El Empresario
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Guatire 03 de julio de 2014
Introducción
En el presente trabajo se dará a conocer información sobre el Stand: El Empresario. El contenido esta desarrollado de manera amplia y concisa desglosando los siguientes puntos: concepto de empresario, su origen, características, tipos, cualidades y funciones del empresario del siglo XXI, retos, emprendedor y el empresario venezolano.
De modo que el lector comprenda toda información y la sume a formar parte de sus conocimientos.
Dicho trabajo tiene como objetivo que la población IUTECP conozca sobre el tema y lo use como parte de su formación académica.
A continuación el desarrollo del tema.
El empresario
El empresario es aquella persona que, de forma individual o colectiva, fija los objetivos y toma las decisiones estratégicas acerca de las metas, los medios, la administración y el control de las empresas y asume la responsabilidad tanto comercial como legal frente a terceros. El empresario es la persona física, o jurídica, que con capacidad legal y de un modo profesional combina capital y trabajo con el objetivo de producir bienes y/o servicios para ofertarlos en el mercado a fin de obtener beneficios.
Origen del Empresario
Primera etapa
En una primera etapa histórica, que nace con la Revolución industrial, la noción del empresario puede ser concebida como la del propietario administrador: los intereses de la empresa y los del propietario del capital coinciden absolutamente.
Esta visión corresponde a la de Adam Smith, para quien lo natural y eficaz es que los hombres controlen o manejen directa e individualmente sus negocios. No es que él no vea diferencias entre la labor del propietario y la del administrador sino que considera que solo tal control directo de los propietarios puede producir la maximización de beneficios que los propietarios desean: las labores de administración solo pueden ser delegadas con buenos resultados en asuntos o áreas triviales -solo cuando “todas las operaciones son capaces de ser reducidas a lo que es llamado una rutina, o a tal uniformidad de métodos que admitan solo pequeñas o ninguna variación” debido, por un lado, al problema del agente:, y, por el otro, a que Smith rechaza, en principio, toda unión de intereses -incluso patronales- como contraria al interés general (en que aumenta precios, reduce producción y competitividad.
Así pues el empresario es, según este enfoque, el individuo que compromete su capacidad en el funcionamiento de la empresa y, en consecuencia, afronta el riesgo patrimonial de la actividad. Por consiguiente, las características del empresario tradicional o capitalista son la propiedad y el carácter de tomador de riesgos individual. Esto es enfatizado por Richard Cantillon, quien postula que el resultado de toda actividad es incierto, implica un riesgo, y alguien tiene que asumirlo con la esperanza de recompensa en el futuro y por Jean-Baptiste Say, para quien el empresario es -entre otra cosas- quien “está expuesto a todos los riesgos, pero en cambio se aprovecha de todo lo que puede serle favorable.
Segunda etapa
Esta segunda etapa puede ser concebida como la del empresario profesional. Esos empresarios existían ya aún en los tiempos de A Smith, pero -como se ha visto- no eran generalmente percibidos como eficientes y el sistema no se había generalizado.
Sin embargo varios factores condujeron a la creciente extensión del sistema de empresarios profesionales. Entre esos podemos contar los avances tecnológicos que permitieron tanto niveles de producciones cada vez mayores como una mayor productividad de la mano de obra, lo que expande los mercados, ya que los incrementos salariales (tanto en el número de asalariados como en los salarios mismos -ver Fordismo) crean un mayor poder de compra y los grandes volúmenes de producción reducen los costes.
La consecuencia de este proceso es la aparición de unidades de producción de mayor dimensión y consecuentemente la necesidad un mayor volumen de capital para financiarla. Ante las dificultades de hacer frente a estas exigencias con el patrimonio de solo un individuo o un grupo pequeño de tales individuos, surgen las grandes sociedades mercantiles en las que varios propietarios financian conjuntamente la empresa. Con ellas comienzan a disociarse los roles del empresario y del capitalista.
Ese proceso se aceleró y llegó a ser ampliamente reconocida y aceptado con desarrollos en EE. UU que tienen que ver tanto con la expansión de la bolsa de valores como -principalmente- la expansión de la red de ferrocarriles en ese país: dadas las distancias y cantidades de fondos necesarios para esa expansión, se hizo necesario emitir grandes cantidades de acciones que se vendían en esas bolsas de valores, generalmente situadas a mucha distancia de las obras.
Eso promovió la expansión de un sistema empresarial no conformado con los propietarios del capital sino con gerentes profesionales, lo que impulsó la creación de mecanismos de supervisión de tales empresarios profesionales, dando así origen a las formas modernas de gobierno corporativo, tales como el Consejo de administración, etc., que eventualmente dieron origen a un amplio y complejo sistema burocrático de administración.
Características del empresario
Las características del empresario pueden ser agrupadas en dos:
• Los que consideran que la función económica del empresario se caracteriza por la asunción del riesgo y por el prestigio de la empresa, como:
Piensa en la ejecución de los trabajos.
Delega responsabilidades y controla los resultados.
Define las estrategias para solucionar dichos problemas y se adelanta a ellos.
Solo está al pendiente de los cambios que la empresa presenta.
• Los que estiman que la función principal es la directiva y de control del proceso económico, como:
Mide los resultados de la fuerza de trabajo.
Se rodea de gente capaz de ver la profundidad de las decisiones.
Ve con buenos ojos el esfuerzo de la fuerza de trabajo
Conoce los números con los que se relaciona la producción
Tipos de empresarios
Empresario Socialista
Nos referimos a aquel empresario que debido a que no cuenta con una filosofía de libertad que respalde su forma de vivir y ante las inequidades que observa en este planeta, se siente extremadamente culpable de su mejor situación.
Culpabilidad que, paradójicamente, pretende expurgar promoviendo políticas públicas socialistas. Políticas que precisamente condenan las bases filosóficas generadoras del marco institucional que hacen posible las oportunidades
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