Mi Charanguito ( Poema)
Enviado por samisaxcel • 19 de Octubre de 2011 • 2.099 Palabras (9 Páginas) • 2.052 Visitas
CHARANGUITO
Charanguitoy, charanguito,
enamorado y cholero,
ponte tu chullo de trinos
y que comience el jaleo.
Suelta un puñado de risas,
charanguitoy cabulero,
y haz que retoce y que cante
tu corazón pendenciero.
Poncho de lindos colores
como las luces del alba;
como te gustan las cholas,
charango de pinta brava.
Si te faltara una cuerda
para templar la tonada,
a la Antucacha bandida
le robas una mirada.
Templado fino, muy fino,
no hay chola que te resista,
y te la robas de guapo
como buen contrabandista.
II
Charango pisco y cholero,
borrachito y bailarín,
cómo te gusta esa chola
con sus ojos capulí
Para rendirla en tus brazos
tu sabes como hay que hacer:
un pellizco, dos puñetes
y un trago que pagas bien.
A veces ebrio de pena,
quimbeando te vas al alba,
mordido por un recuerdo
que te cuelga en la mirada.
Charango, tienes el llanto
de la zampoña serrana,
latido de quena india
y sollozo de guitarra.
Charango, gemido cholo,
todo llovido de quejas:
te llevo junto a mi pecho
como un pájaro de penas
Tu vida es como mi vida,
mezcla de risa y de lágrima;
wayno serrano que siempre nos
va creciendo en al alma.
Pero tu naciste alegre
como un domingo de feria
con toda esa risa linda
de picardía cholera.
III
Charango facineroso,
Trompeador y pendenciero,
nunca te falta una alondra
bajo tu ala de jilguero.
Tu historia creció de las riñas
Y se quemó en las jaranas;
Las cholas te aman porque
eres fantasioso y chupacaña
Oh, capitán de bandidos,
oh, forajido del alba,
pájaro loco que llevas
dormida estrella en el alma.
Charanguitoy charango;
liso no más, jaranero;
¡dispara al cielo y que estalle
tu corazón bandolero!
EL ROMANCE DE LOS CHARANGOS
(A Luís E. Valcarcel)
LA RITA
Desde la hora del alba
la Rita se está arreglando.
Dice que va a comulgar
porque ayer se ha confesado.
Está fresca y está linda
con olor a leche y pasto
En su corazón de alondra
madura el zorzal su canto.
Una lámpara de trinos
le ofrecen los finos álamos
Su cosecha de luceros
los arroyos desvelados
Si te faltara una cuerda
para templar la tonada,
a la Antucacha bandida
le robas una mirada.
Junto con ella, fiesteras,
las brisas bajan silbando.
Una lluvia de rocío
se deborda de sus manos.
Los cerros siguen durmiendo
pues todavía es temprano.
Los pájaros serenateros
recién se están acostando.
Por el camino encendido
se va riendo y soñando.
Para beber le regalan
los manantiales un cántaro.
¿Las campanitas del pueblo
que locas están llamando!
La Rita va a comulgar
porque ayer se ha confesado.
LA PELEA
La Rita se vuelve sola
y más alegre que un huayno
Un gorrión de sangre sueña
en su corazón de nardo.
De repente un griterío
alborota el vecindario.
Voces de riña cholera
llegaban del despoblado.
Y es que la Rita que se iba
por el caminito claro,
cayó en la gran emboscada
de unos pícaros charangos
Por su amor, de puro lisos,
armaron bronca los guapos
Se atacaban a pedradas
y a veces a navajazos.
Al borde de los sollozos
la risa se está quemando
De las heridas abiertas
se escapa agónico un canto.
Un manantial de rubíes
corria camino abajo.
¡Era una queja la sangre
en el espejo de un charco!.
Y entre alarido y blasfemia
morían aquelos bravos.
Los cuhillos se bañaban
en sangre de los contrarios.
Muchos cayeron de muerte.
otros rodaron sangrando.
Los chorros eran un coro
de lamentos resignados!
¡Qué es lo que tiene la Rita
que enciende tales escándalos,
pues siempre que viene al pueblo
hay pelea de charangos!
EL ENTIERRO
Llenos de rojos claveles
los pechos de los charangos,
a la orilla del camino
se desangran sollozando.
Herida mañana gime
al borde de los barrancos
La Rita deja sus lágrimas
clavada entre los cardos.
Rondas de angustias y de quenas
descienden de los peñascos
(A los caídos, las brisas
se los llevan a enterrarlos).
Las brisas see van dolientes
por un camino de llanto.
En silencio un viento triste
las acompaña enlutado.
Pasa el cortejo de waynos
entre árboles amortajados.
Desde una siembra de llagas
Los pájaros están llorando
Sobre la sangre caída
sobre los cuerpos helados,
palomas de alba y de lágrima
extienden pañuelos blancos.
Desmelenadas y trágicas
las guitarras se han callado.
(De los senderos sonámbulos
llega roto un grito amargo).
Por el camino, las brisas
tejen sus collares albos,
para cubrir de canciones
los dulces restos nevados.
El corazón de la Rita
es una tumba de huaynos.
En él, entre dos latidos,
se enterraron los charangos.
El Charango
José María Arguedas
Vivió el mundo andino con gran pasión, trascendiendo su lucha con gran calidad literaria. Tocaba la guitarra y el charango, ahora lo imaginamos tañendo un canto quechua interpretado con su infinita ternura.
Los españoles trajeron al mundo indio la bandurria y la guitarra. El indio dominó rápidamente la bandurria; y en su afán de adaptar este instrumento y la guitarra a la interpretación de la música propia –wayno, k´aswa, araskaska, jarawi...- creó el charango y el kirkincho, a imagen y semejanza de la bandurria y de la guitarra. El arpa y el violín fueron conquistados por el indio tal como lo recibieron de los invasores. Ahora el arpa, el violín, la bandurria, el kirkincho y el charango, son, con la quena, el pinkullo, la antara y la tinya, instrumentos
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