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Ensayo del libro "La paradoja"


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2019  •  Ensayo  •  3.044 Palabras (13 Páginas)  •  122 Visitas

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Universidad Rafael Landívar[pic 1]

Maestría Gestión y Desarrollo Estratégico del Talento Humano

Curso: Planeación y pensamiento estratégico

Nombre: Jorge Rolando Coronado Mejía

Carné: 2020419

Informe de lectura: La Paradoja

Día 1: Las definiciones

John Daily se encontraba en un retiro de liderazgo en el monasterio John of the Cross. Luego de una serie de desaciertos en su vida había aceptado a regañadientes asistir a ese lugar para aprender de la mano de un famoso hombre de negocios los secretos de ser un buen líder. Sin embargo, su semana de retiro estaba muy lejos de ser lo que en un principio él había imaginado.

Un detalle acerca del retiro que llama mucho la atención a John es que podrá conocer a Len Hoffman, un ejecutivo muy conocido y respetado a quien se le conocía como genio del cambio, por su habilidad para tomar empresas al borde del colapso y transformarlas en empresas saneadas y con futuro. Era también un autor consumado, gracias a un solo librillo de unas cien páginas titulado La gran paradoja: para mandar hay que servir. Conocerle era una de las razones, sino es que la única, por la cual John había aceptado ir al retiro en el monasterio.

La rutina en el monasterio era algo muy diferente a lo acostumbrado por John, el primer servicio de oración iniciaba a las cinco treinta de la mañana y debían estar todos despiertos y preparados a la hora establecida. Todo el asunto religioso era algo que incomodaba a John.

A las siete de la mañana tenían el primer “período de clase”, impartida nada más y nada menos que por Len Hoffman, quien sería su profesor a lo largo de todas la semana. Había otros 5 participantes más junto con John, un pastor de Wisconsin, un militar, una directora de escuela, una entrenadora de un equipo femenino de baloncesto y una enfermera, todos con ciertos cargos de poder y con personal a cargo en sus respectivas instituciones de trabajo.

La primera clase se centró en buscar definiciones para los diferentes términos que serían de uso común durante la semana, por ejemplo:

Liderazgo —El arte de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común.

Poder —La capacidad de forzar o coaccionar a alguien, para que éste, aunque preferiría no hacerla, haga tu voluntad debido a tu posición o tu fuerza.

Autoridad —El arte de conseguir que la gente haga voluntariamente lo que tú quieres debido a tu influencia personal.

Además de eso, se definen algunas de las principales cualidades de un líder:  Honrado, digno de confianza, ejemplar, pendiente de los demás, comprometido, atento, exige responsabilidad a la gente, trata a la gente con respeto, anima a la gente, actitud positiva, entusiasta, aprecia a la gente.

Día 2: El paradigma antiguo

Antes de entrar a clase, John tuvo una pequeña reunión a solas con Len Hoffman. En ese tiempo juntos, Len hizo ver a John de una mala costumbre que interfería con su liderazgo, no sabía escuchar. Durante el primer encuentro entre ambos John le interrumpió al menos tres veces, demostrando así su falta de respeto hacía los demás al no escuchar detenidamente lo que trataban de decirle y pensar que sus ideas eran las únicas valederas o dignas de ser escuchadas. Esa mañana John aprendió dos cosas: Debía aprender a escuchar y que sus actos debían estar siempre en sintonía con sus deseos e intenciones como líder.

En la clase del segundo día se discutió acerca de los paradigmas que se tienen con relación al liderazgo tradicional. Para empezar, un paradigma es una idea, un patrón psicológico que se tiene arraigado en el inconsciente, dicho en palabras simples, es la forma en que estamos acostumbrados a ver el mundo, ya sea por tradición o convicción.

En referencia al liderazgo, el antiguo paradigma dicta una estructura piramidal, en la que los colaboradores operativos o básicos se encuentran en la base de la pirámide y en el vértice o punta se encuentra el gerente, presidente o dueño del negocio. Esta estructura es muy similar a la utilizada en el campo militar para definir las líneas de mando.

Sin embargo, Simeón (Len Hoffman) les enseña un nuevo modelo o paradigma, que consiste en una pirámide invertida que pone en la parte superior al cliente y en donde todos los esfuerzos se centran en satisfacer a este y en cubrir sus necesidades.

Seguidamente están los colaboradores, aquellos que tienen el contacto más cercano con los clientes y consumidores, quienes los enfrentan todos los días y son el rostro de la empresa, seguidamente van los supervisores y así sucesivamente hasta llegar al más alto directivo de la empresa, todos ellos con la misión de proporcionar las herramientas y medios adecuados para que el frente o la primera línea de batalla atienda de la mejor manera posible a los clientes.

La lección aquí es que como líderes, debemos suplir de la mejor manera posible las necesidades de nuestros subalternos, no sus deseos o absurdas peticiones, sino aquellas necesidades sin las cuales no podrán desarrollar de una manera satisfactoria su trabajo.

Día 3: El modelo

El día tres, durante la reunión a solas con Len, John aprendió una nueva lección: es importante respetar las opiniones contrarías a las propias. Por medio de una anécdota que Simeón le comparte, John pudo entender que rodearse de personas que opinen diferente a nosotros es de ayuda para conservar un equilibrio y para llegar a decisiones que sean de beneficio para la mayor cantidad de gente posible, al estar en posiciones de liderazgo.

El inicio de la lección de ese día se centró en definir quien había sido el mejor líder de toda la historia, interrogante a la que con rapidez dio respuesta Simeón contestando que Jesús fue el mejor líder todos los tiempos. Y su aseveración se fundamentaba en la gran influencia que Jesús ha tenido en todo el mundo y que la influencia es uno de los pilares en los que se fundamenta el estilo de liderazgo que estaba por enseñarles a John y a los demás.

Adicionalmente, para ejemplificar mejor el modelo, Simeón trajo a colación otros ejemplos de grandes lideres que no utilizaron el poder para liderar o lograr grandes cambios, por el contrario hicieron uso de su autoridad para movilizar a masas y luchar por causas justas. Dentro de ellos se menciona a Gandhi, Martin Luther King y a la Madre Teresa. Todos ellos no poseían recursos ilimitados ni altas cuotas de poder en círculos de influencia, pero fundamentaron su liderazgo en el servicio a los demás y la lucha por causas con las cuales mucha gente se sentía identificada.

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