El Modelo de negocio: la lógica para hacer dinero y crear valor

El Modelo de negocio: la lógica para hacer dinero y crear valor

Con la llegada del internet nuestra forma de comunicarnos, relacionarnos, de trabajar, de vivir… se ha transformado. Desde los procesos de digitalización de elementos analógicos, la velocidad de transmisión y conexión de datos, pasando por la desmaterialización y desmonetización tecnológica debido a la reducción de tamaños y costos, además, el logro en la democratización de la tecnología que permite un contacto más personalizado al punto de la dependencia total de la misma, hasta el mundo empresarial llevado a la era digital con la “revolución” de las punto-com, se plantea una reconfiguración de las formas de percibir, informar, comunicar y emprender en un mundo globalizado, pero además, se esboza un alejamiento progresivo del mundo concreto, del contacto tu a tu, persona a persona. Situación que evidencia una fractura sustancial de las relaciones interpersonales, las cuales son fundamentales para garantizar la perdurabilidad de toda acción comercial cuya finalidad lleve implícita la monetización de la misma en el mundo de los mercados mediáticos.

Las maneras de crear, gestionar, emprender, lo que nos venden, el cómo lo consumimos, se han ido trasfiriendo, paulatinamente, de un mundo análogo a un mundo digital, donde la innovación supone un desafío en el modo de introducir novedades, no necesariamente en la implementación de elementos totalmente nuevos, sino más bien, en la modificación de elementos ya existentes con el fin de mejorarlos. Recordemos la modalidad, ya obsoleta, de las tiendas de alquiler de videos y películas, la desaparecida Blockbuster, la cual se vio rezagada en la década del 2000 por una forma evolucionada de “consumo audiovisual” como la tienda online de alquiler de video de Netflix, la guerra de precios en DVD, la infracción de derechos de autor y finalmente los servicios de video bajo demanda en internet, lo que la llevó a declararse en bancarrota en el 2010 con una deuda superior a los 1.000 millones de dólares (Mundo, Redacción BBC, 2010).

Lo anterior es una muestrea de que la era digital demanda un replanteamiento en las formas o métodos de emprendimiento, esta ha llevado a multiplicar las posibilidades en las maneras en que el hombre de hoy hace negocios, obtiene ingresos y genera beneficios. Anteriormente, decidirse a lanzar una empresa en el mundo comercial, financiero o cualquier otro emprendimiento, significaba invertir una gran cantidad de dinero inicial y afrontar toda clase de desafíos. Además, los métodos para el lanzamiento de productos o servicios estaban menos desarrollados y tenías que probar suerte en el mercado con una gestión de recursos poco eficientes. “Las nuevas tecnologías han reducido los procesos operativos y los costos de logísticas y facilitaron la integración de los consumidores en los procesos organizacionales, lo que comenzó a transformar las empresas en formas de organizar relaciones” (Rodríguez y Ojeda, 2013).  

Esto revela las lógicas en que una empresa emergente (Startup), en el mercado digital, crea, entrega y capta valor (Osterwalder y pigneur 2010). Haciendo uso de la innovación, buscan simplificar los procesos de producción, comercialización y/o prestación de servicios, probando nuevas formas de trabajar y comunicarse con el consumidor. Para estas el fracaso supone siempre un aprendizaje, y se encuentran en constante evolución. Pero nada de esto sigue su curso sin una metodología aplicada a la captación de beneficios y sostenibilidad en el tiempo. Para esto su objetivo es definir con claridad qué es lo que se va a ofrecer al mercado, a quién y cómo. Estos procesos aportan un saber en la identidad de la empresa y un profundo conocimiento de las actividades claves, que las llevan a identificar rápidamente cómo es posible modificar o cambiar una práctica para que el negocio se mantenga en constante cambio.

Para todo esto se hace fundamental el “modelo de negocio”, término acuñado a principios del siglo XXI al modo como una empresa obtiene ingresos y genera beneficios, además, describe la lógica empleada por dicha empresa para sostenerse en el tiempo (Rodríguez y Ojeda, 2013). Sostenibilidad que no se logra sólo con la creativa e innovadora idea hecha producto, o por toda una suma de recursos concentrados en el desarrollo del mismo, por el contrario, esta se logra con el planteamiento de un supuesto o hipótesis que luego será validada en un mercado real (Márquez, 2017). Esto marca la pauta en el proceso para el ingreso de un producto, bien o servicio en los nuevos mercados. Según Márquez (2017) la linealidad desarrollada en esta consecución, plantea que en primera instancia se tiene la idea, luego viene el desarrollo del producto y después se crea una prueba la cual se valida mediante salida a las calles. Una y otra ves se somete al escrutinio del publico para ver si efectivamente lo que se ha ideado o creado, es lo que verdaderamente el mercado desea que resuelva su problema o satisfaga su necesidad. Dicha validación se plantea sobre la base de una hipótesis que luego se contrastará con la opinión de los clientes, para ajustar los bienes y servicios o dicho producto a las verdaderas necesidades de los mismos. Y finalmente se lanza el producto.

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