El Pensamiento Económico En La Antigua Grecia
Enviado por Vicklml • 6 de Septiembre de 2014 • 1.182 Palabras (5 Páginas) • 281 Visitas
El pensamiento económico en la antigua Grecia
Los pensadores griegos no consiguieron entender los principios esenciales del orden espontáneo del mercado y del proceso dinámico de cooperación social que los rodea. Aunque debemos reconocer las importantes contribuciones de los griegos en las áreas de la epistemología, la lógica, la ética e incluso en la concepción del derecho natural, éstos fracasaron miserablemente en ver la necesidad del desarrollo de una disciplina, la ciencia económica, dedicada al estudio de los procesos espontáneos de cooperación social que comprenden el mercado.
Resulta aún peor que cuando aparecieron los primeros intelectuales, la gran mayoría de los intelectuales abrazaron el estatismo e infravaloraron sistemáticamente, e incluso criticaron y denigraron, a la sociedad del intercambio, el comercio y la artesanía que les rodeaba.
Puede que sea demasiado pedir que los griegos comprendieran incluso los principios básicos de la economía política, una ciencia que sigue estando entre las más jóvenes de todas las ciencias y busca estudiar una realidad tan abstracta y difícil de entender como el orden espontáneo del mercado.
El contexto político-histórico
Siempre ha existido la rivalidad entre el gobierno y la libertad individual, así mismo paso en la Antigua Grecia.
Estaba la relativamente más liberal y democrática ciudad de Atenas, que fue capaz de acoger una próspera esfera de negocios y trabajos artesanos dentro de un orden espontáneo de cooperación social basada en el respeto a la ley y la igualdad ante ésta. Por el contrario, existía la ciudad de Esparta, que era profundamente militarista y en la que la libertad individual prácticamente no existía, debido a la creencia en que todos los recursos debían subordinarse al estado.
La mayoría de lo más eminentes y distinguidos pensadores y filósofos atenienses alaban el totalitarismo estatista que representaba Esparta.
El reconocimiento de esta verdad no debe llevarnos a la errónea creencia de que las poleis (comunidad política independiente formada por una ciudad y su territorio), relativamente más libres no fueran a menudo también víctimas del estatismo. Por ejemplo, muchos políticos no dudaron el justificar políticas imperialistas atenienses e incluso, como hizo Pericles en el siglo V a de C., se apropiaron fondos públicos para realizar obras colosales.[1] También muchos políticos fueron culpables de tratar de convencer a los ciudadanos de lo importante que era someterse a la voluntad del estado, de preguntarse constantemente no lo que Atenas podía hacer por ti, sino lo que podías hacer tú por Atenas.
Además, las poleis relativamente más libres seguían estado sujetas a un ciclo político que, por extraño y paradójico que pueda parecer, continúa afectando a nuestras sociedades actuales.
Los periodos de mayor libertad civil basados en el cumplimiento de las leyes positivas se ven seguidos invariablemente por crisis: las ciudades cayeron víctimas de la demagogia y los disturbios iniciados por pequeños grupos con la intención de explotar ciertos grupos sociales en favor de otros, supuestamente mayores y menos privilegiados.
Se producía una considerable tensión social, económica y política, que acababa llevando a graves desórdenes y conflictos civiles que, a su vez, se usaban para justificar el aumento en el poder del estado, encarnado en casa serie de circunstancias históricas en líderes populistas sin escrúpulo que invariablemente insistían que se les considerara como “salvadores de la patria”.
Algunos intentos embrionarios de análisis económico
Es muy difícil conocer los pensamientos precisos de los primeros filósofos griegos, pero hay evidencia de algunos inicios esperanzadores, que, si se hubieran continuado, podía haber abierto el camino a una incipiente formulación de la teoría del orden espontáneo del mercado.
Por ejemplo, ya en el siglo VIII a. de C., Hesíodo indica en sus poemas
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