De acuerdo al pensamiento del autor Adam Smith, se puede inferir que éste pudiera optar por la tercera propuesta, es decir, elegiría que cada una de las persona eleve su cotización personal.

De acuerdo al pensamiento del autor Adam Smith, se puede inferir que éste pudiera optar por la tercera propuesta, es decir, elegiría que cada una de las persona eleve su cotización personal.

Considerando la primera alternativa, el aumento de las cotizaciones a cargo del empleador, se puede mencionar que Adam Smith no optaría por tal opción debido a que él opta por la racionalidad del ser humano, donde el hecho de que los empleadores se hicieran cargo de las cotizaciones de cada uno de sus trabajadores pudiera ser un acto meramente filantrópico. Lo anteriormente señalado se puede argumentar respecto a que el autor dentro de sus premisas considera que no hay que hacer caso respecto de las emociones, sino que más bien hacer uso de la objetividad, de la imparcialidad. Por ende, la responsabilidad de contar con una cotización más elevada para así aumentar su fondo de pensión individual debiera ser responsabilidad, única y exclusivamente, del contribuyente.

Por otro lado, la segunda propuesta correspondiente a que se debe crear un sistema de reparto solidario y con financiamiento tripartito de trabajadores, empresas y el Estado, tampoco sería una opción que Adam Smith considerara. Esto puede fundamentarse ya que el autor hace alusión regularmente al concepto de “mano invisible” (dentro de su contexto, debiera ser Dios), la cual es la que manipula todos los posibles resultados para cada individuo, de manera que hay una predestinación de sucesos para cada uno de los seres humanos (lo que es parte de los preceptos del Protestantismo, al cual Adam Smith presenta cercanía). Retomando el concepto de “mano invisible”, en términos de la Economía Clásica, se está haciendo mención a lo que corresponde al funcionamiento del libre mercado. En donde los precios son regulados por la “mano invisible” y convergen a un precio de equilibrio. Así, no se fomenta el intervencionismo estatal para la regulación de los fondos individuales de cada persona dentro del sistema.

Finalmente, la tercera opción correspondiente a elevación de la cotización personal, es la opción que Adam Smith tomaría en cuenta. Él asume la racionalidad de los individuos, de manera que cada uno debiera procurar la maximización de su bienestar, en este caso, elevar su cotización personal para lograr una pensión acorde a sus necesidades futuras. Hay que recordar que otro precepto importante para el autor corresponde a que el bienestar total corresponde a la sumatoria de los bienestares individuales. De esta manera, si cada individuo maximiza su bienestar individual, se observaría que de manera conjunta el bienestar de la sociedad se maximizaría. Esto se puede relacionar con el concepto de utilitarismo, en donde se hace presente el hecho de que el egoísmo es inherente a cada ser humano, es parte natural e instintiva de él. Por tanto, para Adam Smith debiera ser la opción más racional el que cada individuo procure elevar sus cotizaciones para su propio bienestar.

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