Relato El Gato Negro
Enviado por Prisy Pineda • 5 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 2.464 Palabras (10 Páginas) • 267 Visitas
El Gato Negro
NARRADOR.- Desde la infancia sobresalí por bondad de carácter. La ternura de corazón era tan grande que llegué a convertirme en objeto de burla para mis compañeros. Me gustaban, los animales, y mis padres me permitían tener una variedad muy amplia.
Pasaba la mayor parte de mi tiempo con ellos y nunca me sentía tan feliz como cuando les daba
de comer y los acariciaba.
NARRADOR.- No espero ni pido que nadie crea el extraño aunque simple relato que voy a escribir. Estaría completamente loco si lo esperase, pues mis sentidos rechazan su evidencia. Sé perfectamente que esto no es un sueño. Mañana voy a morir, y quiero de alguna forma
aliviar mi alma. Mi intención inmediata en poner de manifiesto simple y
sin comentarios una serie de episodios domésticos.
EDGAR.- (Puerta abriéndose) (sonido de gato) – ¡Cariño, querida! (emocionado) ¡Mira lo que eh encontrado de camino a casa!
ESPOSA.- ¿Pero dónde has encontrado a ese gato negro?
EDGAR.- Cerca del mercado.
ESPOSA.- Solo espero que no nos traiga problemas, sabes lo que pienso sobre los gatos negros, traen mala suerte.
EDGAR.- Descuida son puras supersticiones, deberíamos quedárnoslo, eh pensado en nombrarlo Plutón.
NARRADOR.- Plutón se convirtió en mi camarada favorito, el me seguía por toda la casa e incluso en la calle. Nuestra amistad subsistió hasta que mi enfermedad se hizo grabe, pues que enfermedad es comparable al alcoholismo.
(Música de suspenso, sonido de copas, perro atravesándose y es golpeado)
ESPOSA.- ¿Por qué tratas de esa manera al perro? Nunca lo habías maltratado así. (Se levanta de su asiento gritando)
EDGAR.- (Tono ebrio y molesto) No me digas como tratar a mis animales! (sonidos de animales alterados) y sírveme de una vez la cena! (la empuja).
(Sonido de pasos, se abre una puerta, se quita el saco) Y tú? Cuál es tu problema? Porque no me miras? Eh?! (Toma al gato del cuello, sonido de gato) Ah! Maldito gato! (Grito de dolor) Te voy a dar una lección (sonido de tijeras, sonido de gato gritando)
NARRADOR.- Al decir esta abominable atrocidad, me avergüenzo, me consumo y me estremezco.
(Día siguiente)
NARRADOR.- Después de ese día mi amistad con Plutón no ha sido la misma, ahora huye de mí con indecible horror.
EDGAR.- ¿Por qué hice eso?, ¿En que estaba pensando?
NARRADOR.- Aun quedaba en mi suficiente benevolencia para sentirme afligido por esta antipatía evidente de parte de un ser que tanto me había amado, pero a este sentimiento bien pronto sucedió la irritación.
EDGAR.- (Música dramática) Ven Plutón ven, acércate gatito (sonido de cuerda) esto no te dolerá pequeño (sonido de gato asustado) ¡Lo siento, lo siento Plutón! (llorando).
NARRADOR.- Lo ahorque experimentando el más amargo remordimiento en el corazón, lo ahorque porque sabía que lo había amado, lo ahorque porque sabía que haciéndolo cometía un pecado mortal.
(Al siguiente día)
NARRADOR.- En la noche que siguió eh despertado a gritos.
(Sonido de incendio)
ESPOSA.- ¡Edgar, despierta la casa está en llamas! ¡Hay fuego por todas partes, hay que salir! ¡Llama a los criados!
NARRADOR.- Con gran dificultad escapamos del incendio mi mujer un criado y yo, la destrucción fue completa y se aniquilo toda mi fortuna, entonces me entregue a la desesperación.
(Sonido de pasos en tierra)
ESPOSA.- Mira, no ha quedado más que cenizas, ni una pertenencia que rescatar más que ese muro donde se encontraba nuestra cabecera, todo se ha ido tan rápido como se lo consumió el fuego mismo.
(Voces de multitud)
EDGAR.- ¿Qué es lo que miran aquellas personas con tanto asombro?
Es como si no hubieran visto algo parecido antes, acerquémonos a ver de qué se trata.
(Sonido de pasos)
NARRADOR.- Al acercarnos a dicho muro pudimos escuchar palabras de asombro de la misma multitud, palabras como “extraño” y “singular” excitaron mi curiosidad.
(Sonido de la multitud)
ESPOSA.- ¡Edgar mira lo que se ha formado en ese muro! (asombrada)
EDGAR.- Si, lo veo (pensamiento)”Esa figura sin duda me recuerda a Plutón, ¿Pero cómo?, ¿Acaso estoy perdiendo la razón? No debe ser más que una simple coincidencia. Si no mal recuerdo el gato murió en aquel jardín, probablemente a los gritos de alarma el jardín había sido invadido por la multitud, el animal descolgado del árbol por alguno de ellos y arrojado a mi cuarto a través de una ventana abierta, si no debe ser otra cosa más que eso.”
(Transición)
ESPOSA.- ¿Edgar, estas bien?
EDGAR.- Si querida, estoy bien.
ESPOSA.- ¿Estás seguro? Desde aquel día te noto extraño.
EDGAR.- Ya no quiero pensar en eso, hablemos de otra cosa. “Ya han pasado varios meses y aún no eh dejado de pensar en eso, siento que no ha pasado más que un día, ¿Cuándo me dejara de perseguir ese recuerdo? No hay nada que llene ese recuerdo, solo la presencia de mi viejo camarada.
ESPOSA.- ¿Sabes? Tal vez lo que te hace falta es la compañía de otra mascota para que vuelvas a ser feliz como lo eras con Plutón, hay muchos gatos abandonados en las tabernas que sueles visitar.
EDGAR.- Tal vez tengas razón, de igual manera iré a despejarme un rato, si no te molesta.
NARRADOR.- Esa noche que me hallaba sentado medio aturdido, en la taberna, fue llamada mi atención hacia un objeto negro que reposaba en un barril de Ginebra, ya tenía tiempo observando dicho barril y me sorprendió no haberlo notado antes. No me pude resistir tocarlo, un gato enorme y negro como Plutón, era idéntico en todo con excepción de una marca que tenía, una marca blanca de forma indefinida. Al estar acariciando el gato parecía estar feliz de que le demostrara dicho afecto, era justo la mascota que buscaba.
EDGAR.- ¡Disculpe amigo! ¿Este gato le pertenece? Me gustaría llevarlo a casa ya que ando en busca de una nueva mascota.
CANTINERO.- El gato no me pertenece amigo, así que puede llevárselo si eso es lo que busca.
(Sonido de puerta, pasos)
EDGAR.- Muy bien pequeño pronto llegaremos a tu nuevo hogar, es diferente a dónde has vivido pero te acostumbraras. (Sonido de gato y pies)¿Sabes? me recuerdas mucho a un viejo amigo, se parecen mucho hasta en la forma de maullar, pero yo sé que tú eres diferente, lo puedo sentir.
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