Las Fiestas mas Importantes del Año Litúrgico
Enviado por amg23 • 10 de Mayo de 2014 • 15.453 Palabras (62 Páginas) • 340 Visitas
Las Fiestas mas Importantes del Año Litúrgico
Navidad
Epifanía: La Manifestación del Señor
Epifanía significa "manifestación". Esta fiesta celebra la Epifanía de Jesús ante los Reyes Magos (Mateo 2,1-12). La celebración litúrgica tiene lugar el domingo siguiente a la celebración de la Sagrada Familia.
Jesús se manifiesta como El Señor de todos los pueblos en los tres magos, ya que los gentiles son coherederos, miembros de un mismo cuerpo y partícipes de la promesa en Jesucristo, por el Evangelio.
Jesús nació en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes. Unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Es que vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarlo.”
El Bautismo del Señor - III y último Domingo del Tiempo de Navidad
Las fiestas de la Epifanía y el Bautismo del Señor celebran a Cristo que se manifiesta, esto es, que se hace presente para todos los pueblos.
Esta fiesta, con la que concluye el Tiempo de Navidad, nos brinda la oportunidad de ir, como peregrinos en espíritu, a las orillas del Jordán, para participar en un acontecimiento misterioso: el bautismo de Jesús por parte de Juan Bautista. Se celebra el domingo siguiente a la Epifanía. (Lucas 3, 21-22)
Los cuatro evangelistas comienzan Hechos y Dichos con este acontecimiento, que marca el principio de la vida pública de Jesús.
Cuaresma
Miércoles de Ceniza: La ceniza que llevamos nos recuerda el polvo y los escombros de nuestra vida, que somos criaturas transitorias en la tierra, pero no a los ojos de Dios.
La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Resurrección. En el Triduo Pascual se recuerda y se vive junto con Cristo su Pasión, Muerte y Resurrección.
Domingo de Ramos en este día la iglesia recuerda la entrada de Cristo, El Señor, en Jerusalén, para consumar su Misterio Pascual.
Jueves Santo (La Cena Pascual) Al narrar lo ocurrido recordamos la celebración de la Pascua judía y la celebración cristiana de la Cena del Señor. Con un rito litúrgico lavamos los pies para recordar simbólicamente nuestro misterio de servicio y también al sacerdocio de todos los creyentes.
Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles y les dijo: “Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer; porque os digo que ya no volveré a comerla hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.” (Lucas 22. 14-16)
Viernes Santo es el aniversario de la muerte de Jesús. Como tal, la celebración es callada, solemne, penitencial y contemplativa. Además es una celebración de la esperanza que viene de la Buena Nueva de la cruz, que proclama que esta nueva vida en Cristo está fuera del poder de la muerte.
Muerte de Jesús: “Era ya cerca de la hora sexta, cuando se oscureció el sol y toda la tierra quedó en tinieblas hasta la hora nona”.
El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito; dijo “Padre, en tus manos pongo mi espíritu.” Y, dicho esto, expiró. (Lucas 23. 44-46)
Tiempo Pascual
Vigilia Pascual: El Misterio Pascual de Cristo, crucificado y resucitado, tiene en esta liturgia nocturna, “Madre de todas las demás vigilias, como la llamó San Agustín, su celebración culminante. Según una antiquísima tradición, ésta es una noche de vela en honor del Señor, como lo hizo el pueblo elegido desde el comienzo del Éxodo de Egipto (Ex 12,42).
El Domingo de Pascua es la mayor fiesta de la Iglesia, en la que se celebra la Resurrección de Jesús. Es el triunfo definitivo del Señor sobre la muerte y primicia de nuestra resurrección.
El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: “Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado. Pero no está aquí, pues ha resucitado, como había anunciado. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea, allí lo veréis. Ya os lo he dicho.” (Mateo 28. 5-7)
La Ascensión del Señor - Séptimo Domingo de Pascua
Luego que el Señor Jesús se apareció a sus discípulos fue elevado al cielo. La fiesta tiene lugar cuarenta días después de la Resurrección y marca la transición entre la gloria de Cristo resucitado y la de Cristo exaltado a la derecha del Padre. Marca también la posibilidad de que la humanidad entre al Reino de Dios como tantas veces lo anunció Jesús. De esta forma, la ascensión del Señor se integra en el Misterio de la Encarnación, que es su momento conclusivo. (Lucas 24, 46-53)
El mandato misionero del Señor resucitado a los discípulos antes de su Ascensión al cielo: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes.” (Mt 28,19)
Los sacó hasta cerca de Betania y alzando sus manos, los bendijo. Y, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo”. (Lucas 24. 50-51)
Pentecostés – Octavo Domingo de Pascua
Después de la fiesta de la Ascensión, a los cincuenta días de la Resurrección de Jesús, celebramos la fiesta de Pentecostés. Se atribuye a esta fiesta el momento del nacimiento de la Iglesia como comunidad. (Hechos 2,1-11; Juan 20, 19-23)
En Pentecostés celebramos el don del Espíritu que viene de Dios (el aliento, la invisibilidad de Dios).
“Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya, porque, si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito, pero si me voy, os lo enviaré” (San Juan 16.7)
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos con un mismo objetivo. De repente vino del cielo un ruido como una impetuosa ráfaga de viento, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Entonces quedaron todos llenos de Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. (Hechos 2.1-4)
Después de Pentecostés sigue el Segundo tiempo ordinario del año litúrgico que termina con la fiesta de Cristo Rey.
Tiempo Ordinario
La Presentación del Señor – 2 de Febrero
La fiesta de la Presentación celebra una llegada y un encuentro; la llegada del anhelado Salvador, núcleo de la vida religiosa del pueblo, y la bienvenida concedida a él por dos representantes dignos de la raza elegida, Simeón y Ana (Lucas 2,34-35). Aunque esta fiesta del 2 de febrero cae fuera del tiempo de navidad, es una parte integrante del relato de navidad y se celebra 40 días después del nacimiento de Nuestro Señor, de acuerdo a la ley judía.
Es una chispa de fuego de navidad, es una epifanía del día cuadragésimo.
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