Las sufragistas, reseña

La película Las Sufragistas se trata del movimiento de lucha de las mujeres en Inglaterra en el siglo 1912 y 1913 por el derecho al voto y mejores condiciones laborales. El ambiente emulado y la indumentaria muestran una clara y convincente muestra histórica del siglo XX. Esta película tiene como fin demostrar el momento histórico, de perseverancia y de rebeldía de parte de las mujeres que estaban insatisfechas con el trato que se les daba. Una de las frases significativas fue la “i´d rather be a rebel than a slave” (prefiero ser una rebelde que una esclava), dicha por Meryl Streep, quien caracterizaba a Emmeline Pankhurst, una de las más importantes activistas del movimiento feminista y líder en dicho movimiento en Inglaterra.  Al comienzo de la película se muestra una mujer renuente o más bien indiferente a cualquier causa, quien le interesa su familia y su trabajo. Maud Watts, es una trabajadora de una lavandería, quien ha laborado en ese lugar desde los ocho años, medio tiempo siendo infante, tiempo completo como adulto (en ese momento veinticinco); buscando sobrellevar  las extenuantes horas de trabajo y tratando de lidiar con un jefe prepotente, intimidador, violador y desagradable, el  señor Taylor. Watts se radicaliza por sus experiencias de prepotencia y abuso repugnante, actitudes totalmente plausibles en esa época por parte de su jefe, y se introduce en el movimiento por su amiga Violet, quien es quien le presenta a los agitadores de la causa, como el farmacéutico y su mujer  Edith Ellyn, expertos en explosivos y municiones encubiertas en su consultorio. Maud se da cuenta de los abusos que sufre Maggie de 12 años, hija de Violet y también trabajadora de la lavandería, por parte del señor Taylor, situación que llena a Watt de desconcierto y angustia una vez Violet es despedida por llegadas incumplimientos en su trabajo.

La vida es dura para Maud y para las demás mujeres de clase baja, quien gana menos que un hombre (no muy diferente a la actualidad) y labora durante muchas más horas sin salir de su trabajo. Cuando ella comienza a unirse al movimiento y por ciertas agitaciones que se le han presentado con respecto a movilizaciones y a represiones de parte del estado, Sonny, su esposo es avergonzado por no poder controlar a su mujer, evidenciado en una captura que de parte de la policía y que ésta, prefiere el escarnio público de parte de sus vecinos y hacia su esposo. Esto desencadena que Sonny no la deje entrar a su vivienda y le niegue la visita y el derecho de ver a su hijo. Luego de que Maud quisiera ver a su hijo reiterativas veces a escondidas, llega el día en que su esposo está acompañado de una pareja de esposos que está dispuesta a adoptar al niño, mientras Sonny le explica que le es imposible sostener al niño solo y que esta sería la mejor opción. Se puede evidenciar que en esa época las madres no tenían potestad alguna sobre sus hijos.

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