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| El conflicto forma parte de la vida y es un elemento intrínseco del proceso de socialización. En el ámbito de la empresa familiar, donde las relaciones familiares coexisten y muchas veces se mezclan con las relaciones profesionales, la gestión del conflicto adquiere mayor relevancia, si cabe, puesto que un conflicto mal resuelto puede dañar la armonía familiar y poner en peligro la continuidad de la empresa.
La pertenencia a la familia Se pertenece a una familia por el hecho de haber nacido en ella o porque se ha sido aceptado a través de los vínculos de parentesco. La posición que cada miembro ocupa dentro de la familia condiciona las relaciones que se establecen con el resto. La pertenencia a la familia es estable, pero las funciones de cada miembro van cambiando a lo largo del tiempo, a medida que varía su rol dentro del grupo: pasamos de ser hijos, hermanos y nietos, a ser padres, cuñados, tíos… Cada persona tiene valor por sí misma y por las interacciones que mantiene con el resto de miembros. Los vínculos que se establecen entre los distintos familiares son de carácter emocional, dando lugar a un complejo entramado de emociones, sentimientos y reacciones que no siempre se rigen por la razón. En este contexto, la comunicación suele ser informal y directa, y acostumbra a darse en encuentros personales. La pertenencia a la empresa Una empresa es una organización económica creada, formada y desarrollada por personas. Esta organización evoluciona a lo largo del tiempo: puede crecer, integrarse en otra compañía, absorber a otras e incluso llegar a desaparecer, en función de su capacidad para adaptarse al mercado o de las decisiones de la familia propietaria. A diferencia de lo que ocurre en la familia, la pertenencia de los individuos a la empresa no tiene porqué ser estable. Puede variar según los deseos personales de cada uno y según las necesidades de la empresa en cada momento. Entender cómo se relacionan las personas que dan forma a la empresa dentro de la organización nos ayudará a comprender los conflictos que se pueden derivar de esta interacción. En una empresa, las personas tienen razón de ser en función de su contribución al éxito del objetivo del grupo. Si se trata de una empresa familiar, la participación de los familiares solo tiene sentido si colaboran en la consecución de los objetivos. Por esta razón, la incorporación de los familiares debería hacerse cuando existe una vacante que se ajusta a la formación, experiencia y necesidades de la persona, y no basarse en el parentesco. Como ya se ha dicho, en la empresa, la pertenencia es inestable: se puede formar parte de ella o no, y la relación con ella también es variable y puede cambiar a lo largo del tiempo: nuevos cargos, más responsabilidades, jubilación para dejar paso a las nuevas generaciones…
El diario económico Expansión ha publicado recientemente temas relevantes para la empresa familiar de la mano de varios expertos en el ámbito, y en los que ha participado la Cátedra de Empresa Familiar del IESE. El primero, titulado “Empresas con asuntos familiares”, se centra en la necesidad de separar los asuntos de familia de los de empresa para hacer viable la continuidad de la empresa familiar. La familia empresaria se enfrenta a un doble reto: "El que tiene cualquier organización, como captar talento, ser mejor que la competencia, etcétera. Y el desafío propio de la familia, que es la gestión de ellos mismos con la propiedad de un negocio". El profesor Josep Tàpies, titular de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE, analiza las disputas que pueden surgir en la empresa familiar e identifica cuatro problemas característicos de este tipo de empresas: - Confundir el apellido con la capacidad de decidir.
- Mezclar el afecto con la relación contractual.
- No aceptar las reglas del mercado.
- Roces provocados por el proceso de sucesión.
Precisamente la sucesión es el tema que aborda el segundo artículo. Bajo el título “Que los nietos no le arruinen el negocio”, se apunta que sólo un 10% de las empresas familiares llega a la tercera generación. Varios expertos en empresa familiar destacan la importancia de contar con un plan de sucesión consensuado para facilitar este proceso. "Este programa permite, con la implicación de toda la familia, acordar por escrito un calendario de sucesión",
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