Solo hay oscuridad
Enviado por Elisa Lopez • 16 de Septiembre de 2016 • Práctica o problema • 1.070 Palabras (5 Páginas) • 296 Visitas
Solo hay oscuridad
A pesar de que han pasado algunos meses, aun no logro entender lo que sucedió; me parece que desde un tiempo atrás mi corazón estuvo preparándose para lo que iba a pasar y a pesar de eso no me había dado cuenta, empezó como una inquietud que nunca antes había sentido, era algo nuevo para mí, algo extraño y completamente desconocido, un sueño que entraba en puntillas y poco a poco iba tomando un lugar dentro de mí y allí se quedó inmóvil donde espero hasta ese momento inesperado en el que salió de su escondite y me dio la oportunidad de ver de frente la verdad que yo misma, durante mucho tiempo había intentado con todas mis fuerzas esquivar y trataba de huir de algo que no sabía que era en realidad, me encontraba jugando a las escondidas con mi propia sombra.
No lo sé, creo haber escuchado la voz de ´´ que desde algún lugar inhóspito me pedía que mirara lo mejor de lo que estaba ocurriendo, que tomara un espejo y me mirara en él, que me amara así como era yo, ya ahora que no está me avergüenza reconocerlo, no quise siquiera mencionar lo que estaba pasando y aunque hubiese sido fácil decir esas cuatro palabras, tape con las manos la oscuridad que me cubría los ojos, con la esperanza de que un milagro ocurriera, que viniera a detener a la sombra que cada día iba borrando las líneas e mi mundo, y sentía que no podía hacer nada para evitarlo, sentía que escapaba mi mundo. Y en el intento de crear engaños y simular lo que no pasaba, me negué a darle nombre a lo que sentía; esperaba que al darle nombre a lo que me pasaba desaparecería, como la niebla en la mañana, que me confundían y que las manos del silencio intentaban separar de mi la poca luz y lo ultimo de color que aun estaban conmigo. Y con la misma fuerza con la que he permanecido en pie me empeñe en olvidar la mañana que se lo llevo a el, y a mi me dejo sola y perdida en esta sombra; pero las imágenes tercas iguales a mi, iguales a mi realidad, se habían quedado incrustadas como las estrellas en el cielo en mi memoria y aunque a veces lograba evadirlas, pero estaba pagando un precio muy alto: vivir con un rencor que iba y venia, cambiaba de dirección muchas veces, me golpeaba una y otra vez y no sabia que hacer con el; a veces lo descargaba en el mundo al que yo llamaba perverso conmigo, otras veces gritaba que despreciaba con todas mis fuerzas a la vida por injusta, y cuando mi desesperación ya no encontraba donde detenerse, una voz extraña que me gritaba fuerte pero al parecer solo yo podía escucharla, era una voz con tono maligno, me inculpaba con dureza por seguir viva aun.
Aturdida por la culpa de estar viva, por esas voces que me confundían tanto, por el eco de las explicaciones absurdas, si sentido y desesperadas que retumbaban en el caos de mi miedo y de alguna manera lograban llevarse mi sueño, me impuse la absurda idea de que me iba a curar de lo que estaba sintiendo porque yo era muy joven aun para atarme con cosas sin sentido. Pero no fue así, y ahora cuando toda esa locura acabo, quiero inventar otra historia menos dolorosa: que un día el destino salió, por puras ganas de caminar, en busca de alguien elegido al azar, pero quizás la lluvia o una dirección equivocada le hicieron perder el rumbo y tomo un camino que lo llevo justo donde estaba yo, y sin saber lo que hacía me tocó los ojos, desde ese día miro con admiración los colores del hermoso ocaso, el alboroto de las palomas al alzar el vuelo, yo trato de perseguir a cada segundo un poquito de , esa claridad que se escapa y el destino que no tiene memoria, ignora lo que hizo y sigue su camino sin rumbo haciendo y deshaciendo para luego olvidar lo que hizo.
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