Reseña sobre "la forma del agua"
Enviado por rebecca123456789 • 10 de Febrero de 2018 • Reseña • 814 Palabras (4 Páginas) • 268 Visitas
La forma del agua: crítica
“La forma del agua” es una película de fantasía y romance producida y dirigida por Guillermo del Toro en 2017. La trama se ambienta en Estados Unidos, durante el periodo de la Guerra Fría. Elisa Esposito es una mujer muda y solitaria, que trabaja como chica de la limpieza en un laboratorio gubernamental secreto. Al principio de la película podemos observar 3 cicatrices horizontales en ambos lados de su cuello, que inicialmente puede ser interpretado como símbolo de un trauma infantil que provocó su discapacidad. Sus únicos amigos son su vecino de casa, Giles, y su compañera de trabajo, Zelda.
Ya desde el inicio de la película, podemos observar como los colores dominantes resultan ser el azul y el verde de varios tonos, que introducen y acompañan la historia perfectamente. La música y el ambiente da a conocer el tiempo y el espacio de la historia, ya que podemos intuir que nos encontramos a principios de los años ’60 gracias a las varias canciones que escucha Eliza y a varios objetos y lugares que aparecen durante la película (como, por ejemplo, el coche de Richard Strickland).
Es obvio que uno de los elementos principales que constituyen esta obra es el amor. Este romance no es ordinario; es definitivamente algo fuera de las expectativas y de las ideas que tenemos hoy en día sobre el amor en general. A muchos les resulta raro que una mujer se enamore de una criatura tan extraña, pero pocos entienden lo que ella realmente sentía: siempre había estado sola, y ningún hombre antes del monstruo, había logrado aceptarla por su discapacidad. Por lo contrario, el anfibio la quería por lo que era, y creo que fue precisamente eso que condujo a Elisa a enamorarse de él. Como sabemos, el amor es un sentimiento fuerte, que aparece en lugares y momentos extraños. Con esta película, Del Toro logra representar ese amor entre bella y bestia que hemos visto en varias películas, pero hay algo especial y nuevo que lo hace resaltar: el hecho de que al final, el monstruo no se transforma en un hermoso príncipe azul, y Elisa no recupera mágicamente su voz. En cualquier otra película hecha por cualquier otro director, habría seguramente pasado eso. Pero en “la forma del agua”, el amor se reconoce como algo fuerte, que pone a un lado las faltas e imperfecciones de los protagonistas, y se enfoca en sus verdaderos sentimientos.
El tema del amor deriva de otro aspecto fundamental de “la forma del agua”: la aceptación. Como podemos notar durante el transcurso de la película, Eliza se siente a gusto en el agua. El narrador de la historia nos relata sobre como alguien la había encontrado de bebé, abandonada junto a un lago. Las cicatrices marcadas en el cuello de la muchacha recuerdan la forma de las agallas de un pez. En base a estas observaciones, podemos concluir Eliza, en realidad es una criatura marina. Eliza no tiene ninguna discapacidad física: simplemente, no habla porque no está en su naturaleza, justo como sucede con el monstruo marino. El anfibio tiene un papel de gran importancia en el tema de la aceptación. Gracias a él, Eliza comprende que no es incompleta y que para transmitir sus sentimientos no es necesario usar la voz. De consecuencia, para de ver su mudez como una discapacidad, sino como un símbolo de su verdadero destino, es decir, la vida en el agua.
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