Por Siempre Chape

Por Siempre Chape

El 2016 fue un año bastante particular para el fútbol en muchas partes del mundo, fue un año en el que la pasión, la convicción y el espíritu le ganaron a los presupuestos y a los números en general. Desde Inglaterra, la meca del fútbol mundial, en donde un equipo “chico”, como el Leicester, destrozó a los elefantes ingleses y se consagró campeón de la Premier League, hasta sudamérica, donde un Independiente del Valle eliminó a River Plate y Boca Juniors para jugar la final de Copa Libertadores, pasando también por un equipo brasileño llamado Chapecoense, que hasta cinco temporadas antes jugaba la serie d del Brasileirao, que clasificó a una final continental en la Copa Sudamericana. Los azares de la vida construyeron alrededor del Chape una trama digna de la ficción que Luis Ara plasma en un documental de una hora veinte minutos distribuido por la plataforma Netflix. En el, Ara, cuenta la historia del Chapecoense desde sus inicios hasta un fatídico accidente aéreo que cobró la vida de prácticamente toda su plantilla mientras se dirigían a jugar la primera final en Medellín ante el Atlético Nacional. Ara arma una narrativa conducida por la pasión y destaca en su ejecución los valores más distintivos del fútbol sudamericano, que lo convierten en una especie de magia inexplicable.

Desde lo tangible, si bien es cierto, el documental no va más allá de una puesta en escena tradicional, son los intangibles lo que convierten a esta, en una pieza digna de destacar. La propuesta narrativa se centra en contar de forma lineal la historia de la Asociación de Fútbol Chapecoense y para ello, durante el primer acto, recaba archivos y documentos de la prensa que ayudan a reconstruir la historia del club desde su inicios y no solamente se lo hace como relleno, sino que en el desarrollo de la trama cobra un peso esencial, pues es durante esta porción que el director introduce la pasión como el combustible del motor narrativo del documental. Para el segundo y tercer acto de la producción, Ara le entrega el protagonismo al testimonio para contar la historia de Chapecoense. El recurso resulta poderoso porque la puesta en escena se vuelve íntima, lo cual invita al espectador a formar parte de la institución y adentrarse en todos los significados que la envuelven permitiéndonos formar parte de un hecho si bien trágico, al final, conmovedor. El documental no cuenta con un narrador y son las voces de los protagonistas las que nos llevan a través de la trama y nos dejan palpar con un sentido de pertenencia la realidad de un equipo de fútbol que es mucho más que once jugadores pateando un balón.

Para la narrativa, Ara hace uso de más de una herramienta, pero el testimonio es a final de cuentas el dispositivo principal empleado por el director, pues el poder de la entrevista para el documental yace en ser un agente catalizador lo que finalmente consigue: “mostrar la verdad a través de sus propios protagonistas” (El Documental, p.15). Con los testimonios recogidos de algunos protagonistas se logra construir la realidad de un club y como todo lo que se vivió de la muchas más dimensiones a una actividad que muchas no es considerada más que un deporte. Es este recurso el que termina por darle vida a una narrativa que de otra forma sería muy compleja de abstraer. Es igualmente el testimonio la herramienta más eficiente de transmitir la pasión y los sentimientos que envuelven al Chapecoense, solo a través de esa pasión el espectador está en capacidad de ver la realidad sobre un suceso tan ajeno y poco probable.

Otro recurso de suma importancia es la edición, que en este caso de carácter narrativo, es decir que: “lo que se privilegia es la historia. Todo está en función de la narración” (Barbena, p.66, s.f). Aunque a simple vista pueda parecer una salida fácil para el cineasta, en realidad tiene una explicación:

“Daniel Beauvais señala que este tipo de montaje se suele usar cuando queremos

...