Economia Y Negocios De España En La Ultima Decada
Enviado por jorgevillamil • 14 de Noviembre de 2013 • 4.711 Palabras (19 Páginas) • 266 Visitas
ECONOMÍA Y NEGOCIOS DE ESPAÑA EN LA ÚLTIMA DÉCADA.
PERIODO 2003 2005.
La economía española creció un 2,4% en 2003, cuatro décimas más que en el año anterior, tras aumentar un 2,7% en el cuarto trimestre, según datos de Contabilidad Nacional hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística (INE).De esta manera, se mantiene el proceso de aceleración económica iniciado en el cuarto trimestre de 2002, y el PIB español crece una décima por encima de la última previsión oficial del Gobierno (2,3%) y dos puntos más que la media de la zona del euro (0,4%).El incremento del PIB en el conjunto del pasado año fue resultado de un crecimiento del 2,2% en el primer trimestre, del 2,3% en el segundo, del 2,4% en el tercero y del 2,7% en el cuarto. En 2003, la demanda interna aumentó en ocho décimas su contribución al crecimiento global (3,4 puntos frente a 2,6 en el año anterior), como consecuencia de la recuperación tanto del consumo como de la inversión. Por su parte, el sector exterior aumentó su contribución negativa, que pasó del -0,6% en 2002 a -1% en 2003. Este comportamiento se debe al menor crecimiento de las exportaciones (del 0 al 4%) en relación con el de las importaciones (del 1,8% al 6,7%). Como consecuencia de esta mayor aportación negativa del sector exterior al PIB, la economía española empeoró su situación financiera frente al resto del mundo, al presentar una necesidad de financiación de casi 15.000 millones de euros, frente a 11.000 millones de 2002.
Aumento del consumo
El gasto en consumo final de los hogares experimentó una variación en 2003 del 3%, cuatro décimas más que en 2002. El INE destacó que si bien la apreciación del entorno económico por parte de los hogares no mejoró, el incremento de su renta disponible proveniente del aumento del empleo permitió un volumen de gasto de las familias estabilizado durante todo el año alrededor del 3 %, sin reducir su tasa de ahorro (en torno al 10,5% de su renta disponible). No obstante, resaltó el importante crecimiento en la compra de vehículos (3,7% frente a un descenso del 7% en 2002) y el consumo de energía eléctrica como consecuencia de la ola de calor del verano.
Por su parte, el gasto de las Administraciones Públicas volvió a aumentar su ritmo de avance en 2003, con un crecimiento del 4,6% frente al 4,4% de 2002, principalmente, según el INE, al incremento de la remuneración de los asalariados públicos. Por otro lado, la formación bruta de capital fijo experimentó en 2003 un incremento del 3%, dos puntos superiores al del ejercicio anterior (1%). Para el organismo estadístico, la recuperación de este agregado obedece fundamentalmente al mejor tono mostrado por la demanda de bienes de equipo, cuyo crecimiento vuelve a ser positivo (1,9% frente a -5,4% de 2002).
Asimismo, la inversión en construcción se desaceleró aunque mantuvo un importante ritmo de crecimiento (pasó del 4,2% al 3,7%) y la inversión en otros productos aumentó dos décimas, hasta el 2,8%.
Recuperación de la industria
Por el lado de la oferta, destacó la recuperación de las ramas industriales, que crecieron un 1,3% (seis décimas más que en 2002), mientras que se desaceleraron el resto: construcción, ocho décimas, hasta el 3,6%; agricultura y pesca, tres décimas, hasta el 0,7%; y servicios de mercado, otras tres décimas, hasta el 1,8%. El crecimiento de la economía en 2003 permitió aumentar un 1,8% el número de puestos de trabajo a tiempo completo, tres décimas más que en el año precedente. En términos absolutos, se crearon 290.000 empleos netos. El INE afirma que resultó especialmente notable la evolución del empleo en la construcción (4,5%) y servicios (3,4%), mientras que se destruyeron puestos de trabajo en industria (-1,1%) y agricultura y pesca (-2,8%). El crecimiento del empleo asalariado aumentó en cuatro décimas en 2003, hasta el 2,4%, y la productividad aparente del trabajo se aceleró una décima, pasando del 0,5% al 0,6%. Finalmente, en términos nominales, el PIB registró un crecimiento del 6,7% en 2003, una décima más que en 2002. El deflactor implícito de la economía creció a una tasa del 4,2%, dos décimas menos que en el ejercicio precedente.
Cuarto trimestre
En el cuarto trimestre, la demanda interna experimentó una aportación menos expansiva (3,1 puntos, frente a 3,7 en el tercer trimestre) por el menor impulso de la inversión, mientras que la demanda externa contribuyó de manera menos negativa (-0,4 frente a -1,3 puntos) por la mayor desaceleración de las importaciones (2,7% frente al 5,9% anterior) que de las exportaciones (1,8% frente a 2,2%). El consumo privado creció un 3%, una décima menos que en el trimestre precedente, y el de las Administraciones Públicas se mantuvo en el 4,8%.
La formación bruta de capital fijo mostró en el cuarto trimestre un crecimiento del 2,5%, medio punto menos que en el periodo precedente, como consecuencia de la contracción de la inversión en bienes de equipo (0,1% frente al 1,2%) y a la ligera desaceleración de la construcción (del 3,8% al 3,6%). En cuanto a la oferta, en el cuarto trimestre se produjo una aceleración en las ramas agraria y pesquera (pasaron del 0,9% al 4,2%), industriales (del 0,2 al 0,7%) y servicios de mercado (del 2,2 al 2,4%), y una ralentización de tres décimas en construcción, hasta el 3,5%. Por último, el empleo mantuvo la pauta de aceleración al crecer un 2,1%, dos décimas más que en el tercer trimestre, lo que supone un aumento de 339.000 empleos netos.
La economía española se enfrenta a dos retos, la globalización y la inmigración. Son retos que pueden resolverse positivamente y convertirse en un incentivo al crecimiento, pero frente a los que se puede fracasar con un coste más elevado del que imaginamos. La globalización, que permite -al más barato unas veces, al de mejor tecnología en otros casos y al que tiene mejor marketing siempre- estar presente –con sus ofertas de bienes y servicios– en todas las economías abiertas –y la española lo es–, se ha dejado sentir en España con mayor fuerza en 2004.
Gracias a la globalización ha sido posible que el PIB mundial creciera un 5% el pasado año, y que ese impulso nos arrastrara a los que teníamos más dificultades. Si el PIB mundial no hubiera crecido a ese ritmo nuestras exportaciones habrían crecido menos, mientras que nuestras importaciones habrían sido, aproximadamente, las mismas, incluso mayores, porque la presión de los exportadores extranjeros habría sido superior. En lugar de un 2,7% podríamos haber crecido entre el 2% y el 2,5%. Lo que no se habría modificado sería la demanda interna, en particular el consumo. El que nuestro gasto interno crezca al 4,3% anual pero nuestro crecimiento económico sea de sólo el 2,7% ocurre
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