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El Arte De La Guerra Enfocada A La Mercadotecnia


Enviado por   •  24 de Marzo de 2015  •  4.170 Palabras (17 Páginas)  •  304 Visitas

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El libro “El Arte de la Guerra” , escrito por San Tzu y con una antigüedad de dos mil quinientos años ha inspirado a figuras históricas por su contenido bélico. Considerado el mejor libro de estrategia. Su filosofía es universal y nunca pasa de moda. El libro trata de cómo vencer al adversario a través de tácticas, éstas mismas no sólo se han utilizado para triunfos bélicos ya que si se estudia a fondo y con precisión puede ser usado para victorias políticas, empresariales y hasta personales. Compuesto con 13 capítulos, cada uno analiza parte por parte fundamentos que componen la guerra. Conforme se va leyendo también se va plantando y evaluando las partes que se pueden analizar en una lucha por el triunfo. Como ya antes mencioné, no sólo se puede pensar en un triunfo de guerra sino que podemos enfocarlo al ámbito de los negocios, si se sabe analizar y comprender se puede tener ventaja sobre la competencia.

El libro nos dice como prepararse para la batalla, saber con que recursos se cuentan para el plan de acción. Conocerse bien y ser realistas con las ventajas y desventajas que nos rodean, de ese modo se tiene presente el grado de éxito. Al mismo tiempo se toca el tema de cómo engañar, siendo esto la clave para una guerra victoriosa. Saber manipular al enemigo. El libro cita: “Aunque seas capaz, muéstrales incapacidad” “Ataca cuando no estén preparados” “Crea desorden en sus fuerzas y tómalas.”,Engañarlo, hacerle creer que lleva la ventaja y poder hacia nuestro ejercito. Para esto es necesario convencerlo y elevar su ego para atacarlo en su mayor debilidad. Entre más poderoso se sienta más débil se convierte ya que baja la guardia. Orillarlo a terrenos desconocidos, terreno en el cual nuestra tropa pueda tener la ventaja de atacar sin atacar y así vencer. Se le seduce, confunde y se le engaña. Desorientarlo para que se dirija a la dirección que uno desea y al acorralarlo se le pueda desarmar. Ya desarmado se le puede torturar con tácticas incitantes. Los prisioneros no deben tratarse mal sino enamorarlos, alimentarlos, en fin, seducirlos y se les hace parte de nuestra cuadrilla; que se convenzan que la fortaleza que se posee es más sólida y atractiva que aquella que creían estable. Desprogramarlos y reprogramarlos para que trabajen a favor de nuestro equipo. Que muestren fidelidad y agradecimiento. Al enemigo se le impulsa a querer colaborar de nuestro lado. El adversario se vuelve amigo y el amigo que conoce las tropas contrarias es la mejor arma para derrotar al contrincante desde el núcleo.

Preparar nuestro ejercito inteligentemente es una de las claves del éxito. Mantenerlos unidos en hermandad, pero separados para que estén en guardia. Levantarlos cuando se caigan y curarlos cuando estén heridos. Un equipo que siente el apoyo siempre será fiel sin importar adversidades. Enfocarse en un mismo interés. El triunfo

También nos enseña a ser moderado en época de escases y prudente en periodos de riqueza. Tomar ventaja de los suministros de aquellos que ya se han derrotado. No abusar de la fuerza con la que se cuenta. Mostrar respeto y afinidad hacia los del mismo grupo. Tener mesura y ser valientes.

Una vez que se tiene un equipo que confía en sí mismo y en sus compañeros es necesario que cada uno de los miembros sepa sus fragilidades y su resistencia. Hacer que sus miedos sean vencidos y que sus fortalezas se refuercen y así dirigir la energía a la preparación mental que es más importante que la física, porque de nada sirve un cuerpo preparado cuando la mente está débil. Es indispensable la seguridad en el ser. Que tengan conocimiento que las armas son muestra de debilidad, por lo tanto entre más armamento haya más inestabilidad se muestra hacia sus contrincantes. Al usarlas en todo momento se cae en la posibilidad de un desgaste tanto físico y emocional. No se demuestra fuerza agotando al personal sino entrenándolo a un tiempo adecuado. Dejar que se expresen, sin miedo a equivocarse. Un jefe que no escucha su personal está destinado al fracaso porque la plantilla que está al frente es la que conoce mejor el terreno.

Por otra parte, los jefes necesitan ganarse el título y respeto por méritos no por engaños. Deben profesar con el ejemplo, honradez y fidelidad. Al dirigirse a aquellos que lo siguen tiene que mostrar humildad y comprensión. Un líder debe saber como premiar a todos por igual. De la misma forma debe de castigar de la misma forma que castiga a otros. Si dirigimos esto al área laboral podemos ejemplificarlo sencillo. Un empleado que da lo mejor como de sí muchas veces quiere ser reconocido por su buen desempeño y su jefe inmediato debe saber identificar que tipo de empleados tiene. Tal vez un trabajador nunca ha logrado estar en la pared del empleado del mes pero siempre lo había deseado. Para él no será suficiente un bono por su esfuerzo pero se le reconoce con su foto en esa pared que siempre quiso estar. Cada vez que pase frente a su fotografía sentirá orgullo de sí mismo, más seguridad en su persona y por ende pondrá más esfuerzo para permanecer ahí.

Algo más que se menciona en el libro es la prudencia. La batalla no debe de prolongarse porque las tropas pueden desanimarse, debilitarse y atacarse entre sí. Tampoco es bueno mantener en un solo lugar a la legión. Los suministros se pueden agotar y esto puede provocar desbalance interno. Pero de igual forma no se debe de mover al equipo más de dos veces, y una vez de lograr la victoria es más recomendable servirse de recursos del vencido porque al regresar por más suministros significa sacrificar los recursos de unos para dárselos a las tropas, eso sólo causa desajustes por eso es mejor explotar a aquellos que nos dieron la victoria. Así los propios medios se mantienen intactos pero al enemigo se le debilita despojándolo de aquello que lo mantiene aún en pie, en caso que aún siga. Aterrizándolo a un ambiente laboral, los empleados son la base de una organización, los recursos con los que cuentan son clave para un buen funcionamiento.

Es necesario ser vencedor no persistente. No se puede atacar a un mismo contrincante justo después de dominarlo y desarmarlo. Un enemigo debilitado no otorga doble victoria mas bien hace que nuestro ejercito logre agotarse y eso lo hace susceptible a la derrota.

Para el tercer capitulo se aprende que un ejercito de diez mil personas no es necesariamente más fuerte que uno con la mitad de individuos. Recordemos que la mente inteligente puede más que la fuerza bruta. La clave es dominar sin tener la necesidad de pelear y la mejor forma es frustrando y arruinando sus planes. Esto ayuda a que nuestras tropas sean imponentes. Y de nuevo se menciona que no se debe agotar nuestro escuadrón en largas luchas. Menciona puntos clave que ya se habían

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