Análisis de la información financiera.Un Caso Para No Dormir

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Aportación inicial del caso

Nombre: Carlos Enrique Quiñones Carrillo

Matrícula: 02774796

Materia: Análisis de la información financiera.

Profesor: Ángel Calzadillas

Fecha: 17 de Noviembre del 2015

Título del caso: Un Caso para no Dormir.

Autor: Jesús Soriano Berrueta
Clave: C28-01-012 

Título: Un Caso Para No Dormir

Introducción:

        En noviembre de 2002, el ingeniero Enrique Covalde tenía 31 años de experiencia laboral, trabajando como gerente de producción de una importante fábrica de colchones en Guadalajara Jalisco; y estaba por recibir $ 2,650,000 pesos de indemnización. En ese mismo año, se le presento la disyuntiva de comprar entre dos diferentes empresas. Tenía que analizar la información que se le presento de ambas compañías y tomar su decisión en un plazo no mayor de dos semanas para así poder reunirse con los respectivos accionistas vendedores, debido a que hacía ya tres meses de la propuesta y existían otras personas interesadas en comprar las empresas que le interesaban.

        El Sr. Enrique Covalde realizó sus estudios profesionales en 1971 como Ingeniero Industrial en la facultad de ingeniería de la universidad de Guadalajara, después de que egreso de la universidad, ingreso a laborar en la fábrica de colchones Príncipe S.A. de C.V donde comenzó su carrera laboral como “Auxiliar de Producción”, después de algunos años ascendió al puesto de “Supervisor de Producción” y tiempo después fue nombrado “Supervisor General de toda la fabricación de colchones”. Entre los años de 1993 y 2002 se desempeñó como “Gerente  de Producción”, cumpliendo con la fábrica de colchones una trayectoria total de 31 años laborando para esta empresa.

        Debido a los años laborados en esta compañía, su dominio en los procesos relacionados a la fabricación de colchones era amplia y dominaba ampliamente este tema. Su familia conformada por tres hijas (la primera de 26, la segunda de 20 y la tercera de 4 años) así como su esposa, lo apoyaban en el proyecto de comenzar su propio negocio además de que contaba con muy buena salud a sus 51 años de edad debido a que practicaba atletismo y acudía al gimnasio con frecuencia. Meses anteriores a su jubilación sabía que quedaría desempleado y empezó a buscar alternativas para invertir lo que recibiría al llegar su jubilación. Platicando con algunos empresarios y ejecutivos de las empresas colchoneras, empezó analizar la posibilidad de asociarse con uno o varios de los socios de dichas compañías,  pero concluyo que le gustaría comprar alguna de las mismas. También pensó en generar un negocio de un diferente giro que un amigo íntimo le recomendó: fabricar ropa, pero al desconocer por completo ese proceso, prefirió no arriesgar su patrimonio e ir a lo más seguro.

        Durante su vida laboral, logro ahorrar la cantidad de $850,000 pesos en su cuenta bancaria, y en conjunto con lo que recibió de su indemnización y un posible crédito bancario, tendría lo suficiente como invertir en un negocio con el fin de alcanzar su viejo anhelo: ser su propio jefe, ser empresario.

Antecedentes del problema:

Según (Kiyosaki, 2005), “el trabajo más importante del empresario comienza antes de que haya un negocio o empleados. El trabajo de un empresario consiste en diseñar un negocio que pueda crecer, dar empleo a muchas personas, agregar valor a sus clientes, ser una sociedad anónima responsable, llevar prosperidad a todos los que trabajan en el negocio, ser caritativo y, al final, ya no necesitar al empresario. Antes de que haya un negocio, un empresario exitoso esta diseñando el tipo de negocio que tiene en mente.”

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