Título tentativo: La interpretación de dos historietas durante la Segunda Guerra Mundial: “Conquistador del cielo” y el “Escuadrón 201” del editorial Chamaco chico
Enviado por Rebelyell • 26 de Abril de 2017 • Tarea • 5.002 Palabras (21 Páginas) • 325 Visitas
Título tentativo: La interpretación de dos historietas durante la Segunda Guerra Mundial: “Conquistador del cielo” y el “Escuadrón 201” del editorial Chamaco chico
PROYECTO DE INVESTIGACION
Objeto de estudio
El proyecto de investigación propone analizar dos historietas el “Conquistador del cielo” y “Escuadrón 201” que fueron publicadas en México por el editorial Chamaco chico en tiempos de la segunda guerra mundial (1939- 1945), estas fueron encontradas en Biblioteca Nacional en el acervo de historietas de la hemeroteca nacional. La primera historieta comenzó a publicarse en abril de 1944, de la cual tengo 49 números, específicamente 10 abril, de junio 30 y de agosto 9, el que sigue una secuencia mayoritaria son los 30 números de mes de junio y aunque no se encuentren los del mes de julio, la historia se puede entender de una manera íntegra. La segunda historieta inicio su publicación en mayo de 1945, en el acervo hay 73 números: 10 de mayo, 9 de julio, 18 de agosto, 9 de septiembre, 18 de octubre y 9 de noviembre. Aquí cabe mencionar que la historieta se siguió publicando aun cuando termino la guerra en septiembre de 1945, sin embargo como empieza a publicarse en mayo la retomo.
Desarrollo del tema
Para poder comprender la intención de la producción y difusión de la historieta el Conquistador del Cielo, es necesario remontarnos a la expropiación petrolera realizada por Lázaro Cárdenas en 1938, pues a partir de ese momento Estados Unidos y México se distanciaron económicamente, ya que el primero dejo de aceptar divisas, redujo la aceptación de exportaciones de plata y obviamente no acepto el petróleo mexicano, así mismo insistía a otros países a que no le compraran.[1] Ante esto México tuvo que dirigirse a Alemania y Japón, potenciales compradores, el crudo a cambio de importaciones que le habían dejado de ser suministradas por parte de Estados Unidos, además de Japón y Alemania le comprarían lo que le vendía o cambiaban a Estados Unidos.[2] Cabe mencionar que México y Estados Unidos se empeñaron uno al otro en mostrar por medio de la prensa una imagen negativa por el mismo suceso.[3]
Estados Unidos insistía a México una indemnización por la expropiación, pero no se llegaba a ningún acuerdo. Al estallar la guerra el 13 de septiembre de 1939, el día en que Francia, Inglaterra y Gran Bretaña declara la guerra al eje (Roma, Tokio y Berlín) el gobierno mexicano se manifiesto neutral, entonces las formas de acercamiento por parte del gobierno Norteamericano hacia México comenzaría a cambiar. Aquí es importante mencionar que México participó en tres conferencias interamericanas encabezadas por Estados Unidos, que retomaron la ideología panamericanista que propone la idea de una América unida en contra de intervenciones extranjeras[4], ya que temía un ataque por parte de Japón en el Pacifico y siendo México el vecino inmediato era indispensable su ayuda.
Una de las conferencia fue en Panamá el 1 de septiembre de 1939, cuando fue atacada Polonia, aquí México decidió por la neutralidad y ofreció una cooperación amistosa para el fortalecimiento de la solidaridad continental, no obstante no estuvo forzado a comprometerse actuar de manera concreta y activa en caso de conflicto. México propuso la segunda reunión que se llevó a cabo en la Habana Cuba, en julio de 1940, con lo turbulento del conflicto, se estableció en la conferencia que un ataque extranjero a un estado Americano sería un ataque a toda América. México apoyo fervientemente la cooperación por la defensa común.[5] Se observa que las relaciones y la solución de los problemas entre estos países se estaban tratando de la mejor manera.
Cuando en 1940 sube al poder Manuel Ávila Camacho sigue con la política que había heredado de Cárdenas de restablecer una relación buena entre Estados Unidos y México, lo cual se logra en 1941 cuando firman los acuerdos para resolver el problema de la expropiación petrolera y el de la deuda externa.[6] Sin embargo esto ya implica una alianza entre el gobierno de México y el de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, cosa que sería oficial en 1942 cuando México entre a la guerra.
Sin embrago esta alianza la compartían solo los gobiernos, pues para 1941 el antinorteamericanismo en la sociedad mexicana estaba bien cimentado por el pilar fundamental del discurso nacionalista revolucionario, producido en los anteriores treinta años[7] y si a esto le sumamos los conflictos con Estados Unidos en el siglo XIX iba a ser difícil que la población comprendiera que un enemigo tradicional (el estadounidense) ahora se le debería de otorgar confianza y cooperación para repeler la amenaza del eje.
Otro agregado son los partidos políticos como la UNS ( Unidad Nacional Sinarquista) que por un lado era fascista, es decir, simpatizante de las potencias del eje, y por el otro antinorteamericano y de menor magnitud PCM (Partido Comunista Mexicano) que si bien era antifascista era también anti imperialista.[8]
También parte de la opinión publica tenia simpatía por las potencias del eje, según Lorenzo Meyer quizá menos como resultado de una autentica germanofilia y más por una reacción en contra estados Unidos e Inglaterra.[9] En los años cuarenta había tres periódicos que se peleaban la supremacía y el público: El Universal, El Excélsior y el Nacional (el periódico oficial). Los dos primeros eran simpatizantes nazis. El Nacional se mantuvo neutral y pro-aliado siguiendo la postura oficial. Otros periódicos eran Novedades, El Popular (dirigido por la izquierda lombardista) y La Prensa, este último resulto incómodo para los aliados a inicio de la década porque se ensañaba con los británicos. Novedades también compartía una postura germanófila.[10]
En cuanto a las revistas la de mayor circulación era Hoy, Mañana, Jueves y Vos, Revista de revistas y Tiempo. Hoy en general era neutral y cuando decayó por la propaganda norteamericana que hacía, Tiempo aumento sus ventas. Por otro lado la postura más germanófila era la de las revistas Todo, Ahora y Timón, este último semanario patrocinado por la legación Alemana, que era dirigido por José Vasconcelos.[11]
Es muy importante decir que muchas de estos medios de comunicación fueron presionadas por la embajada estadounidense, ya que estaban en la lista negra e hicieron que cambiaran su postura entre 1940 y 1941. Una de sus tácticas era dejando de anunciar dentro de las publicaciones.[12]
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