48 LEYES DEL PODER.

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Lo que pasó cuando leí éste libro fue algo muy curioso ya que en el momento que comencé a leerlo justamente empecé a trabajar había varias leyes que cuando lo ley por primera vez estaba en desacuerdo y llegue a creer que el autor del libro estaba loco o seguramente había tenido una desilusión en su trabajo por lo que decidí cerrarlo y hacer un ensayo superficial de él.

En éste trabajo no hablaré de todas las leyes sino de aquellas que me han permitido poder seguir en un mundo donde la competencia es más grande cada día e intentar sorprender a un cliente es lo más difícil del mundo y más cuando solamente tienes 20 años y la experiencia laboral no es algo que tengas de respaldo.

La primera que aprendí y tal vez la más difícil para porque soy una persona que valora muchísimo a sus amigos fue la segunda ley “Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos”. Cuando la ley por primera vez yo refute en mi imaginación con el autor que eso no era posible un amigo jamás te podría traicionar y mucho menos quedar mal porque es un amigo es alguien que te valora al igual que tú y jamás mostrará envidia o será un irrespetuoso contigo.

Todo pasó al segundo mes de iniciar actividades, mi mejor amigo con el que idee todo lo que íbamos hacer y el que ya tenía experiencia en despachos de un momento a otro se convirtió en una persona holgazana (o esa era la imagen que daba) poco comprometida, dispersa, agresiva y hasta un poco prepotente. En ese momento tomé la decisión de sacarlo de la empresa y seguir con los que tal vez no eran mis amigos más cercanos, pero si los más comprometidos.

La tercera ley “Disimule sus intenciones” la aplique en un caso en el cual tuve que trabajar de cerca con un abogado en un asunto de divorcio, me di cuenta de que esta ley aplica con otra característica que me gusta describirla con la frase “hazte el menso” comprendí que nunca debes de intentar sobresalir en una plática y mucho menos intentar convencer a la primera todas las partes sino callar y aguardar el momento en el que puedas llevar acabo tus planes, muchas veces las personas queremos sobresalir o demostrar a las que nos rodean que somos mejores y no existe rival alguno, pero esta ley permite demostrar que el peor rival es el que no sabes lo que hará.

La quinta ley “Casi todo depende de su prestigio; defiéndalo a muerte” es algo que siempre lo note muy relacionado con la clase, seguramente porque tiene que ir muy pegado con la parte de la imagen. En esta ley lo que me sorprende es que a veces una persona puede vivir de una victoria toda su vida, como ejemplo: un abogado que conocí en los juzgados me comentaba que el abogado demandante era el Abogado si con “a” mayúscula todo porque el primer caso que ganó ese Abogado fue contra un diputado y el representaba a la concubina, pero el Abogado no se había enfrentado a nadie después de ese caso todos los casos después del diputado los gano porque los demás abogados intimidados por la victoria de éste ante todo un despacho jurídico decidían tener un acuerdo antes que ir a juicio.

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