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Voces Inocentes.


Enviado por   •  16 de Marzo de 2016  •  Ensayo  •  2.256 Palabras (10 Páginas)  •  823 Visitas

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Ensayo sobre película “Voces Inocentes”

Materia: Técnicas de Estudio

Mañana lluviosa de un día con fecha incierta del año 1980, sobre charcos de agua de lluvia mezclados con tierra formando lodo, pasos grandes de botas de hombre, y pasos pequeños de zapatos de niños. Estos últimos, cuatro niños escoltados por un grupo de cuatro soldados salvadoreños, y las palabras de una voz inocente que dice, “…tengo mucha sed, y me duelen los pies; tengo piedras en los zapatos; seguro nos van a matar; ¿por qué nos quieren matar si no hicimos nada?…” apenas comenzando la película y dejando esa escena un sentir amargo e indefinido. “Voces Inocentes”, película que transcurre en Cuscatancingo, un pueblito de El Salvador, que sufrió el fuego cruzado de una pequeña porción de 12 largos años de una sufrida y casi interminable guerra civil entre soldados salvadoreños con el apoyo de soldados estadounidenses, en contra de la FMLN (Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí), grupo guerrillero conformado por cinco organizaciones político-guerrilleras luchando por un conflicto agrario y más tarde por la reforma política del país.

No fundamenta sobre los hechos y razones de enfrentamiento, sino sobre las vivencias reales de Oscar Orlando Torres, guionista de la película, quien a pesar de su duro y triste pasado, llegó al mundo del séptimo arte, el cine. Actuando en un comercial del director Luis Mandoki, fue donde se conocieron y finalizado el trabajo del comercial, Oscar se acerca al auto de Luis para agradecerle por la participación del comercial y para entregarle un guión bélico sobre su propia vida. Luis Mandoki que terminado ese comercial entraba en vacaciones, aceptó leer el guión, tan solo porque Oscar le había caído bien. Atrás de su guión tiene muchos en lista de espera que previamente recibió y tal vez en algún momento leería. Luis, después de leer las dos primeras páginas de ciento veinte que tenía el guión, despertó a su esposa para compartirle lo que leía, un guión con una historia de una mirada más alegre sobre los hechos ocurridos, y esa noche lo leyó hasta el final. Bastó para que Luis no tarde en decidir realizar un trabajo, junto con Oscar. Entre discusiones y persecuciones el director consiguió que Oscar relate situaciones más profundas de su vida, situaciones que no quería recordar por las marcas profundas que esa guerra dejó en su vida. Como la escena en que Chava toma la ametralladora y apunta a un soldado, y que al ver que era un niño, suelta el arma y huye. Por esa escena casi no completan el rodaje; el ataque de nervios, enojo y llanto de Oscar, lo hicieron revolear la silla contra una pared y alejarse del set, hasta que un rato, un buen rato más tarde Luis lo animó a continuar.

Luis Mandoki, un mexicano, director de cine de grandes actores y actrices estadounidenses, habiendo dirigido películas como “Cuando un hombre ama a una mujer, con Meg Ryan y Andy García; y Ojos de Ángel, con Jennifer López” entre otras películas, apostó una mirada a una película centroamericana y de bajo presupuesto. Después de un largo trabajo de tres años, reescribiendo el guión junto con Torres, negociando con el gobierno salvadoreño para rodar la película en la misma ciudad, Cuscatancingo, quienes negaron la mayoría de los hechos y jamás haber fusilado niños, lo que llevó a resolver como escenario, locaciones cercanas a Jalapa, en el estado mexicano de Veracruz, y habiendo entrevistado a 3000 niños, hasta encontrar al protagonista e inexperto Carlos Padilla, con rostro angelical y quien a veces olvidaba sus líneas y miraba las cámaras en medio de las escenas. La película fue premiada por títulos importantes y animando a Mandoki y a Torres trabajar más adelante en otros rodajes, y con una propuesta de mostrar la vida de un niño de 12 años, inmigrante llegado a estados unidos y que seis años más tarde vuelve a reencontrarse con su familia de El Salvador, a lo cual Oscar Torres dijo, que sería nuevamente muy difícil para él recordar esos tiempos.

Sin desviar más el asunto, nos remitimos a lo que vimos en Voces Inocentes, y continúa de esta manera…

Una familia siendo abandonada por su padre, y Chava, un niño de once años de edad con apariencia indefensa pero fortaleza y valor en su corazón, se responsabiliza por la petición de su madre, ser ahora el hombre de la casa.

Un día en la escuela, en clases un compañero llamado Antonio recitaba un fragmento de un poema llamado Ascensión, de Alfredo Espino, un poeta salvadoreño, y decía así, “Dos alas, quien tuviera dos alas para el vuelo. Esta tarde en la cumbre, casi las he tenido, con el loco deseo de haberlas extendido sobre aquel mar dormido”, de alguna forma refiriendo en toda la gente que estaba en medio de ese conflicto, y el deseo inconsciente de escapar. Más tarde comienzan las violentas escenas audibles de los disparos y el apresuro resguardo de Chava, su hermana Rosita y su hermanito Ricardito. Intentando Chava, calmar el llanto de su hermano Ricardito, causado por el miedo de los disparos. La desesperación de Kella, la madre de ellos, al llegar a su vecindario y encontrar muertos camino a su casa. Situaciones terribles y desesperantes que la llevan a querer huir de ese lugar. Kella llena de preocupación conversando con su madre Toya, quien le dice, “Los que se van para el norte, se marean,… los que se van sufren más que los que se quedan, y los que se quedan luchan”, como quien dice ponerle el pecho a las balas y no dar lugar a la cobardía, situaciones en que se ven los fuertes y los que se esfuerzan por otros, decisiones grandes en las que no todos pueden tomar acción de retirarse o volarse de tan grandes acontecimientos.

Chava, comenzando a conocer el bichito del amor, mirando enamoradamente a Cristina María, su compañera de escuela, y luego novia. Un espacio de sonrisas y esperanzas en la vida de dos niños enamorados, como los tiempos de juegos entre Chava y sus amigos Chele, Fito, Marcos, Antonio, y Ancha, su amigo grande de tamaño pero con mente de niño. Otras escenas donde Chava intenta vender la ropa que confecciona su mamá, y sin suerte en las ventas, decepcionado sale de la tienda y de camino descubre y se aventura subirse a un bus estacionado y vacío, y comienza a jugar con su imaginación, hasta que el chofer aparece y le ofrece trabajo en el bus, oferta que Chava aceptó para poder ayudar a su mamá con el dinero de la casa, tierno acto de amor de un pequeño con su mamá, demostrando responsabilidad de un hombre de la casa.

Vuelven las escenas fuertes, y a la escuela se adentran soldados para reclutar alumnos menores de 12 años. De una lista de varios, nombran a un compañero llamado Temo, y a Antonio Gutiérrez, uno de sus amigos. Formados los niños salen escoltados por soldados y suben a una camioneta para ser llevados a entrenarlos como soldados. ¿Quién podría imaginar que los hombres tomen decisiones tales como reclutar niños de una escuela? solo casos extremos como una guerra, y que aun así, no se tiene consideración moral ni justificación. Cambian las mentalidades de los niños que tal vez ni saben aún qué decidir de sus vidas, y son obligados y entrenados a pensar como soldados. Demostración que más tarde se ve cuando Antonio aparece uniformado y armado, en el lugar donde sus amigos juegan arrojando piedras a un rio. Al principio un encuentro que se podría decir un tanto amenazante y amistoso, terminando en un tono serio y humillante de parte de Antonio hacia sus amigos diciendo “son un puñado de niños culeros”.

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