El Secreto De Las 7 Semillas
Enviado por alecortes • 17 de Noviembre de 2013 • 449 Palabras (2 Páginas) • 319 Visitas
Ignacio Rodríguez, un gran empresario de cuarenta y dos años, aun no podía creer que estuviera padeciendo problemas del corazón.
Este gran empresario trabajaba mucho, para ser exactos dieciocho horas diarias de lunes a sábado, fumaba y tomaba en exceso, no practicaba ningún deporte y por si fuera poco descuido mucho a su familia; él era un señor que lo único que le importaba era sacar adelante la empresa de su padre, quien ya había fallecido.
Él se sentía presionado por mantener la empresa R & G como líder del mercado, algo que hasta el momento le había costado mucho trabajo, sus balances lo único que arrojaban eran grandes pérdidas económicas y la empresa estaba sobre endeudada.
En la empresa R & G se vivía un ambiente tenso y lleno de incertidumbre, el personal estaba desmotivado. Todo eso llevo a Ignacio a parar al doctor. El doctor le había pedido que guardara reposo que se tranquilizara y relajara más ya que otro aviso de parte de su corazón como el anterior lo podía ser su final.
Una semana después Ignacio se sentía mucho mejor pero aun así el doctor le había recomendado que dejara de tomar y fumar; y que fuera a clases de meditación. Para Ignacio eso le parecía una tontería eso de hacer meditación, creía que iba a estar loco; al llegar a casa le comento a su esposa esto, ella llena de emoción le dio la dirección de un buen maestro para que le ayudara a relajarse. Ignacio no muy decidido se fue sin tener otra opción. Al llegar pudo notar un bello jardín, la paz y la tranquilidad que ahí se respiraba; él se encontraba muy nervioso ya que no quería que en su empresa se enteraran de que asistió a ver a un brujo, a él le importaba mucho lo que dijeran los demás de él.
Al estar ahí el maestro le pregunto qué era lo que lo había traído por ahí, Ignacio solo le pidió que le enseñara a relajarse y a meditar; poco después el maestro le pregunto si era feliz, Ignacio le respondió que sí, que como no iba hacer feliz si tenía todo lo que él quería, una buen trabajo, entre otras más, pero el maestro insistente le dijo que no quería saber lo que había logrado si no saber si era feliz; en eso Ignacio respondió que no, al mismo tiempo en que derramaba una lagrima. Poco después el maestro decidió darle la primera semilla; diciéndole que en cuanto germinara regresara a verlo.
Pasaron los días, las semanas, incluso asta los meses, pero la semilla nunca germino. Ignacio corrió a ver al maestro pidiendo una explicación de lo sucedido
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