Música fúnebre
Enviado por Alejandra Torres • 23 de Agosto de 2019 • Tesis • 1.624 Palabras (7 Páginas) • 234 Visitas
La música fúnebre en la Banda Musical de Chinavita (Boyacá), es una tradición de única y de gran importancia para la población chinavitense. Las marchas fúnebres interpretadas por esta banda son netamente instrumentales. El repertorio que posee proviene de autores colombianos, de más o menos las primeras cuatro décadas del siglo XX. Ésta por tradición, ha sido un elemento fundamental en los ritos para despedir a los difuntos.
Esta música que lleva muchos años de tradición, es interpretada por doce a quince músicos de viento madera y metal, complementados con percusión y de tuba. Participan principalmente los músicos que son familiares del fallecido, regalando una muestra de talento para unirse, pese a la tristeza, y compartir momentos de convivencia.
Se desconoce los nombres de los autores del repertorio fúnebre que interpreta esta banda, son composiciones D.R.A (Derechos Reservados del Autor) e inéditas, la mayoría de creación nacional, cuyas particularidades las hacen únicas en el mundo. Existen algunas transcripciones, pero gran parte de estas quedaron D.R.A.
Las marchas fúnebres constituyen el canto más arraigado del alma de un chinavitense. Es su música más amada y con la que se identifica desde las profundidades más recónditas de su espíritu.
En la búsqueda de información para esta investigación sobre música fúnebre o música procesional, más que todo ha sido histórica, muy poca la información sobre repertorio. Sin embargo encontré repositorios, libros, artículos que ayudarán a aclarar un poco más sobre el tema.
La música y la ceremonia en honor de la muerte fueron elementos centrales en la vida civil y religiosa de España y de las colonias españolas en américa durante el periodo entre 1500 a 1800. La música interpretada por la banda siempre ha estado presente en ceremonias, ritos, fiestas religiosas y cívicas u otros eventos de carácter público y privado, fortaleciendo el sentido de pertenencia. Además se fomenta, conserva, difunde, preserva y protege a este ícono de identidad cultural popular, como un valor patrimonial tangible e intangible que evidencia las tradiciones colectivas e históricas de cada pueblo. La música es una de las representaciones de la identidad cultural de cada pueblo, puesto que encierra un conjunto de valores, tradiciones, símbolos y creencias de toda una comunidad. Lo que se pretende conseguir es, nuevamente, enmelar el hecho traumático de la muerte; la atmósfera que se crea es más íntima y familiar, se interviene sobre las emociones: “hace que el acto sea más emotivo”. La música, por lo tanto, siempre que aparezca, tiene un gran peso conciliador en el ritual fúnebre.
(Zapata Castillo, 2017; Solórzano Bermeo, 2014; Sarango Castillo, 2014: Arriba, 2017)
El antecedente de las bandas de viento son las fanfarrias. La banda de viento moderna nace en la primera mitad del siglo XIX, al perfeccionarse los instrumentos de viento como el clarinete y con la aparición del pistón, fundamental en el desarrollo de los instrumentos de boquilla. Sin este desarrollo técnico no se entiende la existencia de la banda moderna. Las primeras bandas de cornetas y tambores que intervienen en los desfiles religiosos son militares, que van evolucionando hacia una identificación más profunda del sentido religioso y popular de la Semana Santa, naciendo la «marcha barroca» que se aparta de los cánones de la marcha militar lenta. Las bandas de músicos son conformaciones instrumentales de vientos de metal y percusión, que están presentes en las actividades oficiales y religiosas de los pueblos en el Perú y también en muchas otras partes del mundo. Los orígenes de la música procesional se encuentran en las marchas fúnebres comenzándose a usar ya en la segunda mitad del S.XX. Una de las más usadas y conocidas es la “Marcha Fúnebre de Chopin. Fue una de las primeras formaciones en incorporarse a los desfiles de semana santa. Crean un ambiente fúnebre y de silencio. La primera motivación de los músicos fue la de mostrar su religiosidad a través de la música y de la banda, la marcha es el mejor canal para expresarla. Religiosidad, fiesta, banda y marcha están encadenadas entre sí, en tanto que el primer factor encuentra su expresión en los otros. Como la música es el elemento que articula todo el ritual festivo, la cadena de asociaciones tiene su efecto no solo en los músicos, sino en todos los participantes de la procesión. Banda y marcha forman una unidad y son imprescindibles en el contexto del evento religioso; a esto se le suman factores externos y no musicales, matices e instrumentación. Las bandas, tal como nosotros las hemos visto y oído, representan, con su típico instrumental, parte de la expansión espiritual en el siglo XIX, en que la función de la Iglesia perdía su fuerza aglutinadora de todos los días a consecuencia de una infiltración, no sólo de ideas filosóficas renovadoras, sino también de una proporción cada vez mayor de música profana. La formación del concepto banda es propio de ese período en que desapareció el monopolio de los países madres (España y Portugal) y en que vinieron, con la apertura de los puertos, instrumentos de viento procedentes de Inglaterra, Alemania y Francia, de la misma manera como fueron importados cada vez en mayor número, los pianos.
(Arias, 2011; López, 2011; Yep, 2015; Puche, 2015; Lange, 1997)
En la Nueva España la religión católica dominaba la vida de la gente. Casi todas las actividades tenían que contar con la aprobación de las autoridades religiosas, además de tener el consentimiento de las autoridades reales. El arte no fue la excepción, al contrario, muchas obras se hicieron para alabar a Dios y a la iglesia. La banda de metales del pueblo era una institución tradicional Americana y todo pueblo con un cierto tamaño aspiraba a tener su propio grupo, para que diera conciertos los domingos por la tarde en la plaza y con ocasión de desfiles en días de fiesta y celebraciones civiles. Tampoco debemos olvidar que el género cofrade es una música de carácter práctica o utilitaria demandada por un público ávido de nuevas creaciones y que busca en la marcha de procesión la ilustración musical al espectáculo de nuestra Semana Mayor.
...