Ciclo De Vida Del Producto
Enviado por arkhetipo • 13 de Septiembre de 2011 • 2.102 Palabras (9 Páginas) • 1.223 Visitas
Ciclo de Vida del Producto
El análisis del ciclo de vida del producto o servicio supone que estos tienen una vida finita; esto es parecido a lo que nos sucede a los seres vivos. Los productos y/o servicios tienen un ciclo de duración que comienza con su creación (nacimiento) y termina con el retiro del mercado (muerte).
Relacionándolo con los seres vivos, se puede decir que los productos y/o servicios tienen un periodo de crecimiento que siguen al nacimiento y un periodo de declinación que preceden a la muerte.
Por tanto, el Ciclo de Vida es el proceso mediante el cual los productos o servicios que se lanzan al mercado atraviesan una serie de etapas que van desde su concepción hasta su desaparición por otros más actualizados y más adecuados desde la perspectiva del cliente.
Cuando se monitorear los resultados de muchos productos o servicios durante un período determinado, se descubre que el patrón de ventas más común sigue una curva consistente de Introducción, Crecimiento, Madurez y Declinación (Como se muestra en el gráfico). Es obvio que al principio las ventas son muy bajas, se van aumentando de forma gradual y luego comienzan a decrecer.
Los bienes y servicios cumplen, desde sus orígenes hasta su desaparición, las siguientes etapas en su ciclo de vida: etapa previa; introducción; crecimiento; madurez; declinación; desaparición y retiro.
Etapa previa
En esta etapa, antes de su origen, se desarrollan, entre otros, los siguientes procesos de la vida del producto: concepción de la idea, desarrollo del proyecto, investigaciones anteriores a su producción masiva y lanzamiento, plan de negocios, etc.
Etapa de introducción
Ocurre justo despues del momento en que un producto sale la mercado. Disponibilidad limitada. No se produce un producto en gran cantidad, competencia limitada
En esta instancia, una vez lanzado el producto al mercado, la empresa se ocupa a través del área de marketing de todas las actividades necesarias para asegurar el plan de cobertura y penetración original previsto en los objetivos del proyecto.
Los esfuerzos mayores se concentran en: cobertura de canales de distribución; promoción, merchandising; capacitación y supervisión de la fuerza de ventas; distribución física para su encuentro con los clientes; inicio de la comunicación publicitaria y, fundamentalmente, de su posicionamiento.
Existen varios indicadores para identificar esta etapa. En primer lugar, la cobertura gradual de los puntos de ventas seleccionados como metas. Luego, la rotación reducida de las existencias en los canales; su crecimiento gradual en volúmenes de ventas, repeticiones lentas de compras, así como su progresiva participación en el mercado. No pueden precisarse cifras exactas, ni válidas para todos los casos; pero las experiencias señalan que, cuando un producto ha logrado superar 10% de los objetivos fijados para su etapa de madurez ¬ cuando alcanzará el máximo de la venta esperada se ha logrado su introducción y comienza la etapa de crecimiento.
En esta etapa, la política de precios y el financiamiento deben ser estratégicamente decididos para facilitar la rápida penetración.
Etapa de crecimiento
En esta etapa, el producto completa su posicionamiento definitivo, consolidada su cobertura y comienza a aumentar su participación en el mercado.
Rápido crecimiento, planeación de distribución es difícil., el comprador conoce le producto. Aparición de nuevas características en el producto, distribución intensiva.
Las señales que permiten identificar esta etapa son:
posicionamiento en el segmento definido;
diferenciación básica creciente;
grado de fidelización o repetición de compras con sostenido avance;
muy buena cobertura en los canales de distribución;
penetración creciente en el mercado, pero con amplias oportunidades de avance (entre l0% y 95% del máximo objetivo establecido para cuando el producto llegue a su madurez);
contribución marginal superior a 25%;
utilidades brutas en crecimiento, pero aún bajas con relación a su potencial;
curva de aprendizaje en desarrollo;
cartera de clientes amplia, pero con posibilidades de extensión;
importante presión y respuesta competitiva;
avance sostenido para alcanzar el liderazgo en costos;
tendencia sostenida en crecimiento de ventas;
segmentos y nichos de mercado aún vírgenes, o con poca penetración.
Etapa de madurez
Cuando el producto ha alcanzado la máxima participación posible y pronosticada de su evolución en el mercado, se ha llegado a la etapa denominada de madurez.
Las señales clave que reflejan esta etapa son, entre otras:
nivel óptimo de cobertura y penetración de mercado, con pocas posibilidades de crecimiento;
finalización de la tendencia de crecimiento de ventas;
niveles máximos de contribución y rentabilidad final, firmes pero estabilizados;
máxima acción de la competencia para desplazar posiciones alcanzadas;
liderazgo y dominancia en los segmentos operados, o en el mercado total;
altos índices de fidelización de clientes;
extensión amplia y casi total de líneas o variedades del producto;
marcas y usos de alto reconocimiento y profundo posicionamiento;
elevada rotación de inventarios en la empresa y los puntos de ventas;
carencia de requerimiento de inversiones adicionales para sostener posiciones logradas.
Etapa de declinación
Después de una meseta de alta participación y muy buenas ventas y utilidades en el mercado, todo producto o servicio, con el tiempo, tiende a decrecer en su evolución. Ello puede originarse en algunas, o varias, de las siguientes causas:
cambios en las conductas de los clientes y usuarios;
innovación tecnológica que marque la iniciación de un ciclo de obsolescencia;
errores estratégicos propios de la compañía;
modificaciones en las condiciones socioeconómicas del entorno;
leyes o disposiciones normativas;
influencias geopolíticas (caso Mercosur, Nafta, etc.).
Dentro del ciclo de la declinación, podemos reconocer tres instancias:
pérdida de hasta 25% de las posiciones sustentadas precedentemente (ventas, participación de mercado, utilidades, etc.);
En el ciclo de declinación es posible intentar esfuerzos para desacelerar el ritmo de la caída,
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