Práctica óptica.

¿Cuántos de nosotros no hemos sido consumidores de la piratería musical? El objetivo principal de este ensayo es plantear y reflexionar éticamente sobre la piratería en la industria musical. Éste es uno de los dilemas que más nos ha aquejado durante los últimos años, pues se ha convertido en un problema mundial que ha afectado grandes industrias y artistas en la música particularmente. “La piratería es reproducir sin autorización, ya sea que se ponga a la venta en el mercado formal o en el mercado informal o callejero.” (León y Rico, 2009, p. 57)

Hay que tener en cuenta que la piratería surge a raíz de la evolución del mercado musical. Actualmente los archivos digitales dominan el mercado, del mismo modo que los hicieron los discos compactos hace algunos años, lo que ocasiona que se difundan fácilmente y sea más fácil obtener prácticamente cualquier obra a través del internet; ya sea legalmente en bibliotecas como iTunes; o ilegalmente en sitios web como lo fue Napster. Además, también surge a raíz de otros problemas como la economía del país. La deficiencia en la economía de nuestro país ocasiona que adquirir productos originales no sea una opción para los consumidores por sus elevados precios, al mismo tiempo que la economía ocasiona que el empleo de mucha gente sea el vender productos piratas.

La Era de la piratería musical producida por la revolución tecnológica ha planteado preguntas significativas acerca de los derechos de autor: ¿Tener fácil acceso a cualquier tipo de música y consumirla ilegalmente, nos hace personas éticamente responsables? La piratería es un problema contemporáneo donde la responsabilidad del individuo es inmensa. Siempre va a existir un mercado para la piratería lo que nos lleva por una parte, a estar tentados a infringir la ley y por otra, a problemas contemporáneos como el consumismo. En México, según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), nos encontramos dentro de los diez países con más piratería a nivel mundial, donde ocupamos el puesto número cinco con un nivel mayor del 60%, por lo que podemos deducir que las ventas piratas sobrepasan a las ventas legítimas en nuestro país. Así pues, antes de cometer el error de ser consumidores de piratería hay que ser capaces de conocer la realidad, cargar con ella y encargarnos de ella para que sea como debe de ser, así al ser personas inteligentes y responsables podremos no formar parte de la piratería.

Este problema puede tener una solución viable con ayuda de la ética ya que gracias a perspectivas como la de Kant y Aristóteles se puede entender al artista como alguien que mediante su obra obtiene ganancias tanto personales como económicas. Así pues, el propósito de este trabajo es analizar detalladamente los problemas de la piratería en la industria de la música desde el punto de vista ético. A continuación, se presentarán los argumentos a favor tomando en cuenta la ética kantiana, la ética de la virtud, el egoísmo ético y ciudadanía.

La ética kantiana, que se engloba dentro de las éticas del deber, “niega que se pueda justificar y fundamentar la corrección moral de una acción en sus buenas consecuencias.” (AA. VV. , 2008) Por lo tanto en lugar de centrarse en las consecuencias, se centra en el deber. Kant menciona que hay principios o normas que deben respetarse de tal modo que hay que actuar por deber, obedeciendo la voz de la razón que hay en nosotros. Según esta teoría, no debemos de robar bajo ninguna circunstancia. Cuando consumimos piratería nuestra conducta no se ve determinada por lo que hacemos sino por las intenciones e independientemente del resultado. Esta acción no se considera moralmente buena pues no tiene la intención de respetar el deber. De tal modo, este acto es contrario al deber pues es un acto libre que de cualquier modo se opone a los valores humanos y lo convierte en un acto inmoral. También menciona que los seres humanos tienen dignidad, “por que son agentes racionales: esto es, agentes libres, capaces de tomar sus propias decisiones, establecer sus propias metas y guiar su conducta por la razón.” ( Rachels, 2006, p. 206) Sin embargo, aquí no existe el bien moral pues los seres humanos no se dan cuenta de lo que deben hacer, por lo que se vuelven consumidores de la piratería.

Desde el punto de vista de la ética de la virtud. Aristóteles define la virtud como: “…una disposición adquirida de la voluntad, consistente en un justo medio relativo a nosotros, el cual está determinado por la regulación recta tal y como lo determinaría el hombre prudente.” (Ética a Nicómaco, Lib. II, cap. 6) La ética de la virtud responde a la pregunta: ¿Qué rasgos de carácter hacen a una buena persona? El bien del hombre es una actividad del alma en conformidad con la virtud. En pocas palabras, con la piratería no existe la civilidad, el orden social donde los individuos involucrados en la piratería y la industria de la música no comparten el mismo objetivo, no existe el ser cooperativo. Hay que hacer notar que la piratería en la industria discográfica no atribuye ganancia, de ningún tipo, a las personas involucradas en el proceso de creación de la obra lo cual convierte a los consumidores en hombres imprudentes e injustos.

Otro punto de interés es

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