Balanza De Pagos
Enviado por andreuslu • 14 de Noviembre de 2012 • 6.780 Palabras (28 Páginas) • 312 Visitas
INTRODUCCIÒN
Actualmente, China representa un factor clave para la economía mundial, puesto que es uno de los países que más compra y vende en el mercado internacional, juega un papel muy activo en la inversión extranjera directa y es el dueño de las mayores reservas internacionales del mundo. Asimismo, constituye una potencia emergente; sin embargo, su crecimiento en los últimos años la está posicionando entre los países más desarrollados del mundo.
Después de décadas de esfuerzo y trabajo, China fue capaz de enseñarle al mundo la profunda convicción de que la reforma es la única esperanza de lograr un desarrollo sostenido, racional y acelerado; y que la reforma estructural de la economía es la única vía correcta hacia el desarrollo económico; y entonces una vez iniciadas la reforma y la apertura al mundo exterior, el campo de visión chino se amplió para abarcar al mundo entero.
MARCO TEORICO
Datos económicos
PIB: 6.7%
Reservas monetarias 2008: 1,950 millones de dólares
Reservas monetarias 2001: 212,000 millones de dólares
Tamaño (km2): 9,600
Población: 1,339 millones de habitantes.
Inflación: -1.6%
Desempleo: 9%
Tasas de interés: 5.31%
Régimen cambiario chino
Desde los primeros años de la reforma económica que ha tenido lugar en China, el Estado se ha encargado de establecer las regulaciones necesarias para mantener el control sobre las divisas y la tasa de cambio. Tal propósito ha estado en función de lograr la estabilidad de la moneda como condición necesaria para sostener el equilibrio económico, político y social del país.
En un primer momento, el tipo y régimen de cambio se fijaba administrativamente, pero con el avance de la reforma se fueron introduciendo modificaciones que flexibilizaron estos mecanismos de acuerdo a las exigencias de las transformaciones que iban implementándose. Así, a partir de 1994, la tasa de cambio oficial del Renminbi (RMB) se determinó a través de un sistema de tasa flotante administrada, mediante el cual el precio de la moneda podía fluctuar dentro de un pequeño rango, pero las autoridades podían intervenir en el mercado mediante actividades de compra o venta, para mantener el precio de la moneda.
Además, el RMB ha estado atado al dólar estadounidense, entre 8.27 y 8.28 yuanes por dólar, desde 1996. Los analistas y expertos foráneos consideran este nivel por debajo de su valor real (entre un 20 y 40%), teniendo en cuenta que la moneda china no fluctuaba libremente en el mercado de cambios, sino que para mantener su estabilidad frente al dólar, China tenía que intervenir comprando la divisa estadounidense, lo que denotaba que en la práctica el yuan estaba devaluado.
De esta manera, los productos de exportación chinos, ya baratos debido al menor costo relativo de la mano de obra, se hacen mucho más competitivos en los mercados extranjeros, lo que determina que inunden estas plazas y releguen a los productores nacionales. En este contexto, los principales países desarrollados, sobre todo Estados Unidos, Unión Europea y Japón, vienen presionando a China, fundamentalmente en los dos últimos años, a fin de que revaluara su moneda.
Sin embargo, aunque la presión sobre China la han argumentado a partir de los postulados de «eliminar los desequilibrios de la balanza comercial y propiciar un mayor crecimiento a escala global», la realidad es que los países industrializados han adoptado una posición clásicamente proteccionista que responde no sólo a intereses económicos, sino incluso hasta políticos
Hasta ahora, China se había mantenido firme en la no revaluación, esgrimiendo razones de gran peso en defensa de su economía nacional
Revaluación
El 21 de julio de 2005, China modificó, a través de tres medidas fundamentales, su sistema cambiario: la revaluación de su moneda frente al dólar en un 2,1%, situándola en 8.11 yuanes por dólar y la flexibilización de su régimen cambiario, al ampliar la banda de fluctuación de su tasa de cambio hasta 0,3%{5} a partir de un precio de referencia, que a partir de ahora se establece con respecto a una canasta de monedas integrada por el dólar, el euro, el yen, el won coreano, la libra y las monedas de Singapur, Malasia, Rusia, Australia, Canadá y Tailandia{6}.
Lo anterior significa que el precio del yuan puede oscilar diariamente, fortaleciéndose o debilitándose, pero dentro de los límites permitidos, y que las autoridades pueden intervenir cuando lo requieran las circunstancias. Desde que se asumió el nuevo sistema, el yuan se ha apreciado levemente, llegando a 8.1062 yuanes por dólar a mediados de agosto{7}.
Asimismo, el Banco Central planteó que podrá ajustar la banda cuando lo crea apropiado, según la madurez del mercado y las condiciones económicas y financieras.
De forma paralela, las autoridades financieras han permitido una ampliación del comercio de divisas dentro del país, autorizando a instituciones no bancarias a hacer negocios en el mercado cambiario. Para garantizar el orden en los mercados y mantener la estabilidad básica de la tasa de cambio a un nivel razonable y balanceado, éstas han planteado que mantendrían una estricta vigilancia sobre los mercados, fortaleciendo la administración y supervisión.
Además, el Banco Central ha dado a conocer nuevas reglas que permitirán un uso más amplio de los derivados de divisas, con el objetivo de satisfacer las necesidades de protección contra riesgo cambiario, que se incrementará luego de la revaluación del 21 de julio.
Muchas han sido las especulaciones de los analistas acerca de los motivos que tuvo China para realizar en estos momentos la revaluación de su moneda, que de manera general, la han reducido a una concesión ante las fuertes presiones de los principales centros de poder.
Lógicamente, en la decisión tuvo que haber influido, en cierto grado, los reclamos de las partes demandantes, pero, además, existen otras razones de envergadura, relacionados con sus intereses nacionales que motivaron la revaluación.
En primer lugar, con tal conducta China hace evidente su intención de no deteriorar sus estratégicas relaciones externas para proteger el buen desenvolvimiento del proceso de reforma, dada la profunda inserción de su economía fundamentalmente con estas potencias, al tiempo que le resulta beneficioso resaltar su voluntad de acatar las normas de la OMC. En otras palabras, China está dando muestras de flexibilidad y de que está dispuesta a cooperar con la comunidad internacional.
Por otra parte, en China han venido
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