CAIDA LIBRE
Enviado por MFlores26 • 6 de Febrero de 2015 • 12.389 Palabras (50 Páginas) • 210 Visitas
CAPITULO 1
LA GESTACION DE UNA CRISIS
Un mercado desregulado, inundado de liquidez y con unos tipos de interés bajos, una burbuja inmobiliaria mundial, y unos créditos de alto riesgo en vertiginoso aumento eran una combinación peligrosa. Añádase el déficit público y comercial de Estados Unidos, y la correspondiente acumulación en China de ingentes reservas de dólares, esta crisis llevaba la etiqueta “made in USA”.
Los estadounidenses encontraron una ingeniosa solución: pedir prestado y consumir como si sus ingresos estuvieran aumentando.
Unos bajos tipos de interés y una regulación laxa alimento la burbuja inmobiliaria.
Estados Unidos y el mundo afrontaban tanto una crisis económica.
Surgieron preguntas profundas ¿Qué iba a sustituir el consumo desbocado de los estadounidenses?, ¿cómo iban a gestionar Estados Unidos y Europa su restructuración?
La restructuración era inevitable.
La administración del presidente George W Bush utilizó la breve recesión que siguió al hundimiento de la burbuja tecnológica como excusa para forzar su agenda de bajadas de impuestos a los ricos. No obstante las bajadas de impuestos no estaban diseñadas para estimularla economía.
Greenspan bajo los tipos de interés, inundando de liquidez el mercado. No es de extrañar que con tanto exceso de capacidad en la economía, los tipos de interés más bajo no condujeran a más inversiones en maquinaria y equipos. Funcionaron, pero solo para reemplazar la burbuja tecnológica con una burbuja de la vivienda, que fomentó un auge del consumo y del sector inmobiliario.
Los precios del petróleo subieron de 32 dólares por barril en marzo de 2003, cuando empezó la guerra de Irak, hasta 137 dólares por barril en julio de 2008. Los estadounidenses estaban gastando 1400 millones de dólares diarios para importar petróleo, en vez de gastar ese dinero en el país.
Wall Street no consiguió dar con un buen producto hipotecario.
Los mercados financieros estadounidenses no procuraron crear esos mejores productos, aunque se utilizan en otros países. Las firmas de Wall Street, centradas en maximizar sus beneficios, crearon unas hipotecas que tenían unos elevados costos operativos y tipos de interés variable, con cuotas que podían aumentar repentinamente, pero sin protección contra el riesgo de una disminución del valor de las viviendas ni contra el riesgo de pérdida de empleo.
En vez en cómo maximizar sus beneficios, podrían haber concebido productos que incrementaran permanentemente la adquisición de viviendas. Podrían “haber hecho buenos negocios haciendo el bien”.
El sistema bancario tiene dos funciones esenciales. La primera es proporcionar un mecanismo de pagos eficiente; la segunda función esencial es evaluar y gestionar el riesgo, y conceder créditos.
Si un banco hace bien su trabajo, proporciona dinero para crear nuevas empresas y expandir viejas empresas, la economía crece, se crean empleos, y al mismo tiempo el banco consigue una alta rentabilidad (suficiente para pagar intereses a los depositantes y para generar una rentabilidad competitiva a quienes han invertido su dinero en el banco).
El sistema bancario en Estados Unidos y en muchos otros países no se centró en prestar dinero a las pequeñas y medianas empresas, por el contrario se concentró en promover la titulización especialmente en el mercado hipotecario.
Los bancos y sus reguladores, podían pensar que habían trasladado a terceros los indeseables riesgos que habían creado, pero cuando llegó el día del ajuste de cuentas cuando los mercados se hundieron resultó que también a ellos les pilló desprevenidos.
Análisis de la responsabilidad
Para abril de 2009 ya era la recesión más prolongada desde la Gran Depresión y había muchas culpas que repartir.
En la larga lista de responsables, lo natural es empezar desde abajo, por los originadores de las hipotecas. Las empresas hipotecarias habían colocado exóticas hipotecas amillones de personas, muchas de las cuales no sabían dónde se estaban metiendo.
Los bancos compraban las hipotecas y las revendían en paquetes a inversores incautos. Los bancos y las instituciones financieras estadounidenses se vanagloriaban de sus inteligentes nuevos instrumentos de inversión.
Las agencias de calificación, que deberían haber puesto coto al crecimiento de estos activos tóxicos, por el contrario les dieron su sello de aprobación. Los mercados financieros estadounidenses habían omitido cumplir con sus esenciales funciones societarias de gestionar el riesgo, asignar el capital y movilizar los ahorros, manteniendo al mismo tiempo unos bajos costos de transacción.
En su punto álgido, en 2007, los mercados financieros inflados absorbían el 41 por ciento de los beneficios en el sector empresarial.
Los bancos confiaban en que si surgían problemas, la Reserva Federal y el Tesoro les rescatarían, y estaban en lo cierto.
Greenspan agravó la situación al permitir a los bancos dedicarse a créditos cada vez más arriesgados, y al animar a la gente y a suscribir hipotecas de tipo variable, con unas cuotas que podían fácilmente dispararse.
La triste realidad es que en los mercados financieros estadounidenses, las innovaciones estaban concebidas para eludir la normativa, los estándares contables y la fiscalidad.
Una buena regulación podría haber reorientado las innovaciones de formar que aumentaran la eficiencia de nuestra economía y la seguridad de nuestros ciudadanos.
El “input” principal del sector bancario es el costo de sus fondos, ¡y sin embargo parece que los banqueros se quejan de que la Reserva Federal pusiera el dinero demasiado barato!
En resumen , fue una combinación de fallos lo que llevó a que la crisis alcanzara la magnitud que alcanzó.
El sector financiero se lleva la principal carga de la culpa, los reguladores no hicieron su trabajo al no asegurarse de que los bancos no se portaran mal. Algunos responsables de la parte menos regulada de los mercados financieros (como los hedge funds o fondos de inversión libre), al observar que los peores problemas se producían en la parte más regulada (los bancos), astutamente concluyen que el problema es la regulación.}
Fallos del mercado
Los mercados por sí solos fallan de forma evidente, y fallan con mucha frecuencia. Tienen muchas causas, pero dos son particularmente relevantes para el sector financiero: la “agencia” en el mundo actual muchísimas personas dinero y toman decisiones en nombre (es decir, como agentes) de otros y la creciente importancia de las “externalidades”.
A lo largo de la cadena de “agencia”, la preocupación por el rendimiento se ha traducido en un enfoque hacia los rendimientos a corto plazo.
Ese
...