EL GRAN PASADO Y FUTURO DEL TLCAN

Pasado y futuro (probable) del TLCAN

El abultado espacio de reformas neoconservadoras que el país ha experimentado desde 1982 es el gran marco de política económica en el que se inscribe la disposición de una integración total al sistema económico estadounidense. Desde la versión de 2006 del Plan Nacional de Desarrollo, el tema, vital en la historia del crecimiento previo al neoconservadurismo, esta fuera del estratégico documento y esa exclusión se ratifica en los propósitos del gobierno de EPN.

Uno de los mayores problemas que impiden lograr la mayor precisión los objetivos del TLCAN se presentan en tres perspectivas: a) La que corresponde al cuerpo de objetivos que el Ejecutivo presentó al Senado de la República para la aprobación de ese órgano legislativo; b) El cuerpo de objetivos declarados en el preámbulo del tratado y c) Los objetivos específicos incluidos en el cuerpo oficial del TLCAN.

Las expectativas sobre la economía nacional a partir del TLCAN fueron muy superiores a las de la firma del TLCAN, en el sentido estricto, se esperaba una sensible mejora en la posición de México en el comercio mundial y un considerable incremento en la captación de líquidez internacional a través de la inversión extranjera. El TLCAN también, h cobijado un propósito no declarado: otorgar irreversibilidad al programa económico secundario-exportador, con los limites autoimpuestos a la intervención económica gubernamental y con la imperturbable confianza en las bondades del mercado.

La actividad de la economía del país redujo considerablemente su dependencia a la exportación de un factor heredado y finito; el éxito exportador descansó en la actividad manufacturera y nuestro país alcanzó, hasta la crisis de 1994-1995, un papel de pragmático liderazgo para algunas naciones de América Latina por participar en este instrumento; el rescate se logró con la acelerada reanimación de las actividades exportadoras secundarias, en buena medida, por la magnitud de la devaluación del peso.

La reforma económica ha abierto la puerta a la competencia no sólo en el ámbito de la economía, sino en la sociedad en su conjunto. El tratado la va a consolidar.

Carlos Salinas de Gortari apoya al TLCAN argumentando que las estrategias de sustitución de importaciones promovieron en la práctica tecnologías intensivas en capital o en recursos naturales. La sobreprotección favorecía el modelo de crecimiento hacia adentro, lo cual permitió que los precios se elevaran ante la falta de competencia externa. La inversión y el empleo disminuyeron; los primeros resultados de la apertura y la firma del tratado fueron muy alentadores. Gracias al TLC, la recuperación de la economía mexicana a partir de 1996 resultó mucho más rápida y acelerada. El beneficio más espectacular del TLC se observó en el comportamiento de las exportaciones mexicanas; hacia 1997, México había superado al Japón como el segundo mercado de exportación. México le vendía más al resto de América Latina, y más que Alemania y el Reino Unido juntos. Entre finales de 1993 y agosto de 1999 el comercio entre México y los Estados Unidos se triplico (aumento 170%)

Hay que recordar que las razones por las que se negoció el TLCAN fueron la necesidad de impulsar el crecimiento de las exportaciones no petroleras y de lograr un influjo

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