlo al respeto y ofrecerle una perspectiva distinta ante sus circunstancias, para superarse.

El trabajo de Mathieu con los muchachos comienza a dar frutos y a granjearse el respeto de los demás profesores y del patronato del hospicio, aún con la resistencia del propio director, que ante tal reconocimiento no le queda más que atribuirse el éxito ajeno como si fuera propio.

Diversas situaciones ocurren dentro de la historia, que definen el rumbo y destino de cada personaje, en particular el pequeño Pepinot, quien finalmente es adoptado por el profesor Mathieu, y el rebelde Mohrange, quien habiendo encauzado su vida bajo la inspiración de aquel, dedica su vida a la música como un laureado director de orquesta, y que es precisamente quien junto con Pepinot, cierra la retrospectiva de la historia recordando sus infancias y agradecimiento a quien les enseñó la ilusión por prosperar en sus vidas.

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