Tratado del Libre Comercio para México

gPara dar cuenta del impacto que ha tenido el proceso de globalización en nuestro país haremos referencia a lo que señalan los investigadores alemanes Hans-Peter Martin y Harald Schumann en su obra La trampa de la Globalización. En ella, los autores analizan los resultados del proceso de globalización en México en sus aspectos positivos y negativos, presentando esta experiencia como la ingenua ilusión del milagro del bienestar a través del mercado total.

Sostienen que siempre que un país menos desarrollado, sin un programa de fomento industrial y protección mediante aranceles, bien estructurado y en operación, intenta enfrentarse a la competencia superior de los países industriales de occidente, el fracaso es previsible: el libre comercio no significa más que la imposición de la ley del más fuerte.

Los investigadores alemanes analizan el balance del Tratado del Libre Comercio para México y ofrecen el siguiente panorama: A primera vista el plan pareció funcionar. Numerosos consorcios trasnacionales abrieron o ampliaron sus centros de producción. Las exportaciones ascendieron en un 6% anual y el endeudamiento exterior disminuyó. Por vez primera México experimentó el ascenso de una clase media pequeña pero con poder adquisitivo que fundaba nuevas empresas y pagaba impuestos. Pero en realidad, sólo una pequeña parte de la economía y de la población se benefició del milagro. Las nuevas y dinámicas industrias en crecimiento en los sectores químico, electrónico y automotriz dependían en gran medida de las importaciones y sólo ofrecían relativamente pocos nuevos puestos de trabajo.

La antaño gran industria pública, como consecuencia de la aplicación de una serie de medidas de carácter neoliberal cayó en manos de unos cuantos grandes accionistas. Como consecuencia de ello, sólo 25 sociedades holding controlan un imperio que produce la mitad del producto interno bruto. Pero al mismo tiempo, la rápida apertura a Estados Unidos expuso a importantes sectores económicos nacionales a la competencia norteamericana.

Una ola de importaciones inundó el país y la pequeña y mediana industria, que en México sostiene el mayor porcentaje de puestos de trabajo enfrentó grandes complicaciones que limitaron su operación y en una gran cantidad de casos motivaron la desaparición de empresas y consecuentemente la disminución del empleo. Una muestra de ello es que sólo en la construcción de maquinaria tuvieron que cerrar la mitad de las fábricas, igual que en el hasta entonces estable sector textil.

El crecimiento económico real se hundió, quedando por debajo de la tasa de crecimiento demográfico.

La forzada capitalización de la economía agrícola, que debía relanzar la exportación y ayudar a enfrentar a la creciente competencia internacional tuvo fatales resultados. Varios millones de trabajadores agrícolas mexicanos, ejidatarios y pequeños propietarios, perdieron

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