La película El Golpe

La película está basada en el libro “The big con” de David W. Maurer de 1940, basada en hechos reales. Charles y Fred Gondorff realizaron el timo conocido como “El gran almacén” que les hizo acabar en Sing Sing (prisión del Departamento de Servicios Correccionales del Estado de Nueva York, Ossining).

David S. Ward adaptó a la gran pantalla el libro en un guión divertido y sorprendentemente inteligente, su segundo guión le valió un Óscar de los siete que se llevó la película.

La acción se sitúa en Joliet, Illinois en 1936. Johnny Hooker (Redford) y sus compañeros Joe Erie (Jack Kehoe) y Luther Coleman (Robert Earl Jones) sobreviven a base de pequeños timos. La primera secuencia es uno de los muchos momentos absolutamente magistrales de la película. Una cola de indigentes se ve desmentida por el paso vivaz y sobrado de un tipo con traje y mocasines. En realidad, es un correo de la mafia, cuya responsabilidad consiste en transportar dinero negro (obtenido en tugurios ilegales) a su dueño. Joe Mottola (James Shyan) se ve asaltado por unos timadores que consiguen arrebatárselo sin que se de cuenta con el truco del pañuelo. Los timadores son Johnny Hooker y Luther Coleman. Ambos no saben dónde se meten.

De este modo, la imagen de Luther, y su ausencia, marcan la película. Él es el motivo de la contra-venganza de Hooker, dispuesto a saltarse varios cursos para aprender a timar a lo grande y arruinar al asesino de su mentor. Contacta con otro mentor, el inefable y encantador Henry Gondorff y ambos, maestro y pupilo, inician la aventura.

Toda la película se estructura para mostrarnos el enrevesado plan de dicho estafador para hundir al hampón en cuestión. Lo que más destaca del film es el lujo de ver juntos a dos grandes como Robert Redford y Paul Newman, sin olvidar al magníficamente hierático Robert Shaw como gran mafioso.

Delicioso guió

n, en el que la trama sigue los preparativos del grupo de estafadores que preparan dar un golpe de gran envergadura. Sin embargo, la multitud de personajes facilita toda una serie de tramas y subtramas que se van desarrollando paralelamente a la historia principal.

Los personajes entran constantemente en controversias. Así Lonnegan, durante toda la película nos da la sensación de ser el auténtico malo de la película, es en el final cuando descubrimos que no es peor que los demás personajes. Las tornas cambian y en realidad, se la han jugado de una forma muy sucia, llegando a crear cierta empatía, todos hemos sido timados alguna vez.

Toda la galería de personajes secundarios, unos treinta, van pasando ante nuestros ojos

en su momento justo y sin cansarnos, bien repartidos en el tiempo fílmico y con las frases justas y exactas. Todos tienen un papel atractivo de interpretar y cada uno es la pieza que compone el puzzle.

Está controlado perfectamente el tiempo narrativo, contando con unos diálogos perfectos y ágiles, con algún que otro apunte afilado y una sensación de movimiento contínuo.

Por otro lado el director nos ofrece una estupenda puesta en escena, contando la historia con un ritmo ágil y dinámico, consiguiendo reproducir a la perfección la época, y sabiendo mantener equilibrio en el tono de la película entre el drama y ciertos apuntes cómicos, aunque siempre desde una perspectiva seria. La otra gran baza es sin duda el reparto. A pesar de ser una película con múltiples personajes ofreciéndonos unas interpretaciones totalmente ajustadas a lo que precisa el hilo argumental.

Analizando ya los éxitos y fracasos comunicativos, sociales y personales de la película, la sensación con la que nos quedamos es de ser timados. Por si fueran pocos los timos que se dan en la película, de una forma u otra las personas que presencian el film están siendo engañadas constantemente.

A continuación mediante la

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