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El viento apaga una vela y aviva el fuego.


Enviado por   •  2 de Mayo de 2016  •  Reseña  •  3.420 Palabras (14 Páginas)  •  720 Visitas

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Introducción

El viento apaga una vela y aviva el fuego.

Estamos rodeados de cosas que provocan caos y crisis. La actitud que presenta el autor en este libre, es la actitud de querer ser fuego y desear el viento. No podemos tirarnos a vivir esperando a sobrevivir la incertidumbre del destino. Además de sobrevivir, queremos tener la última palabra, dominar el caos y conquistar lo inexplicable.

Es evidente como en ocasiones hay cosas que prosperan y crecen al verse expuestas al estrés y al desorden, y ese riesgo les encanta. Y a pesar de que éste fenómeno existe, no hay una palabra que defina algo así como lo contrario de lo frágil.

Es ahí donde el autor describe lo antifrágil. Antifrágil es más que la resiliencia; además de aguantar los golpes, lo antifrágil mejora.

Activar los mecanismos de antifragilidad permite tomar desiciones importantes de negocios, justo en donde predomine lo desconocido, en cualquier situación donde haya incertidumbre. Es mucho más fácil saber si algo es frágil que predecir un riesgo.

Así es como el autor busca explicar las reglas para pasar de lo frágil a lo antifrágil. Todo lo que salga más beneficiado que perjudicado de las crisis será antifrágil; en caso contrario, será frágil.

Desarrollo

LIBRO I: Introducción a lo antifrágil.

Presenta esta nueva forma de definir lo contrario a lo frágil. Examina la evolución y el mundo natural como el sistema antifrágil por excelencia. Explica el equilibro que existe entre la antifragilidad del colectivo y la fragilidad individual.

CAPÍTULO 1. Entre Damocles e Hidra.

“La mitad de la vida no tiene nombre”. Casi todas las personas responden que lo contrario de frágil es resistente. Lógicamente, el opuesto exacto de un paquete frágil, sería un paquete en que se haya escrito “se riega maltratar” o “manejar sin cuidado”. Su contenido no sólo sería irrompible, sino que se beneficiaría de las sacudidas y de una amplia gama de golpes.

Aunque no se tenga un nombre para la antifragilidad, se encuentra una equivalencia en la mitología, la expresión de la inteligencia histórica por medio de poderosas metáforas. En una versión romana que reciclaba un mito griego, el tirano siciliano Dionisio II concede a Damocles, un cortesano muy adulador, el lujo de un opíparo banquete pero bajo una espada que cuelga directamente sobre su cabeza sujeta por un solo pelo de cola de caballo. Un pelo de cola de caballo es de esas cosas que se acaban rompiendo con la debida tensión, una rotura que va seguida de una escena llena de sangre, gritos y el equivalente a las ambulancias en la antigüedad. Damocles es frágil: sólo es cuestión de tiempo que la espada le atraviese el cráneo.

La espada de Damocles representa la consecuencia indirecta del éxito y el poder; no podemos ascender y gobernar sin afrontar este peligro continuo: alguien más habrá por ahí intentando derrocarnos.

CAPÍTULO 2. Sobrecompensación y sobrerreacción por todas partes.

Los intelectuales tienden a centrarse más en las respuestas negativas del azar (fragilidad) que en las positivas (antifragilidad).

Hay muchos dichos clásicos sobre esta cuestión y uno en latín dice que la sofisticación nace del hambre, el genio nace de la dificultad. Lo que innova es el exceso de energía que se libera al sobrerreaccionar a un contratiempo.

Este mensaje contradice muchos niveles de los métodos y las ideas actuales sobre la innovación y el progreso que nos hacen pensar que la innovación es producto de la financiación burocrática, de la planificación de colocar a la gente en una clase de la Harvard Business School o de contratar a un consultor. Pero esto es una falacia: de momento, basta con pensar en muchos técnicos empresarios sin formación que han contribuido de una manera desproporcionada a diversos avances tecnológicos como la aparición del fenómeno de Silion Valley.

CAPÍTULO 3. El gato y la lavadora.

La audaz conjetura que se plantea aquí es que todo lo que tiene vida es, en cierta medida, antifrágil. Parece que el secreto de la vida fuera la antifragilidad.

Normalmente, lo naturales antifrágil y frágil al mismo tiempo dependiendo del origen de la variación. El cuerpo humano se puede beneficiar del estrés pero sólo hasta cierto punto. Los huesos se hacen más densos si se les aplica un estrés episódico.

Aunque es verdad que los seres humanos se autorreparan, se acaban gastando. Y este envejecimiento artificial se debe a la represión de la antifragilidad interna,

CAPÍTULO 4: Lo que mata hace más fuertes a otros.

La antifragilidad de otros supone necesariamente la fragilidad de otros. En un sistema, el sacrificio de algunas unidades suele ser necesario para el bienestar de las otras partes o del todo. La fragilidad de cada empresa nueva es necesaria para que la economía sea antifragil. Lo que hace, entre otras cosas, que el espíritu emprendedor pueda funcionar es la fragilidad de los emprendedores como individuos y su índice elevado de fracasos.

LIBRO II: La modernidad y la negación de la antifragilidad.

Describe lo que sucede cuando un sistema cuya naturaleza es volátil, se pretende limitar. Examina un invento llamado Estado-nación y nos habla del daño causado por quienes nos deben curar, de las personas que intentan ayudarnos y terminan por perjudicarnos más.

CAPÍTULO 5: El zoco y el bloque de oficinas.

Ioannis y Georgios, dos hermanos gemelos idénticos nacidos en Chipre y que hoy viven en el área metropolitana de Londres. John lleva veinticinco años de administrativo en el departamento de personal de un gran banco, ocupándose del traslado de otros empleados por todo el mundo. George es taxista.

Los ingresos de George son muy variables. Tiene días “buenos” en los que puede ganar varios centenares de libras; otros son peores y apenas cubre gastos; pero, año tras año, viene a ganar más o menos lo mismo que su hermano.

Y es que esta es la ilusión fundamental de la vida: la ilusión que nos dice que la aleatoriedad es peligrosa, que es mala, y que hay que eliminarla.

Lamentablemente, a los seres humanos nos da tanto miedo la segunda forma de variabilidad que de una manera ingenua fragilizamos los sistemas o impedimos que sean antifrágiles, protegiéndolos. Evitar los errores pequeños hace que los grandes sean más graves.

CAPÍTULO 6: La aleatoriedad (no mucha) me encanta.

James Clerk Maxwell, conocido por haber desarrollado la teoría electromagnética clásica, demostró científicamente

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