• El dólar Paralelo Acaba La Economía Nacional

El dólar paralelo, nuevo componente maligno del viejo ciclo inflación-devaluación, es el mayor problema económico y político que confronta el gobierno nacional, porque tiene serias implicaciones para el desarrollo del país y para la permanencia en el poder de la revolución bolivariana. Si el gobierno permite que el dólar paralelo continúe funcionando en internet, subiendo sin control alguno, alejándose cada vez más del dólar oficial y gozando de la aceptación de Fedecámaras, no sólo la inflación de este año será muy alta, sino que quedarán comprometidos los años venideros, lo que daría pie a futuras devaluaciones que tendrían consecuencias humanas, económicas y electorales desastrosas. Las soluciones al problema del dólar paralelo tienen que ser rápidas, porque el pasar del tiempo agrava la situación, y revolucionarias porque seguir haciendo lo mismo dará los mismos resultados. Hasta ahora nada nuevo hay en el horizonte.

El problema

El dólar paralelo venezolano es una creación reciente de Fedecámaras que tiene como objetivo acelerar el ciclo inflación-devaluación y una poderosa amenaza para la economía nacional. Su fortaleza está en los $400.000.000.000 que un grupo de venezolanos tiene depositados en bancos extranjeros (Tax Justice Network dixit), en la fuerte tendencia al alza del dólar durante los últimos 30 años, y en la aplicación, por parte de Fedecámaras y sus empresas filiales, del precio que publican todos los días páginas web como dolartoday. La primera fortaleza se denomina en finanzas posicionamiento. Existe una montaña de dólares, un gigantesco imán, acumulado en 30 años, que puja día y noche por el alza del dólar para obtener cada vez mayores ganancias cambiarias en bolívares. Esta es la fuente primaria del problema. Por otro lado, como la tendencia de la tasa Bs./$ durante los últimos 30 años siempre ha sido al alza, los compradores están dispuestos a pagar cualquier precio por el dólar, porque saben que en pocos meses recuperarán con creces su inversión (la insaciabilidad de Giordani). Para completar el cuadro, por razones políticas y económicas, las empresas de Fedecámaras, aun cuando reciben dólares preferenciales, utilizan el dólar paralelo como marcador de precios, llegando así los aumentos al consumidor final. Nadie sabe quién controla el dólar paralelo, ni el volumen negociado, ni el número de transacciones que se realizan, pero es el marcador de Fedecámaras. Por estas razones el gobierno no podrá derrotar el dólar paralelo, a menos que tome decisiones que ataquen la raíz del problema.

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