Champú para caballos

Los creadores del primer champú para caballos de estados unidos, fueron una empresa llamada Straight Arrow, situada en Pensilvania. Esta empresa vio aumentada sus ventas y sus beneficios económicos cuando la gente empezó a comprar sus productos para utilizarlos en ellos mismos. Gracias a esto, se hicieron millonarios.  El mismo director de la empresa, vende su producto como un potente crece pelo e incluso asegura que famosas actrices de Hollywood como Jennifer Anniston y Sarah Jessica Parker lo han utilizado. Un producto que no es para nada glamuroso, utiliza la imagen de personajes famosos para conseguir atribuirle ciertas cualidades beneficiosas que crean en el público las ganas de consumir un producto que, en otras circunstancias, nunca habrían probado.

En España, este fenómeno se produjo entre el año 2011 y 2012. Tanto las tiendas veterinarias como las que venden productos equinos, empezaron a notar que la venta de champú para caballos se disparaba. Internet fue tanto el punto de partida para dar a conocer este producto, como el medio por el que se propagaron sus supuestos beneficios. Todo esto fue gracias a los bloggers, que empezaron a hacer vídeos en los que comentaban los grandes beneficios que tenía lavarse el pelo con champú para caballos. Según ellos, fortalecía el pelo, lo suavizaba, le daba brillo en incluso aseguraban que frenaba la caída del cabello y que aceleraba el crecimiento del pelo. Gracias a ellos, cientos de personas comenzaron a utilizar este producto, influenciados por todo lo que estos bloggers les estaban contando. El fenómeno fue tal, que grandes empresas como Carrefour o Mercadona, empezaron a comercializar este tipo de productos. Por otra parte, desde el punto de vista dermatológico, numerosos expertos han asegurado que este tipo de champús no tienen ninguna propiedad para tratar la caída del cabello o hacer que este crezca más. A pesar de esto, la gente siguió utilizando y comprando este producto, haciéndole más caso a lo que se decía en Internet que a las opiniones y a los datos documentados por expertos.

Como hemos dicho antes, este fenómeno nace en Internet, no tiene ninguna agencia de publicidad detrás que se dedique a darle el boom al producto. Las marcas que comercializan el champú para caballos se sirven de la red para promocionar su producto, no pueden utilizar los medios de publicidad convencionales para darlo a conocer ya que los beneficios que se cree que tienen, no están probados científicamente, por lo que una empresa de publicidad no podría publicitar ese producto porque estarían mintiendo al público.

Un ejemplo de este auge, es la empresa española Crin Blanca, que en un principio solo fabricaba champú para caballos de uso veterinario, empezó a comercializar champú para caballos apto para el uso humano. A pesar de ser que la de caballos y la apta para humanos se embotellaba en dos recipientes diferentes, la composición que se embotellaba era la misma. Desde que las personas se lavan el pelo con su champú, las ventas aumentaron en un 400%.

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