26 DE JULIO: LA FIESTA DE SANTA ANA
Enviado por Jucastsi • 11 de Enero de 2018 • Síntesis • 1.466 Palabras (6 Páginas) • 451 Visitas
26 DE JULIO: LA FIESTA DE SANTA ANA
Juan Castellón Siles
plazapueblo.hotel.vallegrande@hotmail.com
Rogando siempre a la mamita de Santa Ana y a su esposo San Joaquín, de que un surazo no arruine la alegría, todos los años los santaneños celebran con devoción la Fiesta de Santa Ana, de la que participan los vivientes de este hermoso pueblito ubicado a 22 kilómetros de la capital vallegrandina, y a la que se suman un centenar de familias de residentes santaneños en Santa Cruz y un buen puñado de vallegrandinos que no fallan año a año. [pic 1]
Incluso hemos compartido con turistas extranjeros, principalmente argentinos, que desde su país programaron con tiempito su viaje a Vallegrande tras las rutas del Che, pero al ver el entusiasmo de los “idores” a la fiesta de Santa Ana, por curiosidad desviaron su camino por un par de horas, aunque ya en Santa Ana, el entusiasmo y la alegría contagiantes, hicieron que el festejo se prologue más de lo debido, postergando su visita a la Higuera con el firme compromiso de regresar el año que viene.
La fiesta dura tres días, desde el 25 en la noche hasta el 27, aunque los afanes empiezan un mes antes.
Los preparativos
Los primeros días de julio, cuando el invierno arrecia y se expresa de manera espectacular con las nevadas y heladas de un la época, los santaneños le dedican una buena parte de su tiempo para alistar la fiesta. Deben elaborar la chicha, la cual contempla varias tareas como la de juntar leña, ir al molino con sus mejores mazorcas de maíz que vienen guardando para la ocasión, lavar los cantaros con bastante legía de ceniza y así garantizar una excelente fermentación. Cada familia empieza a alistar la casa, acomodar las camas para los visitantes, proveerse de una buena cantidad de alimentos, derribar un torillo, asegurar una buena cantidad de huevos para consumirlos pasaditos en los desayunos, el riñón al jugo, las papas con queso, el famoso bisté vallegrandino, las sopas de media mañana, los picantes, el locro, churrasco, la wuatía de las cabezas de vaca, entre otras exquisiteces propias de nuestra provincia, a las que se suman otras exquisiteces foráneas traídas por los entuisiastas residentes santaneños en Santa Cruz, como el churrasco, chancho a la cruz, fricasé, surubí a la tacuara, incluso con cocineros venidos desde lejos, entre otros platos; en fin, comida, chicha, alegría y cariño es lo que sobra. Nadie sufre de hambre ni de frío, pese al invierno. Así es la fiesta, así se preparan los santaneños, nerviosos pero entusiastas, ya que el afán de todo un mes, debe dejarlos satisfechos los días que dura la fiesta. [pic 2]
Las vísperas del 25
Y llegó la fiesta!!. Todo comienza con una misa celebrada por el párroco de Vallegrande el día 25 por la noche, a la cual van llegando los fiesteros bien abrigados y con mucha devoción a la mamita de Santa Ana y al tatito San Joaquín, quienes también estrenan sus mejores atuendos año a año, siendo ésta una de las tantas expresiones de promesas de los devotos, cargadas de amor y agradecimiento profundo por los favores recibidos.
Pasada la misa, con la esperanza de que la fiesta transcurra sin ningún percance y los fiesteros empiezan a deleitarse con los acordes de mariachis, bandas de música y orquestas alrededor de la capillita, rodeada de fogatas, fuegos artificiales y globos que se lanzan al infinito. Esa noche, circulan los alferes con aperitivos bien calientes como el sucumbé, te con te, cedrón, canelados, sanwuiches, bisté, entre otros. Paralelamente a las vísperas, en la escuelita del pueblo se desarrolla la velada artística organizada por el plantel docente y alumnos del núcleo escolar y la participación de algunos artistas renombrados de nuestro acervo vallegrandino.
El albazo del 26
A las 4 de la madrugada, oscuro el día, mientras la mayoría aun duerme, las brasas de la noche anterior hacen hervir nuevamente el té con té y el cedrón, y a las 5 en punto, los mariachis y las orquestas descargan nuevamente sus acordes de salutación a la mamita, haciendo despertar a todo el pueblo, con los primeros rayos de un sol radiante que generalmente ocurre en esta época del año y disipando la amenaza de alguna nieblina ocasional que visitó el pueblo durante la noche.
La misa y la procesión
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