El Malestar De La Globalización
Enviado por betzhabet1703 • 18 de Agosto de 2013 • 1.637 Palabras (7 Páginas) • 281 Visitas
El primero se titula: La promesa de las instituciones globales. El autor afirma que medio siglo después de la fundación el FMI no ha cumplido su misión. No hizo, lo que supuestamente debía hacer: aportar dinero a los países que atraviesan coyunturas desfavorables para permitirles acercarse nuevamente al pleno empleo. A pesar de los esfuerzos realizados las crisis en el mundo han sido más frecuentes y más profundas. Lo que es peor, muchas de las políticas del FMI, en particular las prematuras liberalizaciones de los mercados de capitales, contribuyeron a la inestabilidad global. Una vez que los países sufrían una crisis, los fondos y programas del FMI no solo no estabilizaban la situación sino que en muchos casos las empeoraban, especialmente para los pobres. El FMI incumplió su misión original de promover la estabilidad global, tampoco acertó en las nuevas misiones que emprendió, como la orientación de la transición de los países comunistas hacia la economía de mercado.
El capítulo 2 se titula Promesas rotas: El autor se plantea que puede hacer, desde el lugar de su trabajo para abogar por un mundo sin pobreza. Se plantea así una labor triple: a) pensar las estrategias más eficaces para promover el crecimiento; b) hacer todo lo que pudiese en los países desarrollados a favor de los intereses e inquietudes del mundo subdesarrollado; c) presionando para que abrieran sus mercados o prestaran una asistencia efectiva mayor.
Las experiencias con Etiopia y Bousuana, le permitió al autor conocer como funciona el FMI.
Incluso a una entidad de cierto tamaño como el FMI, le resulta arduo conocer con detalle todas las economías del mundo. La falta de conocimientos detallados le parece poco importante, puesto que tiende a adoptar el mismo enfoque ante cualquier circunstancia. Las dificultades de este enfoque se vuelven particularmente acusadas ante los desafíos de las economías en desarrollo. Los temas del desarrollo son complicados, y en muchas facetas los países subdesarrollados presentan dificultades muy superiores a las de los países más desarrollados. Esto es así porque en las naciones en desarrollo los mercados a menudo no existen o, cuando lo hacen, a menudo funcionan mal.
El FMI ha sido eficaz en persuadir a muchos de que sus políticas ideológicamente orientadas eran imprescindibles para que los países salgan adelante en el largo plazo.
En el capítulo 3, titulado ¿Libertad de elegir? se pone de manifiesto que la austeridad fiscal, la privatización y la liberalización de los mercados fueron los tres pilares aconsejados por el
Consenso de Washington durante los años 80 y 90. Las políticas del consenso de Washington fueron diseñadas para responder a problemas muy reales de América Latina y tenían mucho sentido. La mayoría de los países mejorarían si los gobiernos se concentraran más en proveer servicios públicos esenciales que en administrar empresas que funcionarían mejor en el sector privado, y por eso la privatización es a menudo correcta. Con la liberalización comercial se pueden lograr significativas ganancias de eficiencia. El problema radicó en que muchas de esas políticas se transformaron en fines en si mismas, más en que en medios para un crecimiento equitativo y sostenible. El FMI propició enérgicamente la privatización a un ritmo que a menudo impuso costes apreciables sobre países que no estaban en condiciones de afrontarlo.
El capítulo 4, titulado La crisis del este asiático. De cómo las políticas del FMI llevaron al mundo al borde de un colapso global. En este capítulo se analiza la crisis del sudeste asiático, iniciado con el hundimiento del bath tailandés, en julio de 1997, inaugurando una crisis que se extendió a América Latina y amenazó a todo el mundo. Las políticas del FMI impuestas en esos momentos tumultuosos empeoraron la situación. Era claro que las políticas del FMI no solo exacerbaron la recesión sino que en parte fueron responsables de que comenzara: la liberalización financiera y de los mercados de capitales excesivamente rápida fue probablemente la causa más importante de la crisis, aunque también influyeron las políticas erradas de los propios países.
Sin embargo, la crisis del Este Asiático tuvo efectos saludables. Los países de la región desarrollarán seguramente mejores sistemas de regulación financiera y mejores instituciones financieras en general. El FMI acepta ahora que cometió graves errores en sus recomendaciones de política fiscal, en cómo propició la reestructuración bancaria en
Indonesia, en promover la liberalización del mercado de capitales quizás prematuramente, y en subestimar la importancia de los impactos interregionales, por los cuales la caída de un país contribuía a la de sus vecinos, pero no han admitido los errores de su política monetaria, y ni siquiera ha intentado explicar porque sus modelos fracasaron tan estrepitosamente en la predicción del curso de los acontecimientos.
Las políticas del FMI en el Este asiático tuvieron exactamente las consecuencias que han hecho que la globalización haya sido atacada. Los fracasos de las instituciones internacionales en los países pobres en desarrollo viene de lejos. La crisis
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