Economia Politica
Enviado por steveruedas • 29 de Marzo de 2012 • 1.854 Palabras (8 Páginas) • 591 Visitas
I. Precio de costo y ganancia. Un primer paso en esta dirección lo constituye el “precio de costo” (pc), que es sólo “lo que le cuesta la mercancía al capitalista” (es decir, pc = c+v, el trabajo pagado) y no lo que “realmente cuesta su producción”, que es su valor o “precio de coste verdadero” (c+v+pv, o pc + pv, es decir, todo el trabajo, sea pagado o no). El primero es el gasto “de capital”, el segundo es el gasto “de trabajo”. Los dos componentes del precio de costo “aparecen” como pago de elementos que son “materialmente diferentes”; pero la forma de precio de costo no revela que son también “funcionalmente diferentes”, ya que uno de ellos sólo hace que su valor “retorne”, mientras que el otro “crea” nuevo valor.
Por tanto, el plusvalor aparece como un excedente por encima del precio de costo, como (c+v) + pv –y el capitalista tiende a considerar el precio de costo como el verdadero “valor intrínseco”–, más que como lo que es: c + (v+pv); y así “parece” provenir por igual de sus diversos elementos de valor, por lo que en realidad se convierte en “ganancia” (g), con el valor = pc + g. Tenemos pues, la ganancia, que “es lo mismo que el plusvalor”, como forma “mistificada” de éste; al igual que en el libro I se vio cómo el salario era sólo la forma mistificada del valor de la fuerza de trabajo. El plusvalor parece surgir de la propia venta, y el capitalista cae en la “ilusión” de verlo como “excedente por encima del precio de costo”, como igualmente les parece así a un Torrens o un Proudhon.
EJEMPLO: Si la fabricación de un determinado artículo supone, por ejemplo, una inversión de capital de 500 libras esterlinas, así distribuidas: 20 libras para desgaste de medios de trabajo, 380 libras para materiales de producción y 100 libras para fuerza de trabajo, y suponemos que la cuota de plusvalía es del 100 %, obtendremos que el valor del producto = 400c + 100v + 100p = 600 libras esterlinas.
II. La tasa de ganancia. Puesto que el plusvalor se transforma en ganancia, la tasa de plusvalor
(pv/v) se ha de transformar en tasa de ganancia (pv/C, con C = c+v), ya que, aunque la ganancia del capitalista proviene de que “tiene para vender algo por lo cual no ha pagado nada”, esto queda aquí “encubierto”, y para él sólo aparece como un excedente “por encima del capital global adelantado”, que procede de la circulación. Y esto es tanto más “real” para él cuanto que en la competencia es en donde se “realiza” su ganancia. Por eso los economistas atribuyen al capital en cuanto “cosa”, y con independencia de su “relación social con el trabajo”, su cualidad de ser fuente “autónoma” del plusvalor. Esto es sólo un paso más en el proceso de “inversión de sujeto y objeto” que ya se manifestaba en la producción (véase el libro I), por el que las fuerzas productivas “subjetivas” del trabajo se presentan y aparecen como “fuerzas productivas del capital”. Pero sin la tasa de plusvalor no se puede entender la tasa de ganancia, porque no existe una “relación interna y necesaria” entre (c+v) y pv, ya que el valor de los medios de producción es “totalmente indiferente” en el proceso de valorización (en éste sólo cuenta la “relación técnica” entre los medios de producción, como cantidad física, y la cantidad física de trabajo vivo que pueden absorber). Se verá que esta inversión, típica de la realidad de los fenómenos, irá creciendo aun más a medida que sigamos progresando; y así, en la sección II, la ganancia parecerá, además, como cuantitativamente diferente del plusvalor.
III. Relación entre la tasa de ganancia y la tasa de plusvalor. Aquí, nos advierte Marx, se entra en un “terreno puramente matemático”; y, para empezar, se supone que el valor del dinero, la rotación y todos los factores que intervienen en la tasa de plusvalor están dados. Puesto que pv’ = pv/v, y g’ = pv/(c+v) = pv/C, la relación entre la magnitud de ambas tasas es exactamente equivalente a la relación entre el capital variable y total: g’:pv’ = v:C, de donde se deduce en primer lugar que g’ siempre es menor que pv’. Sin embargo, antes de pasar al análisis matemático de las diversas posibilidades que surgen, se insiste en la “relación orgánica” que hay entre el capital variable y la valorización, según la cual: 1) lo que importa “en primera instancia” no es el valor del capital variable, sino su valor como “índice del trabajo global que pone en movimiento”; 2) a la inversa, en el capital constante sólo cuenta entonces el valor global de sus elementos, y no su precio individual y su cantidad. [Esto será la base para la definición de la composición del capital en dos instancias: en la primera, tenemos la composición orgánica como el cociente C/(v+pv); en la segunda, la composición en valor como la relación C/v.] Dicho eso, Marx analiza ampliamente las relaciones entre pv’ y g’, primero suponiendo pv’ constante (con varios casos, según se supongan variables v, C o ambas), y luego pv’ variable (con v/C constante o variable), para sacar dos conclusiones principales: 1) una g’ decreciente, creciente o constante, puede corresponder a una pv’ “en ascenso o disminución” o “invariable”; y 2) g’ resulta determinada “por dos factores principales: la
tasa de plusvalor y la composición de valor del capital” (dado que g’ = pv/C = pv’/(C/v).
EJEMPLO: Supongamos, por ejemplo, que un capital de 100 produzca con 20 obreros, 10 horas de trabajo diarias y un salario semanal global de 20, 20 de plusvalía, tendremos que
80 c + 20 v + 20 p; p’ = 100 %, g’ = 20 %.
Supongamos ahora que la jornada de trabajo se prolongue, sin aumentar el salario, a 15 horas; el valor total producido
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