Mi tío Jacinto

Mi tío Jacinto es una película de 1956 y tiene una duración aproximada de 90 minutos. Dirigida por Ladislao Vajda y con Andrés Laszlo como guionista, así como autor de la historia original. Protagonizada por Pablito Calvo en el papel de “Pepote” y Antonio Vico como “Jacinto”.

Tras ver la película con el fin de encontrar los posibles puntos en los que incorporar o realizar cambios que puedan contribuir a mejorar la historia, se proponen una serie de cambios que enlazan entre sí, aunque pueden resumirse en los siguientes:

1. El músico ambulante intenta pegar a Pepote cuando este mata la mosca, pero no llega a darle más de una colleja puesto que la señora de los sellos lo ve y le para.

2. Concienciación de Jacinto al ser detenido por la policía, que le hará querer conseguir el dinero por torear para garantizar una mejor vida a su sobrino.

3. Papel más participativo de la mujer que vende sellos e idilio de esta con Jacinto.

Estos cambios afectarían en la historia del siguiente modo:

Cuando Pepote mata a la mosca que el músico le ha obligado a atrapar y este se da cuenta, corre detrás de Pepote, alcanzándole y regañándole mientras le zarandea por el brazo. La mujer de los sellos lo ve desde lejos y se acerca a ellos justo cuando el músico ambulante le da una colleja a Pepote. La mujer, encara al músico poniendo le en evidencia por querer aprovecharse de un niño así y encima pegarle, el músico ofendido y siendo el centro de atención de todas las miradas, decide olvidar el asunto y se va. En este punto la mujer le pregunta a Pepote si está bien y le dice que vuelva con su tío y que no se meta en más líos.

La película continúa igual, hasta el punto en el que Jacinto y Pepote se van a implicar en la estafa de relojes, apareciendo de nuevo la mujer de los sellos que intentará disuadir a Jacinto de tal cosa, sin éxito. Del mismo modo son arrestados por la policía, sin embargo cuando Jacinto sale de la comisaria sin Pepote, la mujer de los sellos está allí y le reprocha el comportamiento que tiene sin preocuparse de su sobrino. Cuando Pepote logra que los policías le dejen salir, el reencuentro con su tío es mucho más emotivo y este le promete que conseguirá el dinero toreando y que irá al colegio como es debido.

Con la ayuda de la vendedora de sellos consiguen el traje de luces sin que Jacinto recaiga en la bebida, y aunque la charlotada no saldrá bien, Jacinto asegurará a Pepote y a la vendedora de sellos que su sobrino irá al colegio y que él dejará la bebida y buscará un trabajo digno. La vendedora de sellos por su parte le dice que ya se asegurará ella de que Pepote se convierta en un hombre de provecho, dando a entender a Jacinto que quiere estar con ellos. Jacinto entonces la besa mientras Pepote se ríe de felicidad.

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