Un problema que está impactando al medio ambiente

Hoy en día el deshecho de llantas ha logrado convertirse en un problema que está impactando al medio ambiente. De acuerdo con la Asociación Nacional de Distribuidores de Llantas, en nuestro país se desechan cada año veinticinco millones de ellas; esto equivale a un cuarto de llanta por habitante. El veintitrés por ciento corresponden a la ciudad de México y el área metropolitana. Al paso que vamos, se calcula que en diez años más tendremos por lo menos doscientos cincuenta millones de llantas, sumadas a los doscientos millones que se han acumulado desde hace diez años. De los veinticinco millones, nueve de cada diez son enviadas a tiraderos a cielo abierto o a depósitos clandestinos que se ubican, principalmente, en los estados que conforman la frontera norte del país. En general, en México, 91 por ciento es abandonado, 5 por ciento es renovado, 2 por ciento se deposita en centros autorizados de acopio y 2 por ciento es reutilizado en hornos industriales.

De esto surge una nueva pregunta, ¿Qué problemas causan? Aquellas que son tiradas a cielo abierto, ocupan mucho espacio en los rellenos sanitarios y no son biodegradables; cuando es época de lluvia, propician la incubación de mosquitos transmisores de enfermedades. También hay ocasiones en donde se incendian y emiten grandes cantidades de humos tóxicos que pueden ser letales para la salud del ser humano y del medio ambiente.

Hay evidencias de que la quema de llantas en hornos cementeros produce mayores emisiones de dioxinas, mercurio, hidrocarburos poliaromáticos (HPA) y metales pesados como plomo, zinc, níquel y vanadio, que las plantas que usan carbón o gas como combustible.

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