Una urbanización en el olvido

Una urbanización en el olvido

Son las nueve de la noche y en la Urb. José Carlos Mariátegui ubicado en el distrito San Juan de Lurigancho, se torna más peligrosa. Los delincuentes salen de sus escondites y se forman en grupos cuál manadas. Es por ello que los vecinos se agrupan de ocho a diez personas para esperar a sus familiares en cada esquina. “A mi hijo le han robado cinco veces y en una ocasión los ladrones le han pegado por resistirse, dejándolo muy grave. Realmente estoy muy agradecida con los vecinos, ya que gracias a ellos pudieron espantar a los ladrones, sino mi hijo no estaría conmigo”, cuenta la Sra. Témpora Zapata.

La mayoría de estos delincuentes vienen del AA.HH Huanta, ubicado al otro lado de la Av. Ampliación Oeste, cruzando la pista. Viven en casas muy precarias: fierros expuestos, columnas carcomidas por la humedad y moho en las paredes. Cada vez que uno camina por sus calles tienes la sensación de que estas en un relleno sanitario, ya que la basura está regada por el suelo y podías ver como las moscas revolotean alrededor. A pesar de las condiciones insalubres en las que viven, todos los fines de semana se dedican a hacer fiestas a todo volumen. En algunas ocasiones estas personas producto del alcohol se ponen a pelear y hacer desmanes en medio de la pista ,donde incluso realizaron disparos al aire, y uno sentía un enorme temor por si una bala podía caerle a un vecino o peor aún algún familiar. Los estruendos que se generaba provocaban en los niños una sensación de angustia y pavor, donde uno tenía que colocar algodón en los oídos para que el sonido no les sea demasiado fuerte. Los vecinos llamaban a la policía y serenazgo, pero te decían el mismo cuento de siempre: “Si señor ahora enviaremos un patrullero no se preocupe, buenas noches”.  Esperabas y Esperabas, pero no llegaban.

El Sr. Álvaro Dávila menciona que: “Al ser fin de semana, uno quiere caminar tranquilo por el parque, echarse en el pasto, hacer ejercicios en las gradas, ¡Pero no!  Todo lo opaca, el caos que generaron estas personas. Sales de tu casa y lo primero que encuentras es algún borracho durmiendo en medio de la calle; a veces en las puertas de los vecinos encontrabas heces y restos de orina en las paredes. Te diriges hacia el parque, y lo que encuentras es indignante: botellas regadas por el suelo, restos de droga, heces en todo el pasto, sangre, ¡Pobre mi parque!”

Cuando entre varios vecinos trataban de hacerle entender a estas personas, que lo que están haciendo está mal y deben corregirlo para tener una buena convivencia, ellos se enfurecían arrojando piedras y mandando amenazas; una de esas piedras cayó en la cabeza de una señora de 65 años, los vecinos tuvieron que auxiliarla llevándola en un taxi a un hospital.

 “Ya estoy cansado de toda esta situación, vivimos abandonados por nuestras autoridades” dijo el Sr. Juan Gutiérrez. “Si tienes razón, a pesar de que nosotros pagamos nuestros impuestos y somos gente de bien, las autoridades no nos brindan seguridad, ya a una vecina le han arrojado una piedra, que esperan a que pase ¿Qué nos maten? Solo les pedimos que al menos un patrullero pase por toda esta zona todos los días” completo un vecino.

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