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Consolidacion Del Capitalismo Moderno


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2013  •  48.670 Palabras (195 Páginas)  •  1.411 Visitas

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La Consolidación del Capitalismo Moderno

(1945-1986)

Por: José Antonio Ocampo, Joaquín Bernal, Mauricio Avella, María Errázuriz

El desarrollo capitalista, que venía acelerándose en Colombia desde las primeras décadas del siglo XX, se consolidó definitivamente en los años que sucedieron a la segunda guerra mundial. En las cuatro décadas transcurridas desde entonces, la economía colombiana pasó de ser rural a urbana y semindustrial. Este capítulo analiza el conjunto de transformaciones que ha experimentado la economía durante estos años. La primera parte presenta un panorama general del crecimiento económico, los cambios estructurales y la distribución regional de la actividad económica. La siguiente reseña la evolución del comercio exterior y los vaivenes del proceso de industrialización. Posteriormente se analiza la transformación del agro y los cambios en las políticas agropecuarias. La cuarta adelanta un estudio del crecimiento y transformación del Estado. El capítulo concluye con una breve historia de las organizaciones gremiales, del sindicalismo y de la distribución del ingreso desde 1945.

CRECIMIENTO Y CAMBIO ESTRUCTURAL

1. Las grandes tendencias del desarrollo colombiano en la posguerra

Entre 1945 y 1986 el Producto Interno Bruto de Colombia se multiplicó por siete. La tasa de crecimiento correspondiente (4.8% anual) dista de ser espectacular, según veremos más adelante, pero es sin duda la más alta que haya registrado la economía colombiana en su historia. La población experimentó un crecimiento también rápido, del 2.5% anual, que le permitió multiplicarse por 2.8 durante esos años. El ritmo de crecimiento demográfico fue particularmente acelerado en los años cincuenta y sesenta. En ese lapso, el descenso de la mortalidad, generado por la aplicación de la medicina moderna y el mejoramiento en el nivel de vida de la población, no coincidió con una disminución paralela de la fecundidad, y el crecimiento de la población alcanzó así ritmos superiores al 3% anual (véase el cuadro 7. 1 ). Durante los años setenta el descenso de la fecundidad y, en mucho menor escala, la emigración de la fuerza de trabajo hacia el exterior, permitieron una disminución rápida del ritmo de crecimiento de la población, que se redujo a sólo un 1.6% anual en el período intercensal 1973-1985. El resultado neto del crecimiento económico y demográfico fue un aumento en la producción por habitante del 2.2% anual, es decir, un 150% en estas cuatro décadas.

Este crecimiento hizo parte de la bonanza más espectacular que haya experimentado la economía mundial en su historia. Sin embargo, el crecimiento del producto por habitante en Colombia fue apenas similar al del conjunto de América Latina y de los países en vías de desarrollo e inferior al que experimentaron las economías más avanzadas. De esta manera, la distancia que separaba a Colombia y a los países en desarrollo de las economías industrializadas, lejos de estrecharse durante estos cuarenta años, tendió más bien a ampliarse.

El crecimiento económico se vio acompañado de un cambio estructural de grandes proporciones (véase el cuadro 7.2). En términos de la composición de la actividad económica, el aspecto más notorio fue la fuerte reducción de la participación del sector agropecuario en la economía. Todavía en 1945-1949 dicho sector representaba más del 40% de la actividad económica del país; a comienzos de los años ochenta, su participación se había reducido a menos del 23%. La disminución en el tamaño relativo del sector agropecuario dio paso al surgimiento y consolidación de nuevas actividades económicas, en especial la industria manufacturera, pero también los sectores de transporte, financiero, comunicaciones y servicios públicos modernos (electricidad, gas y agua). En conjunto, éstos pasaron de representar el 23% de la actividad económica en la segunda mitad de los años cuarenta, a cerca del 40% a comienzos de la década del ochenta.

La consolidación de estos sectores tan dinámicos no se dio, sin embargo, en forma simultánea. El avance relativo del sector manufacturero fue particularmente rápido en las décadas del cuarenta y cincuenta, continuando el impulso que se había iniciado en los treinta. Su avance fue menos notorio en los años sesenta y setenta y presentó un importante retroceso durante la crisis económica de comienzos del ochenta. Por el contrario, el fortalecimiento de los otros sectores dinámicos mencionados en el párrafo anterior fue más continuo, lo que les permitió acrecentar su participación en el Producto Interno Bruto del país de poco más del 8% en 1945-1949 a más del 18% en 1980-1984.

Tal proceso de desarrollo permitió la acumulación de capital privado y social más importante de la historia del país. En el frente privado, los aspectos más notorios fueron la construcción de grandes fábricas modernas y empresas agroindustriales, de un cuantioso parque automotor y de un enorme acervo de edificaciones de vivienda y oficinas en las ciudades. No menos importante fue el aumento en los niveles de educación y las capacidades técnicas de la fuerza de trabajo, que algunas escuelas económicas identifican como un “capital humano”1. En el frente colectivo, lo más notable fue la consolidación de una infraestructura de transportes y servicios públicos modernos que, en el primer caso, reforzó la integración del mercado interno y de éste con el resto del mundo.

La recomposición de la actividad económica y la acumulación de capital provocaron una movilización de la población, cuya magnitud no tenía tampoco antecedente en la historia anterior del país. En especial, la de la población rural hacia las fronteras agropecuarias fue sustituida, como principal forma de migración interna, por la concentración de la población en los núcleos urbanos. En efecto, la proporción de la población que habita en las cabeceras municipales pasó de un 31% en 1938 a 39% en 1951, 52% en 1964, 59% en 1973 y 67% en 1985. Las cuatro principales ciudades del país dominaron el proceso, pasando de concentrar el 8% de la población en 1938 al 27% en 1985 (véase el cuadro 7. 1).

Los cambios en la composición de la actividad económica se reflejaron así mismo en la estructura del empleo (véase el cuadro 7.3). Paralelamente al descenso en la importancia relativa del sector agropecuario, la proporción de la población empleada en actividades primarias (que incluyen al sector minero, relativamente pequeño en Colombia) disminuyó del 62% en 1938 al 34% en 1984. Más aún, en este período el sector primario sólo generó una quinta parte de los nuevos puestos de trabajo en el país. El sector secundario (industria y construcción) elevó su participación del 17 al 21%, creando

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