Economia

Ya no me interesa el perdón del Rey Humano; lo que quiero es destruir todos los mundos; yo le daré un nuevo orden a toda esta dimensión, sólo yo poseo el poder para hacerlo; quien se interponga en mi camino sea un dios, humano, ángel, demonio, bruja, hada; ¡lo mataré!, así que luchen por su existencia que esta vez nadie podrá detenerme.

No podemos hacer nada; le arrancó el corazón a Ek-Chua, como si nada; él ya está fuera de este mundo; si no hacemos nada acabará con todos nosotros.

No podemos permitir que Azkaciel siga como hasta ahora, tú lo has visto, acabó con todo el reino del Oeste en un abrir y cerrar de ojos; sí permitimos que continúe de esta manera destruirá a todo el planeta en días.

Me parece que es hora de hablar Rey de los Humanos, todos nosotros debemos de hablar sobre esta situación, ¿todos?; así es Rey Humano, ¡Tezcatlipoca!, y los demás Reyes.

Todos los Reyes se han reunido para combatir esta amenaza, sí vinieron todos al Palacio es que en verdad lo que sucedió hoy es el anunció de una guerra en la que el Ser Supremo no podrá salvarnos.

De acuerdo a los últimos informes los reyes de los diferentes mundos se han reunido en el Palacio del Rey Humano, creo que tu mensaje quedó demasiado claro; pero, ¿tenías que hacerlo de esa manera?

Sé que el mensaje fue claro y desde hace mucho  quería probar el sabor del corazón de un inmortal.

Bien sabes que ninguno de nosotros puede hacerlo, ni siquiera Beatriel; cuando se entere de esto, y  del hecho de que te advirtió de que si matabas nunca más podrías volver a tu antigua forma, hará todo lo necesario para tenerte bajo su control.

No me preocupa lo que él haga; sólo quería una oportunidad para regresar a este mundo y, ya que conseguí recuperar mis poderes; lo único que me interesa es reunir un ejército para la batalla.

Señor Beatriel he venido a presentarle mi informe, ya estoy enterado: con que Azkaciel le arrancó el corazón a un dios para beber la sangre mientras éste aun latía.

Así es Señor, fue una escena horrenda, nadie daba crédito a lo que nuestros ojos estaban viendo, un Dios muerto por un vampiro, jamás había visto algo parecido.

Lo sé, nadie de nosotros es capaz de ello, ni siquiera yo, tal parece que fui engañado sólo para que Azkaciel regresara del mundo de los muertos.

¡No es así Beatriel!, Azkaciel, señor yo, no hay problema; permíteme hablar a solas con él; pero Señor es muy peligroso.

¿A qué has venido Azkaciel?, debes de saber que en el momento en que recuperé mi poder, perdiste el control sobre mí, yo muy bien podría tomar control sobre todo tu reino; pero debido a tu ayuda he venido a reiterarte mi promesa.

¿Y qué me da la certeza que la cumplirás?, el hecho de que sigas vivo y no te haya arrancado el corazón para alimentarme tal como lo hice con Ek-chua.

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