Obra De Teatro

Título: ¡Basta de abusos, basta de bullying!

Autor: Fabián Choque

Personajes:

Hector

Jorge

Sergio

Andres

(Se abre el telón y aparece Sergio sentado con un polo manga de larga y con la capucha puesta, en una silla en medio del escenario, con la cabeza hacia abajo) (Aparece Hector con mirada seria y fija. Luego, se dirige hacia el)

Hector: ¡Mira cómo estás vestido! Pareces un pordiosero ¿¡Qué no tienes algo mejor que ponerte!? (Sergio comienza a agachar un poco más la cabeza) Ni eso sabes hacer bien

(Se retira molesto por el otro lado del escenario) (Luego, entra a escena un joven llamado Jorge con actitud déspota)

Jorge: (Se inclina frente a el) ¡Qué escoria eres! (Mueve la cabeza en señal de negación) Con razón nadie te quiere (Sergio agacha más la cabeza, todavía) ¿Qué? (Acerca su oído a el) ¿Me vas a reclamar algo? (Se pone de pie) ¡Claro! ¡Qué me vas a reclamar si todo lo que he dicho es verdad! ¡Qué triste vida la tuya! (Se retira de escena)

(Aparece Hector y camina pasando frente a Sergio inmediatamente lo ve y regresa con el)

Hector: (Con sorpresa) ¿¡Sigues aquí, todavía!? ¿¡No entiendes que pierdes el tiempo tratando de ser feliz!? (Sergio se agacha aún más, todavía) ¡Jamás lo serás! (Le grita) ¡Esto es el colmo! (La vuelve a mirar) Deberías meterte en su saco y lanzarte al mar, así le haces el favor al mundo ¡Lagate!

(Se retira de escena saliendo por el otro extremo) (Aparece ahora Andres)

Andres: ¡Hey feo! (Sergio se coloca en posición fetal colocando la cara en las rodillas) ¡Eso! ¡Así debes estar! Con la cabeza hacia abajo, sin mostrar esa… “cara” que tienes (Cruza los brazos) Solo quieren estar contigo por lástima (Le golpea en la cabeza) ¡Ey! ¿¡No me escuchas!? (Coloca las manos en la cintura) ¡Y encima sordo! Ni para eso sirves (Se retira de escena)

(Ya sólo, Sergio levanta la cabeza lentamente)

Sergio: (Totalmente serio) No sé de qué me sirve la vida que tengo que vivirla con una espina siendo clavada todos los días en mi corazón. Una espina que me causa un dolor tan inmenso, que ni la costumbre lo puede aliviar. (Suspira) Será mejor no salir al mundo y quedarme únicamente aquí, en dónde el sufrimiento sea menos intenso y tanto mi corazón como mi alma no tenga que pasar por las penalidades que la duras palabras les hagan pasar. Adiós al mundo.

Fin

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