ECONOMIA CLASICA
Enviado por chalitoflor • 15 de Mayo de 2013 • 2.544 Palabras (11 Páginas) • 434 Visitas
ECONOMÍA NEOCLÁSICA
Los años transcurridos entre la publicación de los Principios de Economía (1890) de Marshall y el crac de 1929, pueden considerarse como años de reconciliación, consolidación y refinamiento de la ciencia económica. Las tres escuelas nacionales de pensamiento económico fueron acercándose poco a poco hasta crear una única corriente principal de pensamiento. La teoría de la utilidad se redujo a un sistema axiomático que podía aplicarse al análisis del comportamiento del consumidor para estudiar las diversas situaciones, en función de, por ejemplo, los cambios en los ingresos o en los precios. El concepto de marginalidad aplicado al consumo permitió crear el concepto de productividad marginal al hablar de la producción, y con esta nueva idea apareció una nueva teoría de la distribución en la que los salarios, los beneficios, los intereses y las rentas dependían de la productividad marginal de cada factor de producción. El concepto de Marshall (economías y deseconomías a escala externa) fue desarrollado por uno de sus discípulos más destacados, Alfred Pigou, para distinguir entre costes privados y costes sociales, lo que sentó las bases para la formulación de la teoría del bienestar: una nueva rama dentro de la economía. De forma paralela el economista sueco Knut Wicksell y el estadounidense Irving Fisher, iban desarrollando una teoría monetaria, que explicaba cómo se determinaba el nivel general de precios, diferenciándolo de la fijación individual de cada precio. Durante la década de 1930 la creciente armonía y unidad de la economía se rompió, primero debido a la publicación simultánea de la obra de Edward Chamberlin, Teoría de la competencia monopolística y de la de Joan Robinson, Economía de la competencia imperfecta en 1933 y segundo, por la aparición, en 1936 de la Teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero de John Maynard Keynes.
La escuela neoclásica es un enfoque económico basado en el análisis marginalista y el equilibrio de oferta y demanda. Entre los supuestos de enfoque neoclásico está que el comportamiento económico surge del comportamiento agregado de individuos (u otro tipo de agentes económicos) que son racionales y tratan de maximizar su utilidad o beneficio mediante elecciones basadas en la información disponible.
Hoy en día, el enfoque de la escuela neoclásica predomina entre los economistas. Aunque existen muchas críticas a varios de los supuestos de la escuela neoclásica, frecuentemente algunos de estas críticas han sido incorporadas en nuevas versiones de la teoría neoclásica (por ejemplo, la escuela neokeynesiana está basada tanto en principios neoclásicos como keynesianos).
La economía neoclásica es el producto de varias escuelas de pensamiento en economía. No todos están de acuerdo acerca de qué se denomina la economía neoclásica, y el resultado de esto es una amplia gama de aproximaciones neoclásicas a varias áreas problemáticas y dominios; arrancando de las teorías del trabajo a teorías de los cambios demograficos.
E. Roy Weintraub expresa que la economía neoclásica se basa en tres cuestiones, sin embargo algunas ramas de la teoría neoclásica pueden tener distintas aproximaciones:
1. Las personas tienen preferencias racionales hacia los resultados que pueden ser identificados y asociados con un valor.
2. Los individuos maximizan la utilidad y las firmas maximizan la ganancia.
3. Las personas actúan independientemente en base a información completa y relevante.
Los iniciadores de la escuela neoclásica son Carl Menger, Leon Walras, William Stanley Jevons, Alfred Marshall y Knut Wicksell. Sus formulaciones, como todas las de la primera escuela neoclásica giran en torno al principio de utilidad marginal decreciente. Fundando el subjetivismo de la escuela austríaca, Menger se diferenció de sus contemporáneos considerando que el análisis económico debería partir del análisis de las necesidades humanas y de las leyes que determinan la utilización de los recursos disponibles para satisfacerlas. A diferencia de la escuela clásica considera que el valor de los bienes está determinado por el deseo y la necesidad, y no por el costo de producción así como tampoco la cuantía de trabajo que se haya empleado en producirlos.
LA REVOLUCIÓN KEYNESIANA
La segunda gran ruptura que se produjo en la década de 1930 se debe, sobre todo, a la obra de un economista, John Maynard Keynes, que planteaba preguntas que nunca antes habían surgido: ¿qué determina el nivel de ingresos y de empleo de toda una economía? Esta sigue siendo una cuestión relativa a la interacción de la oferta y la demanda, pero ahora la demanda se refiere a la demanda total efectiva de toda la economía, y la oferta se refiere a la capacidad productiva del país. Cuando la demanda efectiva se sitúa por debajo de la capacidad productiva habrá desempleo y se entrará en una depresión económica; cuando excede a la capacidad productiva aumentará la inflación. El punto central del keynesianismo es el análisis de los determinantes de la demanda efectiva. Si se obvia la existencia del comercio exterior, la demanda efectiva se compone de tres elementos: el gasto en consumo, el gasto en inversión y el gasto público (es decir, el del gobierno o, en términos más generales, el sector público). El nivel de cada uno de estos gastos se determina de forma independiente de los otros dos. Keynes intentó demostrar que el nivel de demanda efectiva, sumando estos tres elementos, puede ser inferior, superior o igual a la capacidad física que tiene cada país para producir bienes y servicios y, sobre todo, que no existe ninguna tendencia que iguale de forma automática esta demanda a la oferta potencial del país. Esta conclusión era fundamental por ser contraria a la economía clásica y neoclásica, ya que éstas defendían que los sistemas económicos tendían de forma instantánea al pleno empleo de los recursos. Al centrarse en el estudio de agregados macroeconómicos, como el consumo total y la inversión total, Keynes consiguió crear un modelo que podía aplicarse para solucionar numerosos problemas prácticos. Más tarde se fue mejorando el sistema keynesiano y hoy forma parte de la corriente principal de la economía. Se puede decir que Keynes es el único economista que ha creado algo nuevo en esta ciencia desde Walras o, incluso, desde Ricardo.
La economía keynesiana, tal y como la concibió Keynes, era estática, es decir, que no consideraba la variable tiempo. Pero uno de los discípulos de Keynes, Roy Harrod, desarrolló un modelo macroeconómico simple en el que se estudiaba el crecimiento de la economía; en 1948 publicó su libro Hacia una economía dinámica, que creó una nueva especialidad, la teoría del crecimiento, la cual
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