Mar Adentro

“Mar adentro” es una película que trata de la vida de Ramón, un hombre que quedó tetrapléjico en su juventud al lanzarse al mar en una zona de poca profundidad. Llevando tres décadas postrado en una cama, pues no le gustan las sillas de ruedas. Vive con su hermano, su padre y su cuñada, ninguno de ellos apoya a Ramón, ya que él desea no seguir viviendo. Su cuñada es quien lo cuida. Le da de comer, lo asea, le ayuda con el catéter entre otras cosas.

Ramón siempre decía que una vida en esas condiciones no era vida, no estaba a gusto. Desea que alguien le ayude a terminar con su vida, ya que él no puede hacerlo por su cuenta. Pero lamentablemente en su país, no se practica la eutanasia, y si recibía ayuda, sería un asesinato. Muchas personas llegaron a su vida para ayudarlo, entre esos una abogada que padecía de una enfermedad degenerativa. Ella pasó mucho tiempo en casa de Ramón para entrevistar a su familia.

Luego de haber visto la película, con respecto a los constructos éticos implicados, creo que la compasión se presenta de una manera muy fuerte y potente, dado que el círculo cercano a Ramón, lo demostraban en la constante preocupación que tenían por él y no hacían oídos sordos, ni ojos ciegos a la verdadera realidad que él vivía. La compasión debe ser dinámica, no estática y convertirse en una acción solidaria hacia el otro: tratar de hacer todo lo que está al alcance para mejorar la situación del otro.

En el film, sus familiares hacen de todo para que la vida de Ramón sea tranquila, llena de paz. No lo restringen de sus capacidades, ellos le dan libertad de contestar el teléfono, entre otras cosas para que no se sienta inútil, un estorbo. Hacerle ver, que la vida tiene muchas caras, que es bella.

Con respecto a otro constructo importante que se denota en la película Mar Adentro, es la confianza, porque hay un fuerte vínculo entre el cuidador y Ramón, en este caso todos los cuidadores eran parte de su familia que velaba por su bienestar en todo ámbito. A pesar que su familia estaba de acuerdo con la petición de Ramón en morir porque consideraba que no era digno vivir de esa manera, él hizo saber su petición a ellos y a las personas que lo podían ayudar. Buscó a gente que realmente consiguiera lo tan anhelado por él. Depositó toda su confianza porque tenía Fe en el otro que le escuchaba y que podía hacer algo para que legalmente le ayudaran a morir. Hasta que finalmente logró su objetivo, teniendo que hacerlo a escondidas de la justicia, a pesar que algunas personas de su círculo más cercano no estuvieran de acuerdo, consigue alguien que cumpla su deseo y representara un acto de amor inigualable, confiando en Rosa para lograrlo.

Por otro lado, está la confidencialidad, la cual se aprecia en la relación que tiene el personaje principal con Rosa. Ésta encuentra un refugio en la casa de él, donde es escuchada y aceptada tal como es. Así es como le cuenta a Ramón de su vida y de sus secretos y él se vuelve su confidente teniendo la capacidad de escuchar y ser discreto, guardando aquello que es compartido. También este constructo del cuidar se encuentra presente en Julia, la abogada, la cual preserva la vida interior de Ramón, callando los mensajes que él le ha comunicado en su estado de vulnerabilidad. A la vez, Ramón también es su confidente, escuchando siempre a Julia.

Otro aspecto a analizar es la conciencia. Para Ramón todo estaba muy claro: no era digno vivir en su situación, por lo que deseaba morir. Esto evidencia un grado de consciencia de su situación, sabía exactamente en el estado en que se encontraba y qué era lo que quería, porque lo había reflexionado durante muchos años y había llegado a tomar esa determinación.

Ahora, pasando al ámbito como la autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia; podemos decir que claramente la autonomía de Ramón fue violentada por decirlo de alguna manera. Dado que no respetan la voluntad a pesar de estar en plenitud de sus facultades mentales y además, debían considerar que él tuvo mucho tiempo para pensar sobre esto llegando a la conclusión que era lo que quería y necesitaba. Las personas que se oponían impedían que Ramón fuera tratado como un ser autónomo a pesar de su impedimento físico. A mi parecer, estoy a favor de la eutanasia, por qué? Porque yo no puedo permitir como una persona puede estar sufriendo, estando postrado en una cama, durante lo que le queda de vida.

Es doloroso, tanto para el médico, como para los familiares. Sé que mi profesión me lleva a la contradicción de dicho proceso, ¿por qué?, porque yo estoy estudiando para salvar vidas, y el hecho que acepte la eutanasia, me estoy contradiciendo con mi profesión. Nosotros estudiamos para salvar vidas, para ayudar al prójimo, pero también estamos para saber lo que es bueno y lo que no. No somos dioses, pero una cosa si es cierta, Dios nos da todos los conocimientos y las decisiones que debemos de tomar el resto de nuestra vida.

Si yo fuera Ramón, y estuviera en esas circunstancias, la verdad yo como paciente, pediría que me practicaran la eutanasia, porque no permitiría seguir sufriendo, tanto yo como mi familia, es muy doloroso. Pero como médico, o estudiante de medicina, que me estoy formando para salvar vidas, la verdad tendría que pensarlo, ¿por qué?, porque las circunstancias me limitan a tomar mis decisiones. Si el paciente desea morir, uno como médico no puede hacer nada, siempre y cuando sea mayor de edad, el paciente tiene todo el derecho de tomar sus decisiones, y nada ni nadie puede hacerlo cambiar de parecer. La familia ya no entra en las decisiones del paciente. El caso del pobre Ramón se deslinda desde el punto en el que en su país no se acepta dicho proceso, causa polémica ya que quien lo llegara a hacer, podría llegar a la cárcel por infringir las leyes, y podría ser acusado de homicidio.

Analizando los demás principios, pensamos que la beneficencia está transgredida también, porque ésta hacia énfasis en “Hacer el bien” y actuar en beneficio de los demás, curar el daño y promover el bienestar. Entonces las personas que se oponían a él no pensaban que para Ramón la vida en ese estado, no era vida que para él no era sano, ni bueno, por lo que ellos no intentaban entenderlo y no veían esta decisión como una cura al daño a la difícil situación que él vivía día tras día. No pensaban en su bienestar emocional ni físico

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