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Ensayo Reformulando los Negocios


Enviado por   •  15 de Octubre de 2015  •  Ensayo  •  2.692 Palabras (11 Páginas)  •  456 Visitas

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Ensayo Reformulando los Negocios

Introducción

En el presente Ensayo  abordaré el tema Reformulando los negocios, la importancia de desarrollar nuevas estrategiascambios e innovación enfocada en el futuro de las empresas y su permanencia en el mercado.

Según Rowan Gibson en los años sesenta y a principios de los setenta, había un sentimiento general de seguridad hacia donde  se dirigían los negocios  y estaban seguros de cómo llegar ahí. Había muchas empresas con gran éxito, una poderosa economía e instituciones largamente acreditadas veían un futuro prometedor, que les pertenecía, pero que equivocados estaban.

En las décadas siguientes los grandes empresarios se dan cuenta que no tienen el futuro asegurado, grandes corporaciones, sólidas, que se veían rentables, sumamente fructíferas  se han ido a la quiebra. Para muchas empresas la debacle les llegó de golpe, a lo lejos observaban como surgían o acaparaban el mercado nuevas empresas extranjeras a las cuales ellos le llevaban ventajas, pero que en un abrir y cerrar de ojos a mediados de los años 70 y principios de los 80 les ganaron la delantera.

A partir de ese momento el espacio comercial se convirtió en una pista de carreras en la cual debían competir y debido a su falta de visión futurista y análisis de la competencia muchas se quedaron rezagadas, estancadas y pagaron un alto precio, saliendo de la jugada y pasando al olvido.

Pero hagamos un alto y preguntémonos ¿Qué pasó? Si tenían un futuro brillante, altas ventas, muchas sucursales, altas utilidades.

Desarrollo

Es natural pensar que las empresas poseen las mismas características  de las personas: nacen, crecen, se reproducen y mueren. Además, diversos analistas empresariales señalan que los negocios experimentan un proceso de evolución cuyo eslabón inicial y final son la introducción al mercado y el declive, respectivamente.

El ocaso de las compañías obedece a distintos factores, entre los cuales destacan: falta de innovación en los procesos (reingeniería), servicios, productos, tecnologías, deficiencias administrativas, en estructura de costos, en la atención al cliente,  la inflexibilidad ante los cambios acelerados del mercado, falta de conocimiento y predicción de las nuevas tendencias, estrategias de marketing, aprendizaje organizacional, liderazgo y las crisis económicas globales. 

Entonces, surgen varias interrogantes: ¿qué hay después de esta fase?, ¿las empresas están condenadas a desaparecer? De acuerdo con palabras de Rowan Gibson, los negocios pueden garantizar su permanencia si saben “reformularse”[1].

Se trata de un proceso en el que los gerentes aprovechan su experiencia y talento para entender las exigencias de su entorno y transformarse, sin perder su esencia. La reconversión de las empresas debe apegarse a una óptica que vincule la rentabilidad con la utilidad y la autenticidad, y que procure la oferta de valor agregado.

La reformulación de las compañías, implica echar por tierra la idea de que las ganancias son lo más importante, y analizar si éstas constituyen indicadores reales de crecimiento sostenible a través del tiempo y las coyunturas económicas difíciles.

La reconversión empresarial, exige a los gerentes (administradores) ser capaces de redefinir su papel en el mercado, desde su propia oferta, añadiendo o eliminando ciertos elementos, o diversificándola, y replanteando sus métodos de interacción y colaboración. Tiene que repensar en todo lo que hace involucrar a todos los empleados en la consecución de los objetivos,  creando valor para los clientes, estableciendo lazos fuertes con ellos para que nos den su fidelidad y obtener valor de ellos.  A la vez implementar acciones amigables con el medio ambiente.

Es una tarea impostergable la reformulación de los negocios pues los nuevos tiempos exigen una nueva organización adaptable a un futuro que no será una continuación del pasado. Ya no existe la linealidad y después de A no viene B, sino que F y luego K, el caos es la esencia del universo y nuestro pensar lineal es antagónico con la realidad, por ello hay que repensar el futuro. Debemos definir hacia donde nos dirigimos y como lograremos llegar a una meta y luego que esta nos lleva a otra.  Crear nuevos mercados, crear océanos azules[2] al encontrar una idea disruptiva, descentralización del poder, replantear el control y la complejidad, reformular el liderazgo, y especialmente reformular los principios que nos guían, son algunas de estas proposiciones.

Debemos empezar por reformular los principios. Hay que ser descentralizados pero mantener la centralización, tiene que haber planes de largo plazo y flexibilidad, los trabajadores deben ser autónomos e integrados en equipos. La definición del trabajo está cambiando, antes era tener una serie de tareas bajo las órdenes de un jefe, ahora puede significar trabajar para sí mismo y hasta trabajar por uno mismo. La independencia personal tendrá que ser mayor y su creatividad también, en especial, cuando estás realizando la labor de líder y no de jefe. Los líderes deben tener una visión y un propósito bien definidos y vivir y hacer vivir esa visión día a día creando confianza. No se puede vivir sin propósito.

Otro aspecto a contemplar es la  competencia. Porter[3] sostiene que “la tarea de hoy es crear las ventajas del mañana, más que eliminar desventajas. La estrategia nunca debe ser universal, debe haber una estrategia para cada negocio. Si éste, está declinando, ninguna estrategia lo cambiará. La autodestrucción es el resultado de la competencia creada para ver quien sirve mejor. Los viejos paradigmas de la mano de obra barata y las economías de escala ya están superados, ahora las empresas tendrán que ser más como universidades porque ahora se trata de aprender”.

Debemos competir por el futuro y para ello hay que ser capaz de inventarlo y crearlo, no basta imaginarlo. Las empresas exitosas han llegado a una visión del futuro a través de la síntesis del conocimiento y siendo capaces de desprendernos de lo inútil, de la misma manera que un cohete espacial se desprende de partes que sólo son peso muerto al traspasar ciertas etapas. La globalización es un supuesto, pero hay que dimensionarlo, se trata de 600 millones de nuevos clientes, se trata de colocar los productos nuevos en las estanterías de 90 países en el año o como lo ha hecho Gillette, en 19 países simultáneamente.

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