Conocidos a nivel mundial fueron hace algunos años, los casos de Bernard Madoff y Kenneth Lay (Enron) quienes fueron los arquitectos de dos de las más grandes estafas que ocurrieron en Estados Unidos y que conmocionaron a todo el mundo.

Conocidos a nivel mundial fueron hace algunos años, los casos de Bernard Madoff y Kenneth Lay (Enron) quienes fueron los arquitectos de dos de las más grandes estafas que ocurrieron en Estados Unidos y que conmocionaron a todo el mundo. Éstos fraudes, tenían algunas cosas en común: personajes poderosos, carismáticos, ambiciosos, poco éticos (o mejor dicho, sin ética) e incluso, algo que parecía más grave y complejo aún, relaciones y nexos con personajes de altos cargos políticos.

La democracia nos demostraba que al parecer una decisión de mayoría colectiva puede no ser la mejor, y que incluso alguien en quien todos ponen su confianza, podía jugar a favor de los intereses económicos propios y de otros actores del mercado.

Años más tarde, nos hemos dado cuenta que no sólo las buenas ideas se copian, ya que actualmente hemos visto como diferentes casos de corrupción, intereses políticos, sobornos y tráfico de influencias, tal como ocurrió en el norte de América, han aflorado en Chile; afectando a diferentes actores políticos, llegando a involucrar incluso a la actual presidenta del país, Michelle Bachelet, como ocurre en el caso Caval.

Caval Ltda. es una empresa formada el año 2012, por los socios Natalia Compagnon (esposa de Sebastián Dávalos, hijo de Bachelet) y Mauricio Valero, con un 50% de participación cada uno. Una empresa que se constituía con un patrimonio de sólo 6 millones de pesos y que luego presentaría gran rentabilidad debido a diferentes y extrañas situaciones.

Durante el primer año, Caval presentó utilidades por más de $1.500 millones. Es decir, generaron $250 por cada $1 de capital. Esto fue, haciendo asesorías a grandes empresas. Algo un poco extraño, para una empresa con un capital tan pequeño, que fue contratada por grandes empresarios en su primer año de actividad. Todo esto, ya comienza a ser algo extraño, por lo menos.

En los años siguientes, los negocios no fueron tan fructíferos, y fue ahí donde vieron una posibilidad de negocio en la sexta región.

Machalí, es una comuna aledaña a la ciudad de Rancagua, lugar que goza de un auge y un aumento de plusvalía debido a la gran cantidad de proyectos inmobiliarios y la cantidad de gente adinerada que está ocupando el lugar. Machalí ha duplicado su población en los últimos 10 años y se ha convertido en el lugar favorito de la clase alta de la Región de O’Higgins.

En esta comuna, es donde Patricio Wiesner y Helga Riffart eran dueños de tres predios: Santa Cecilia, Santa Helena y San Diego. Los predios están ubicados justo frente al Club de Polo y a pocos metros del prestigioso Colegio Coya, por lo que se proponía como el lugar ideal para emplazar un mall, un hotel y condominios residenciales.

La familia Wiesner se encontraba en situación de deuda con acreedores y un síndico fue quien tomó la administración del terreno para administrarlo, y así, como mediador, concretar la venta y ayudar a la familia con la deuda existente.

Caval, vio en estos terrenos una gran oportunidad de negocio, pero no tenía los medios para comprar los predios, cuyo precio ascendía a $6.500 millones. Para financiar dicha compra, la empresa comenzó una búsqueda para lograr un préstamo de alguna entidad bancaria. Préstamo, que en un comienzo se hizo bastante complicado; ya que, estamos hablando de una empresa que tenía apenas dos años de actividad, y que tenía un patrimonio insuficiente para la gran cantidad de dinero que solicitaban.

Caval firmó un contrato de compra/venta del terreno, y durante el tiempo que duró el contrato intentó conseguir el dinero sin éxito. Luego, solicitó una prórroga para conseguir el dinero, e intentar la que parecía ser su “jugada maestra”.

Esto ya que, entre las diferentes entidades a las cuales se acercaron, hay una que llama la atención. Caval, logró acordar una reunión, con el Vice-Presidente del Banco de Chile, el Señor Andrónico Luksic en noviembre de 2013; reunión, que tiempo más tarde se sabría que fue gestionada “a nombre de la señora” quien actuaría como garantía del crédito, según una filtración de correos electrónicos entre Sergio Bustos y el abogado de Caval. Que era “la señora” la que necesitaba algo.1

Aquí es donde nos detenemos un segundo a analizar. ¿Será “la señora” la en ese entonces candidata a Presidenta Michelle Bachelet? ¿Será posible que hasta el cargo político más importante haya llegado el tráfico de influencias? Por ahora no hay una respuesta, pero todo indica que realmente hacían referencia a ella. Además, lo anterior se podría presumir aún más, sabiendo que la secretaria de Luksic luego que hayan citado a “la señora” fue quien dijo “Podría asistir a la reunión, el esposo de Compagnon, que eso sería “bien visto” por Andrónico”.

Caval, cuando solicitaba el crédito, a pesar de sus insuficientes datos como empresa, presentaba el posible negocio con el terreno. Según estimaciones internas de Caval, los terrenos podrían adquirirse en 0,6 UF el m2 para venderse en 2 UF (o incluso más) a inmobiliarias interesadas en desarrollar proyectos habitacionales y comerciales una vez que cambiara el plan regulador.

Para Luksic, al parecer esta fue razón suficiente para otorgar el crédito por $6.500 millones a Caval. Lo extraño del caso, es que el crédito fue aprobado el día 16 de diciembre del 2013, un día después de que Michelle Bachelet sería reelecta como Presidenta del país. Raro, por lo menos. ¿Será que, Andrónico vio en este préstamo una opción de tenderle una mano a la mandataria, y que llegado un momento de necesidad, habría una vuelta de mano? Lo ocurrido hace pocos días con Longueira y la ley de Royalty Minero con SQM, nos hace pensar que no sería algo tan descabellado.

1 http://ellibero.cl/actualidad/mails-revelan-que-caval-invoco-a-la-senora-para-conseguir-la-reunion-con-andronico- luksic/



El encargado de gestionar y solicitar el préstamo en diferentes

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