Una vez vista la película “Yo soy Sam”, analizaremos el argumento y el contenido de la misma

Una vez vista la película “Yo soy Sam”, analizaremos el argumento y el contenido de la misma.

Sam es un deficiente mental que al ser abandonado por su mujer, tiene que ocuparse de su hija recién nacida, Lucy. Los primeros años son relativamente fáciles, gracias a la ayuda de sus amigos, de su jefe que le permite llevarla al trabajo (hasta que se hace un poco más mayor) y sobretodo de su vecina, Annie, que le guía y le ayuda en todo lo que necesita.

 Annie es una parte muy importante en la educación de la pequeña Lucy, ya que es la que se ocupa de la niña mientras Sam está trabajando y le aconseja en los cuidados desde que es un bebé, como por ejemplo, explicándole que los niños tienen que comer cada tres horas cuando son pequeños y estando ahí cada vez que Sam se siente angustiado.

La relación que existe entre Sam y Lucy es de amor puro, de amor verdadero, Sam la ama incondicionalmente. La niña tiene un apego seguro hacia su padre, se muestra contenta y feliz cuando está junto a él, en cambio, cuando los separan la niña se muestra triste, lo echa de menos y quiere volver con él.

El vínculo afectivo que existe entre ellos es fuerte y un tanto extraño, ya que aunque se protegen mutuamente, la niña siente que tiene que proteger a su padre. Él porque la quiere y la pequeña porque siente que su padre es más indefenso que ella. Lucy se da cuenta de las dificultades que tiene Sam y le ayuda en todo lo que puede. Una escena muy emotiva es cuando están leyendo un libro, Sam se atasca en una palabra y ella lo lee. La siguiente vez que leen el cuento es la niña la que simula que se atasca, entonces Sam le dice que él es feliz al verla leer, y la niña sigue leyendo sin dificultades.

En cambio, la relación que tiene Rita con su hijo es totalmente diferente. En este caso se observa como el tipo de apego es evasivo, el niño se muestra indiferente cuando la madre aparece cerca de él.

Creo que es mejor la relación que tiene Sam con su hija que la que tiene Rita con el suyo, ya que Rita vive a un ritmo de vida que no le permite disfrutar de su familia. Está tan centrada en su trabajo que no se da cuenta que lo que de verdad se está perdiendo es lo más importante: ver crecer a su hijo. Sam por el contrario, vive para su hija, todo lo que piensa lo piensa por y para ella.

Aparece una escena muy conmovedora, cuando Sam lleva a Lucy a una zapatería para comprarle unos zapatos nuevos. Todos los amigos de Sam le acompañan,  ellos también son deficientes mentales, aunque cada uno tiene un tipo de deficiencia distinto. Entre todos eligen los zapatos de la niña, preguntándole si le gustan cada vez que encuentran un par. Es divertido ver como se preocupan por la hija de su amigo y como intentan buscar algo que a la niña le guste.

Una vez elegidos, se dirigen a la caja a pagar. Al decirle el precio a Sam, saca el dinero pero no lleva suficiente, el dependiente le dice que no se los puede vender. Entre todos los amigos empiezan a sacar dinero, cada uno le da lo que lleva encima y juntándolo todo puede pagar los zapatos. Es precioso ver tanta ternura en un momento, le dan todo lo que tienen sin pedir nada a cambio. En ese momento se puede ver qué es un amigo de verdad. Es esa persona que está ahí para lo que necesitas y ellos lo están. Es una bondad sincera, tienen la inocencia de los niños y entran ganas de llorar sólo de ver lo buenos que son. Demuestran que harían cualquier cosa con tal de ver feliz a Sam.

La historia se empieza a complicar cuando la niña cumple ocho años. Sam le prepara una fiesta sorpresa en casa, invitando a los amigos de la clase de Lucy. Connor, uno de los amigos de la pequeña le grita a Sam diciéndole que no se quiere esconder, es entonces cuando Sam pierde los nervios, coge al niño y le grita fuertemente. El padre del niño se mete en medio y le empuja violentamente. En ese momento llega la niña que ve toda la escena, y detrás de la niña la asistente social de la comisaria, que al ver lo ocurrido llama a la policía.

Rita, también se emociona y deja de lado el papel de mujer dura y segura de sí misma cuando va a buscar a Sam y no le quiere abrir la puerta. Es ella misma la que abre la puerta de una patada, al entrar le dice a Sam que tiene que luchar, y que cree que a lo mejor ella está sacando más de la relación que tienen que él. Se pone a llorar y le cuenta que su marido le engaña, que no conoce a su hijo y que le chilla muchas veces sin razón. Es aquí cuando se da cuenta de todo lo que se está perdiendo con su familia. Con su marido ya no hay nada que arreglar pero con su hijo tiene mucho por hacer todavía, por fin ha abierto los ojos.

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