Te Vayas Sin Decir Te Quiero

La película titulada “Nunca te vayas sin decir te quiero” me pareció una historia llena de sentimientos fuertes y muy bella, de cómo una joven, con una vida muy dura, cuya no le agradan los judíos por la necesidad económica accede a la oferta de un amigo suyo a ser nana de una familia de judíos, al principio renuncia porque creyó que no podría adaptarse a tantas reglas, pero después de haberlo recapacitado se da cuenta que no era tan malo como ella lo creía. Al empezar a trabajar ella se da cuenta que el niño casi más pequeño de la familia (porque los menores eran los gemelos) no hablaba en lo absoluto, entonces ella pasaba mucho tiempo con el ya que el no iba a la escuela como sus hermanos mayores y lo llevaba a pasear al parque diario, ambos pasaban mucho tiempo juntos viendo a los patos; pero siempre al regresar el portero peleaba y le gritaba a la joven, en una ocasión el intento romperle la mano al niño con el ascensor pero por suerte no le sucedió nada al niño.

Una vez que fueron al parque el niño hablo con ella por primera vez, ella siempre le decía al niño que los patos hacían “Cuac cuac” y esa fue la primera palabra del niño, ellos tuvieron una relación muy afectuosa y muy bonita. Pero un día la joven tuvo un gran problema con el conserje (fue la vez que el conserje le intento romperle la mano al niño con el ascensor y ella le rompió su uniforme al conserje) entonces la mama del niño, su jefa, le dijo que no era conveniente que regresara hasta en una semana y ahí cuando ya se iba a ir el niño la joven le dijo: “Nunca te vayas sin decir te quiero”, y ahí ambos se despidieron diciéndose mutuamente “te quiero”. A la semana siguiente la joven iba muy emocionada por ir con el niño, cuando se entero que el niño había muerto. La moraleja es que “Nunca te vayas sin decir te quiero” porque no sabes si volverás a ver a esa persona

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