Economia De Santa Marta

FIESTAS DEL MAR

TURISMO: BASE DE NUESTRA ECONOMIA

En el año 1959, en la ciudad de Santa Marta, capital del departamento del Magdalena, nació la idea de realizar una celebración para conmemorar el aniversario de su fundación. Esta fiesta está conformada por competencias deportivas relacionadas con el mar, tales como la natación y el esquí. Esta iniciativa marcó el nacimiento de la Fiesta del Mar, que cada año reúne participantes de Colombia y el exterior. La Fiesta del Mar tiene tres escenarios por excelencia: las bahías de El Rodadero, Santa Marta y Taganga en lo que tiene que ver con las disciplinas deportivas. De ella también hacen parte otros eventos como los desfiles de comparsas, los espectáculos musicales en los que participan los artistas más populares del momento y el Reinado Nacional e Internacional del Mar, con la presencia de candidatas que no sólo deben hacer gala de su belleza, sino también de su dominio de los deportes náuticos. Estas festividades traen consigo a múltiples turistas que son base fundamental de nuestra economía que dejan sus remuneraciones laborales en muchos de nuestros restaurantes, hoteles, parques naturales y vendedores ambulantes mejor conocidos como sector informal el año pasado la capital del Magdalena recibió cerca de 25.000 visitantes, ocupando el 80% de nuestros hoteles. Santa Marta vive de la actividad formal e informal del turismo. “Tiene macizo montañoso al lado de la costa, ofrece alternativas de ecoturismo y turismo experiencial, de investigación y contemplación; deportes náuticos y submarinismo”, precisa José Miguel Verdugo, presidente de la Asociación de Empresarios del Magdalena. Lo cierto es que cuando se trata de atractivos turísticos, Santa Marta lo tiene todo. Al ser la única zona del país con todos los pisos térmicos posee tierras fértiles de gran riqueza hídrica, gran potencial ecológico y ambiental con lugares como el parque Tayrona, una amplia reserva natural, humedales, nieves perpetuas a pocos kilómetros de la costa y una gran riqueza étnica y cultural. En los últimos años el turismo se ha convertido en uno de los sectores que aporta más al PIB colombiano a pesar de que no alcanza un alto desarrollo dentro de la economía si se compara a Colombia con otros países del mundo, Por ejemplo, de acuerdo a un estudio realizado por la Organización Mundial del turismo para el año 2013 el turismo representaba el 1.6% del PIB a diferencia de España donde se registraba con una participación del 10,9%. Teniendo en cuenta esto, cabe resaltar que desde un punto de vista ideal el turismo, busca ser un importante instrumento de generación de riquezas, en términos de creación de empresas y empleo; acompañado de muchos efectos que pueden ser muy positivos, como contribuir a reforzar los valores autóctonos de una localidad. Sin embargo en la práctica, el turismo debe luchar contra muchas dificultades que podrían generarse en territorios que no están bien preparados para recibir este tipo de responsabilidades.

SECTOR BENEFICIADO

Para los empresarios hoteleros y turísticos, la Fiesta del Mar no ha sido catalogada en ninguna de sus versiones como temporada turística, sin embargo en administraciones anteriores se promocionó en vitrinas como Anato y se lograron importantes resultados. La asociación hotelera y turística de Colombia COTELCO estableció que quienes pueden obtener ganancias con esta celebración son los patrocinadores de las bebidas alcohólicas y los comerciantes informales. Hay una economía informal que ha crecido en las últimas décadas. Santa Marta tiene una de las tasas más bajas en materia de empleo y tiene una de las tasas más altas de informalidad económica, el 70%, y está ligada al turismo. Las playas de El Rodadero, uno de los escenarios en que se realizan las fiestas del mar, balneario localizado a tan sólo cinco kilómetros del centro de Santa Marta, han sido por décadas uno de los destinos preferidos por los turistas nacionales, en especial del interior del país, para disfrutar de sus vacaciones. Sin embargo, en los últimos años los atractivos naturales de este lugar se han visto opacados por los ‘lunares’ que quedan al desnudo tras cada temporada alta. La competencia desleal de la hotelería ilegal o paralela, la proliferación de vendedores ambulantes y estacionarios en cada esquina y, en general, la falta de planeación y organización del destino han derivado en un cambio en el nivel de los turistas que lo visitan. Esta zona turística hoy está llena de edificios en donde alquilan 3.782 apartamentos por días, según un estudio de la Universidad del Magdalena y Cotelco, a precios más bajos que la hotelería formal y sin pagar impuestos. En temporada alta, un hotel legal ofrece tarifas entre 450.000 y 500.000 pesos por noche, para dos personas, mientras por un apartamento cobran entre 200.000 y 300.000 pesos por noche y pueden acomodarse hasta 10 personas. “La diferencia de precios es abismal y, además, la ganancia para el propietario del apartamento es neta porque no paga impuestos”, dijo Shirdley Barón, directora comercial del hotel Sol Arhuaco, de cuatro estrellas. Según el estudio, entre el 2005 y el 2010 el recaudo del Distrito en el sector hotelero

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