Reporte De La Película "La Ley De Herodes"

Desde que comenzó la historia política de México, se han venido arrastrando problemas que hasta hoy en día siguen afectando a la sociedad mexicana y sobre todo a la veracidad de nuestro actual gobierno mexicano. Es por ello que varios ciudadanos (revolucionarios, en aquel entonces) coincidieron que era necesaria la creación de una Constitución Política que rigiera a los ciudadanos de los Estado Unidos Mexicanos (hasta la actual, 1917). Donde se establecía que para una mejor organización, el poder del Estado iba a estar dividido en tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Gracias a esta división nuestra política se formó y se forjó para que diera lugar a un Presidente de la Nación, pero como no era suficiente que una sola persona gobernara todo el país, se asignaron senadores y diputados y/o jefes de estado, alguien que pudiera observar y hacer cumplir los derechos y obligaciones de los ciudadanos.

Con todo el panorama de lo antes mencionado, la historia de la política y sus consecuencias nunca han sido del agrado de todos. Por lo que eventualmente aparecen películas como “La ley de Herodes” la cual es una “burla” o “crítica” del sistema de gobierno de los años 40. Donde se desenvuelven actos y acontecimientos de corrupción, de injusticia, de soberbia, de infracción de leyes, y termina tal como había empezado, dándonos a entender, que la historia se repetía tantas veces se podía para beneficiar a los del alto poder. Formándose así un círculo vicioso, en el cual nadie podía levantar la voz, o quejarse sin ser amenazado por los superiores.

Es con esto donde comenzaremos a conocer la historia de la política y el sistema de gobierno a través de diferentes puntos de vista de personas entrevistadas. Nosotros no tuvimos la oportunidad de estar en esos momentos, no sabemos aún que era lo que pasaba en ese entonces si era realidad o ficticia toda esa mafia, lo que se nos presenta en la película, y si en la actualidad (2013) sigue existiendo.

Opinando sobre la realidad que presenta la película de acuerdo a su época, nuestros entrevistados coincidieron en que efectivamente la forma de nuestro gobierno era como el de la película aunque en ella se muestra “…un relato a nivel escala, hablando de un pueblito pero imitando lo que realmente pasa en México. En donde cada nivel de poder es autónomo, por lo que el rendir cuentas no es una práctica clara, rinden cuentas ficticias a los órganos reguladores.” (Palacios, Laura del Pilar, Comunicación personal, 2013). Por otra parte, recalcaron que la forma de gobernar era a base del “dedazo”, donde generalmente era el PRI (Partido Revolucionario Institucional) que ganaba gracias a que la mayoría de ellos recaía en el poder, donde “una vez estando en el poder puedes hacer y deshacer lo que quieras, sin rendir cuentas a nadie” (Palacios, Laura del Pilar). Alejandra Guadalupe agregó que en la política de esa época, el político es el que te daba y apoyaba, pero detrás de esto siempre había un cierto interés a beneficio propio. (Castañón, Alejandra G, comunicación personal, 2013).

En cuanto a la ficción de la película opinan que el protagonista (El Lic. Vargas) era muy bueno y sensato para ser verdad y que la honestidad no existe en nuestros sistema, no hoy, ni antes. (Castañón, Alejandra G.) Otra cosa irreal es que no es cierto que se andaban matando a todas las personas que se les atravesaran en el camino de los políticos, si no hubieran acabado con los partidarios del PAN y del PRD, agregando que “el poder no puede matar a la gente porque sí, sin ninguna molestia” (Castañón, Xochitl, Comunicación personal, 2013).

La realidad actual dependiendo de la percepción de nuestro sistema de gobierno, coincide con muchas mentes, que tristeza el saber que para ellos no ha cambiado y que hasta varios llegaran a pensar que aunque se formaron instituciones como el IFE, sigue siendo igual, inclusive destacaron que “la corrupción ahora es más grande, ya no ven el bien para el pueblo solo para el beneficio propio, y respecto a las organizaciones como el IFE son solo una distracción, hacernos creer que hay democracia cuando no la hay, porque hasta hoy en día se dice quien va a ganar” (Castañón, Xochilt, Comunicación personal, 2013).

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